Cómo asegurarte de que tus referencias no te cuestan el trabajo

Pedirle que hable sobre ti a la persona equivocada puede hacer que pierdas el trabajo de tus sueños.

Incluso si tu entrevista de trabajo va viento en popa y el entrevistador está encantado con todo lo que podrías aportarle a la empresa, una referencia mediocre puede significar que no acaben haciéndote ninguna oferta. Eso es lamentable - y tal vez hasta un poco injusto - pero también es algo que se puede evitar.

Por norma general, tus posibles futuros jefes no suelen ponerse en contacto con tus compañeros actuales o pasados al azar. Claro, cuando se trata de trabajos de alto nivel, la persona que realiza la contratación podría conocer a alguien que ha trabajado con el candidato y pedirle su opinión. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, el proceso es confidencial, y las únicas referencias a las que llamarán son las que tú mismo proporcionas.

Debido a eso, tienes la capacidad de controlar de alguna manera la información que los empleadores recibirán sobre ti. Así que asegúrate de que la lista de referencias que proporciones solo incluya a personas que hablen bien sobre ti.

Hace muchos años, tenía una gran juguetería. En un momento dado, una exempleada me llamó y me pidió que le diera una referencia. Le dije la verdad: le dije que me gustaba, que su trabajo con los clientes era excelente y que, en general, había hecho un buen trabajo. También dejé claro que respondería a las preguntas planteadas, así que si el tema salía a la luz, tendría que mencionar su asistencia irregular y su falta general de fiabilidad.

De alguna manera, ella todavía me usaba como referencia, y el gerente de contratación que llamó no me hizo ninguna pregunta que me llevara a revelar sus debilidades. Mi exempleada tuvo bastante suerte, pero se arriesgó bastante. La pregunta equivocada, incluso una tan simple como “¿Hay algo más que debamos saber sobre esta persona?”- probablemente habría resultado en un resultado menos positivo.

Antes de hacer una lista de alguien como referencia, pregúntale si está de acuerdo. Dale a tus antiguos compañeros o jefes la oportunidad de decirte que no. Pregúntales directamente: “¿Te sientes cómodo recomendándome a futuros empleadores” y "¿Hay algo negativo que puedas decir sobre mí?”.

Puede que estos no sean siempre los temas más agradables a abordar, pero es mejor escuchar algo malo sobre ti en privado que exponer tus defectos a un reclutador o a tu futuro jefe. Con suerte, incluso si una o más de las personas que habrían estado entre tus primeras elecciones revelan que podrían decir cosas que tú preferirías no haber dicho, podrás encontrar a otras más dispuestas a alabarte.

El mejor momento para cultivar tus referencias es cuando no estás buscando trabajo de forma activa. Idealmente, querrás personas de diferentes categorías: jefes, compañeros e incluso personas a las que tengas a tu cargo. Y no hace falta decir que la mejor manera de asegurarse de que tendrás buenas referencias cuando las necesites es hacer tu trabajo lo suficientemente bien como para merecerlas.

Cuando empieces a buscar un nuevo puesto, llama a esas posibles referencias. Elaborar tu lista será más fácil a medida que avances en tu carrera, ya que habrás trabajado con más gente, sin embargo, los que acaban de comenzar su carrera profesional también pueden hacerlo. Si solo has tenido un trabajo profesional, no hay ningún problema en que hagas una lista de empleadores a tiempo parcial, o incluso de profesores universitarios, o de profesores de secundaria si no has ido a la universidad.

Analiza con criterio tu lista de referencias con el fin de detectar posibles lagunas. Si nunca has tenido un jefe que hable bien sobre ti, trabaja para cambiarlo y desarrollar alternativas. Es posible que tu lista no sea perfecta y, de ser así, tardará algún tiempo en corregirse. Sin embargo, debes asegurarte de que sea la mejor lista posible para que puedas utilizarla llegado el momento.