Cómo pasas los primeros minutos después de despertarte puede determinar cómo va a ser el resto de tu día.
Tus primeros minutos de vigilia sirven para acabar de despertarte y conseguir que tu cerebro se concentre y se ponga en marcha para el día que tienes por delante. Cómo preparas tu mente y tu cuerpo durante esos primeros minutos es la clave para estar listo para enfrentarte a los desafíos y las posibilidades que tienes por delante.
Si empiezas bien la mañana, podrás maximizar tu efectividad, aumentar tu positividad y formar buenos hábitos que te ayudarán a sobrevivir a todo lo que te espera durante el resto del día. La buena noticia es que, una vez que nos acomodamos a una rutina, estamos predispuestos a seguir haciéndolo por costumbre. Si eres capaz de mantener una rutina de buenos días, poco a poco empezarás a hacerlo todas las mañanas de forma automática.
Convierte esta rutina de 10 minutos en tu ritual matutino y todos los días estarás preparado para comenzar el día de la mejor forma posible. Prueba estos cinco sencillos pasos.
1. Hidrátate (1 minuto)
Incluso si tu cerebro parece estar pidiéndote un café a gritos en cuanto abres los ojos, lo que tu mente y tu cuerpo realmente necesitan es un poco de agua. El agua hace maravillas para tu salud y bienestar. Un cuerpo adulto está compuesto alrededor de un 55-60% de agua, por lo que asegurarte de beber la suficiente es absolutamente esencial para asegurarte de que tu mente y cuerpo funcionen correctamente. A primera hora de la mañana, tu cuerpo estará un poco deshidratado porque no ha bebido nada en ocho horas.
Empezar el día bebiendo un vaso de agua es una buena manera de reponer los líquidos que has perdido mientras dormías y ayudar a que tu cuerpo se sienta revitalizado. Mientras que la deshidratación te deja agotado y perezoso, beber un poco de agua después de despertarte elimina las toxinas que se han acumulado en tu sistema durante la noche, y le da a tu metabolismo un pequeño empujón. También ayuda a reducir la acidez estomacal y reduce los síntomas de la acidez estomacal.
Algunas personas también beben agua con limón, ya que el limón actúa como un agente desintoxicante y puede ayudar a mantener la salud digestiva, por no hablar de darle a tu cuerpo una dosis de vitamina C. Pero sea como sea, comenzar el día hidratándolo es una gran manera de despejar tu mente y prepararte para lo que viene después.
2. Practica un ejercicio de respiración profunda (1-2 minutos)
La mayoría de las veces, ni siquiera pensamos en respirar. Nuestros pulmones hacen su trabajo - inhalan/exhalan - durante todo el día. Entonces, ¿por qué pasar unos minutos cada mañana practicando la respiración cuando es algo que nuestros cuerpos hacen automáticamente?
Las investigaciones demuestran que cambiar nuestro patrón respiratorio para tomar de seis a diez respiraciones profundas por minuto restaura el equilibrio de nuestro sistema de respuesta al estrés. Reduce la ansiedad y la depresión, aumenta la energía y fortalece nuestro sistema inmunológico. Mejor aún, mejora nuestra concentración mental.
La idea es que nuestra mente y nuestra respiración se reflejan entre sí. Una mente tranquila conduce a una respiración tranquila. Por lo tanto, cuando aprendemos a regular nuestra respiración, podemos influir en nuestros estados físicos y emocionales. Si te despiertas constantemente sintiéndote mal y aturdido, tomarse unos minutos para practicar la respiración profunda puede ayudarte a sentirte refrescado y con energía.
3. Estira y despierta tu cuerpo (2-3 minutos)
El estiramiento después de dormir te hace sentir mejor y ayuda a que tus músculos se despierten y comiencen a funcionar más eficientemente. El estiramiento es una forma simple de ejercicio que puede ayudar a aliviar la tensión muscular del día anterior. Hacer algunos estiramientos simples a primera hora de la mañana puede ayudar con la tensión muscular y la rigidez de las articulaciones, así como mejorar la circulación y aumentar la flexibilidad general del cuerpo.
4. Da las gracias (3 minutos)
Cuando nos tomamos el tiempo para dar gracias y estar agradecidos por todo lo que tenemos, somos más felices y menos ansiosos, y nuestras relaciones mejoran. Tómate unos minutos cada mañana para escribir por lo menos una cosa por la que estés agradecido en tu vida.
Esto podría ser algo tan simple como dormir bien o sentirse agradecido por pasar tiempo con amigos y familiares. O podría ser algo más profundo, como tener buena salud, tener comida en el frigorífico y no tener que preocuparse de pasar hambre.
Existen innumerables cosas en nuestras vidas que damos por sentadas. Tomarse unos minutos todas las mañanas para recordar lo impresionante que es tu vida, incluso durante los momentos más sombríos y oscuros, hará que el interruptor de positividad de tu cerebro parpadee instantáneamente. Hacer esto aumenta tus sentimientos de conexión con otras personas, aumenta tus sentimientos de alegría y satisfacción, y disminuye tu estrés y ansiedad.
5. Visualiza tu éxito diario (1-2 minutos)
Este paso final se puede dar rápidamente, pero es la clave para avanzar con confianza en tu día a día. Tómate uno o dos minutos para imaginar el día que te espera y todas las cosas grandes y pequeñas que tienes que lograr.
A medida que recorras estos eventos en tu mente, visualízate a ti mismo logrando las principales metas que te has fijado para ese día. Imagina el trabajo que tendrás que hacer: las reuniones o las llamadas telefónicas importantes que tienes por delante. A los ojos de tu mente, imagínate a ti mismo manejando cualquier situación difícil con gracia y tacto, e imagina cómo avanzarás por tus proyectos de manera eficiente y competente. Imagínate a ti mismo haciendo tus tareas y siendo productivo, reduciendo tu lista de cosas por hacer y manejando cualquier cosa que pueda surgir.