Cómo reducir el estrés preocupándote durante solo 15 minutos al día
Página principal Estilo de vida, Crecimiento personal, Consejos

Una gran cantidad de empresarios se pasan todo el día preocupados. Las largas horas de trabajo en solitario, el aumento de la presión para alcanzar el éxito y las rigurosas exigencias de dirigir una empresa suelen originar una serie de preocupaciones imposibles de controlar.

Independientemente de si estás preocupado por un par de cosas realmente grandes o es un cúmulo de cosas lo que no te deja estar tranquilo, hay una solución: dedícate 15-20 minutos al día a preocuparte.

Si prefieres pasar solo unos pocos minutos al día preocupado en vez de estar agobiado todo el día, entonces sigue estos consejos.

1. Reserva un descanso para preocuparte

Escoge un momento en el que estés solo y sea poco probable que te interrumpan. Lo ideal sería que te tomaras un descanso para preocuparte todos los días, haciendo que pase a formar parte de tu rutina. Esto también ayuda a que seas menos propenso a saltártelo cuando estés agobiado (que es realmente cuando más lo necesitas). Cuidar tu bienestar mental de forma proactiva debe ser un hábito, no una idea de último momento. Fíjate un recordatorio en tu calendario y comprométete a hacerlo.

2. Deja las preocupaciones a un lado hasta que llegue el momento de centrarte en ellas

Intentar combatir los pensamientos y emociones negativas es contraproducente. No cabe duda de que acabarán apareciendo de una forma u otra.

En su lugar, apunta tus preocupaciones en un documento, diario o libreta. Es posible que te resulte útil anotar los pensamientos estresantes a medida que estos van surgiendo, especialmente si son tanta cosas las que te preocupan que no eres capaz de acordarte de todas.

9 hábitos que te impiden alcanzar el éxito

Esto sirve para algunos propósitos: te mantiene organizado, te brinda la tranquilidad de que no vas a olvidarte de nada importante, y te ayudará a mantener las preocupaciones alejadas de tu mente hasta que llegue el momento de enfrentarte a ellas. Esto puede ser difícil al principio, pero acabará haciéndose más fácil con el tiempo.

3. Preocúpate durante tu descanso

Cuando llegue el momento que has reservado para preocuparte, dedícate exclusivamente a eso, a preocuparte. Escribe libremente sobre tus miedos y preocupaciones. Sé lo más específico posible. No te censures a ti mismo. Si te le ocurren nuevas ideas o próximos pasos mientras te preocupas, anótalos también.

Cuando los problemas salen a la luz, es probable que descubras que las soluciones son más sencillas de lo que pensabas. Tiene mucho sentido: cuando te resistes a las emociones negativas como la preocupación, estas solo se hacen más fuertes. Sin embargo, cuando les hacemos frente, disminuimos su poder y solemos acabar encontrando formas de abordarlas de una manera productiva.

Es posible que ese tiempo que has reservado para reflexionar te ayude a pensar con mayor claridad.

4. ¿Se ha acabado el descanso para preocuparte? Es hora de seguir adelante

Deja de preocuparte cuando se acabe tu descanso para hacerlo. Si estás obsesionado con un problema, recuerda que tendrás otra pausa de preocupación dentro de poco. Mientras tanto, ahora eres libre de concentrar toda tu energía en otra parte.

Así que, preocúpate, pero en el momento adecuado.

Lea también:
Por favor, describa el error
Cerrar