Según la clasificación Forbes 400 publicada el pasado 3 de octubre, Warren Buffett, el tercer hombre más rico de EE. UU., ha aumentado su patrimonio neto en unos 10.000 millones de dólares el pasado año. ¿Qué se podía esperar si no del “Oráculo de Omaha”, que empezó a amasar su fortuna a los 11 años?
A sus 88 años, el patrimonio neto estimado de Buffett es de 88.300 millones de dólares, aunque nadie lo diría al observar el estilo de vida frugal que lleva.
Buffett prefiere ahorrar y ver crecer su dinero antes que sacarlo del banco. Sigue viviendo en la casa que compró en los años 50 y conduciendo su modesto coche. No es alguien que efectúe compras extravagantes y gasta relativamente poco, excepto cuando se trata de realizar obras benéficas. Buffett es considerado uno de los filántropos más generosos del mundo, tras haber donado más de 46.000 millones desde el año 2000.
Sea como sea que emplee su dinero, no invierte mucho en sí mismo. Vamos a ver cómo gasta - o no gasta - Buffett su capital.
Warren Buffett cuenta con un patrimonio neto de 88.300 millones, lo que le convierte en la tercera persona más rica del mundo.
Comenzó a amasar su fortuna invirtiendo en la bolsa con tan solo 11 años. En la actualidad dirige Berkshire Hathaway, aunque no pensarías que es multimillonario por cómo se gasta el dinero.
Según afirmó en el programa “Off the Cuff” de la CNBC y Yahoo! Finanzas, “nunca he tenido un gran deseo de poseer varias casas, ni muchos coches, ni todas esas cosas”.
Buffett vive en una casa sencilla de Omaha, Nebraska, por la que pagó 31.500 dólares en 1958. Si contamos con la inflación, vendrían a ser unos 250.000 dólares actuales. Se estima que su valor a día de hoy es de 652.619 dólares.
En 1971, Buffett adquirió una casa de vacaciones en Laguna Beach, California, por 150.000 dólares. Ahora está a la venta a un precio de 7,9 millones de dólares.
Su automóvil es también modesto. Anteriormente conducía un Cadillac DTS del 2006, que sustituyó en 2014 por un Cadillac XTS, cuyo precio inicial es de 44.600 dólares.
Buffett tampoco gasta mucho en tecnología, por lo menos en lo que respecta a su teléfono móvil. Todavía utiliza un teléfono con tapa en lugar de un smartphone.
No le entusiasman los trajes de alta costura. Viste únicamente de traje, pero solo tiene una veintena de ellos, confeccionados en China por la diseñadora Madame Li.
Buffett completa su estilo personal con un corte de pelo de 18 dólares.
Para desayunar, toma lo mismo cada mañana: comida de McDonald’s, que no le cuesta más que 3,17 dólares.
También le gusta invitar a comer a su amigo Bill Gates al McDonald’s. Para ello, en alguna ocasión ha utilizado cupones de descuento.
Además, le encanta la Coca Cola. Como él mismo ha dicho, normalmente bebe unas cinco al día, así que es de imaginar que se gasta en Coca Cola más que la media.
Si lo comparamos con otros directores ejecutivos, Buffett no dedica mucho dinero a financiar sus aficiones. Juega al bridge unas 12 horas a la semana.
A Buffett también le gusta jugar al golf, pero no derrocha su dinero en acudir a los clubs de golf de moda. “Soy miembro de todos los clubs de golf a los que quiero pertenecer […] prefiero jugar al golf aquí con la gente que me gusta que en el campo de golf más lujoso del mundo”, afirmó una vez en una sesión de preguntas y respuestas.
También invierte una gran cantidad de dinero en libros. Ha confesado que tiene una “horrible pila” de libros junto a su sillón y que se pasa el 80% del día leyendo.
En una ocasión, realizó un curso de 100 dólares para aprender a hablar en público con el método Dale Carnegie. Ha comentado que esto le ayudó a declararse a su mujer.
En lo único en lo que no ha escatimado gastos es en su avión privado. Como declaró en la CNBC: es “la única cosa que hago que cuesta un montón de dinero”.
Sin embargo, eso no sería posible sin sus acertadas estrategias de inversión. Se necesita dinero para hacer dinero. A pesar de que el 99% del patrimonio neto de Buffett está vinculado a Berkshire Hathaway, él invierte el 1% restante.
Adquirió acciones de Wells Fargo “hace muchísimos años”; no obstante, se desconoce a cuánto asciende su participación en esta empresa.
De igual manera, compró 2 millones de acciones, una participación del 8%, en Seritage Growth Properties por un valor total estimado de 73 millones de dólares.
Posee, igualmente, una cantidad desconocida de acciones de JPMorgan. Al parecer, es un admirador de Jamie Dimon, director ejecutivo de este banco.
No obstante, no todas sus inversiones han sido acertadas. En 1951, compró con un amigo una gasolinera Sinclair. La estación de servicio Texaco al otro lado de la calle era más frecuentada y perdió 2.000 dólares de los 9.600 que tenía ahorrados.
Buffett emplea la mayoría de sus millones en proyectos altruistas. Se le considera uno de los filántropos más generosos del planeta. Desde el año 2000 ha donado más de 46.000 millones de dólares para diferentes causas.
Se asoció con Bill y Melinda Gates en el 2010 para crear La promesa de dar, una iniciativa que exhorta a los más ricos del mundo a dedicar la mayor parte de su riqueza a proyectos altruistas.
En 2016, donó 2.900 millones de dólares a varias organizaciones benéficas, como la Fundación Bill y Melinda Gates y la Fundación Susan Thompson Buffett, en honor a su difunta esposa.
A través de la Fundación Susan Thompson Buffett, ha donado decenas de millones a la Federación de Planificación Familiar de América y a la Federación Nacional del Aborto.
Aportó aún más a la Fundación Bill y Melinda Gates en 2018: aproximadamente 2.600 millones en acciones de Berkshire Hathaway.
Esa misma semana donó alrededor de 800 millones de dólares en acciones de Berkshire Hathaway a la Fundación Susan Thompson Buffett, a la Fundación Sherwood, a la Fundación Howard G. Buffett y a la Fundación NoVo.
Tiene previsto dejarle a cada uno de sus hijos 2.000 millones de dólares solamente. El resto de su fortuna será donada a causas benéficas. En una ocasión dijo que quería dejarles a sus hijos “lo suficiente para que sientan que pueden hacer cualquier cosa, pero no tanto como para que puedan dedicarse a no hacer nada”.
Según declaró en una entrevista concedida a la CNBC, hay algo que el dinero le compra a él personalmente: libertad.
“No podría ser más feliz de lo que soy”, afirmó en otra ocasión. “De hecho, sería peor si tuviera seis u ocho casas. Ya tengo todo lo que necesito tener y no necesito nada más, porque sobrepasado cierto punto, ya no cambia nada”.