10 señales de que te va mejor en la vida de lo que crees

Tienes sueños, metas, sin embargo, crees que todavía estás muy lejos de ellos.

Por suerte, hay dos cosas ciertas. Estás a tiempo de ponerte en marcha para alcanzarlos. Es posible que no estés tan lejos como crees.

Es probable que estés haciendo muchas cosas bien, incluso si no todo te ha funcionado todavía. Si te sientes identificado con alguna de estas señales, entonces estás más cerca de tus metas de lo que piensas.

Coges un libro de vez en cuando, o incluso todos los días. Eres consciente de lo que Warren Buffet quiso decir cuando dijo: "Cuanto más aprendes, más puedes aprender".

Quizás no sepas a dónde te llevará tu aprendizaje, pero estás haciendo todo lo posible para adquirir conocimientos y desarrollar habilidades. No sabía que leer 75 libros en un año me ayudaría a escribir dos libros propios, empezar un negocio secundario, convertirme en una mejor persona y dar una charla frente a 1.000 personas, sin embargo, aprender indirectamente me ayudó a hacer todo esto.

Sigue aprendiendo. No te preocupes por dónde te llevará. Seguramente será algún lugar genial.

No te has dejado vencer por tus circunstancias. Todavía crees en nuevas posibilidades para el futuro. Esto es importante, ya que sentirte resignado por tus circunstancias acabará con tus sueños.

Si has conseguido mantener algo de la curiosidad que tenías cuando eras pequeño. Si el mundo no te la ha quitado todavía, aférrate a ella y explora el mundo.

Eres consciente de que no puedes tener éxito sin salud. ¿Cuánto vale un millón de dólares si no puedes disfrutarlo?

Duermes lo suficiente. Haces ejercicio y comes bien porque quieres que tu motor funcione sin problemas para que puedas alcanzar nuevas metas. Si tienes salud, estás en el buen camino para disfrutar de otras cosas.

Por supuesto, todavía no tienes la vida de tus sueños, sin embargo, tienes una idea bastante clara de cómo debería ser. Cuando me di cuenta de que quería ser escritor, me puse a trabajar para ello, ya que conocer tu pasión es solo el comienzo.

Si has encontrado algo que te gusta hacer - escribir, programar, arreglar coches, marketing online, ingeniería - ya has ganado la mitad de la batalla.

Aprovechar al máximo tus habilidades es una historia completamente diferente. Llegar a ser el mejor en lo que haces lleva años, incluso décadas, así que ten paciencia. Experimentarás saltos de conocimiento a lo largo del camino y te sorprenderás de lo mucho que has aprendido, mientras que al mismo tiempo te darás cuenta de lo mucho que todavía no sabes.

Eso de ser testarudo se ha acabado. Cuando te encuentras rodeado de gente más inteligente que tú, los escuchas.

Escuchar y seguir instrucciones es una habilidad de la que muchas personas carecen.

Cualquier cosa que quieras perseguir en la vida tiene una guía que ha sido desarrollada por otras personas que ya han caminado por el mismo camino. Mucha gente se inventa excusas, asegura que su situación es especial e intenta reinventar algo que ya existe.

Si has desarrollado la habilidad de escuchar e implementar instrucciones, entonces tienes una gran ventaja.

Ves el trabajo como una experiencia de aprendizaje. Incluso si tu trabajo no está relacionado con tu vocación, eres consciente de la importancia de hacer lo correcto. La mayoría de la gente no entiende esto. Piensan que el éxito debe ser lo primero, y que la productividad puede llegar más tarde.

Las personas que se comprometen a hacer el trabajo en cada peldaño de la escalera - sin saltarse ninguna - tienen la rara habilidad de ser unos expertos en su campo. La paciencia escasea en estos días. Si sabes cómo trabajar, sabes cómo ganar.

Debes tener una imagen clara de tus finanzas, incluso si no son buenas. Si no lo son, ignorarlas tan solo servirá para empeorar el problema. Estás en el punto en el que te das cuenta de que las decisiones que tomas ahora te afectarán años más tarde.

Ser consciente es el primer paso. El segundo es encontrar formas de ganar más o ahorrar más. Escoge la primera opción. Hazte más valioso.

Cuando te miras al espejo ves a un ser humano con defectos, sin embargo, no solo debes verlos, sino también aceptarlos y amarlos.

Las personas más seguras del mundo vienen en todas las formas, tamaños, antecedentes y circunstancias. Tienen sus propias rarezas y las aceptan.

Te das cuenta de que tienes un problema legítimo y podrías poner excusas válidas, pero no lo haces. Eres consciente de que poner excusas y quejarte no sirve de nada. No son estrategias.

Si te has dicho a ti mismo: "Bien, aquí es donde estoy ahora. ¿Qué voy a hacer al respecto?" Estás listo.

Te basas en la realidad y no en cómo deberían ser las cosas. No eres pesimista, pero eres consciente de las desventajas que tiene la vida y el trato con otras personas. No solo conoces estas verdades, sino que te preparas para ellas.

No esperas lo peor de todos, pero ya no te sorprendes cuando la gente te trata mal.

No ves el mundo como un lugar malo, pero eres consciente de es inherentemente injusto.