3 hábitos para mejorar tu productividad
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La clave para el bienestar y, en última instancia, para convertirte en un ser humano más eficaz, está en hacer las pequeñas cosas que la mayoría de las personas saben que deben hacer, pero en realidad no hacen. No seas uno de ellos y adopta estos saludables hábitos.

Cuidarse no es tan complicado. Por desgracia, lo complicamos nosotros mismos. Pensamos demasiado en lo que significa "estar sano", pensamos que ser productivo y efectivo consiste en "hacer más" y, sobre todo, subestimamos el poder de la consistencia. Como sociedad, queremos el resultado más que optimizar el proceso. Queremos ser vistos como un trabajador duro más de lo que queremos "trabajar inteligentemente" y tener más tiempo libre para nosotros mismos. En todas las conversaciones sobre bienestar se habla sobre dietas, aplicaciones y dispositivos wearables, así como sobre "trucos" que aunque parezcan unas grandes soluciones a corto plazo, rara vez conducen a resultados a largo plazo.

Ha llegado la hora de que pienses en las cosas de una forma diferente.

El gran secreto para cuidar de ti mismo es lo que eliges hacer a diario. Eso es todo. De la misma forma que tienes que cepillarte los dientes todos los días para tener los dientes limpios, tienes que ir al gimnasio al menos cuatro o cinco días a la semana para estar físicamente activo y "saludable". La clave para el bienestar no es hacer algo que nadie ha pensado antes. De hecho, es todo lo contrario.

La clave para el bienestar y, en última instancia, para convertirte en un ser humano más eficaz, está en hacer las pequeñas cosas que la mayoría de las personas saben que deben hacer, pero en realidad no hacen.

Estos son 3 hábitos que debes seguir para aumentar tu productividad.

1. Duerme lo suficiente

Muchas personas con un gran rendimiento, especialmente los empresarios, piensan que tienen que trabajar al menos 15 horas al día.

Por desgracia, este nivel de producción no es sostenible. Al final del día, cuántas horas dedicas a tu trabajo no es la variable más importante. Lo que realmente importa es cuántas de esas horas pasas trabajando a tu mayor nivel. Y nada afecta más a tu rendimiento como el sueño.

Esto puede ser muy difícil, especialmente cuando estás estresado o sientes que tienes un montón de cosas por hacer. Sin embargo, lo mejor que puedes hacer si quieres ser lo más productivo posible es dormir al menos 8 horas. Esto es algo que debes convertir en un hábito.

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Sin embargo, si tienes problemas para conciliar el sueño, existen algunas estrategias para hacer que tu cerebro empiece a calmarse cuando te vas a la cama:

  • Apaga el teléfono al menos una hora antes de acostarte.
  • Intenta no ver la televisión demasiado o cualquier dispositivo visualmente estimulante una hora antes de irte a la cama.
  • Bebe té sin teína para relajarte.
  • Lee, relájate, haz algún tipo de actividad relajante.

2. Empieza a hacer deporte

El ejercicio físico también es realmente importante tanto para el cuerpo como para la mente.

Lo ideal es que hagas ejercicio al menos cuatro o cinco días a la semana.

Esto es un ejemplo de lo que podrías hacer. Ve al gimnasio todos los días a las 8 de la mañana. Luego disfruta de algunos ejercicios intensos como CrossFit, levantar pesas, etc. Empezar el día de esta forma te pone de buen humor para el resto del día.

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Además, otra de las razones por las que deberías hacer deporte por la mañana es porque te ayuda a dormir mejor. Por el contrario, si decides hacer ejercicio por la noche, es más probable que duermas peor y no te sientas bien descansado al día siguiente.

Pero en última instancia, debes elegir el momento que te venga mejor a ti, la cuestión es incorporar el ejercicio a tu rutina diaria.

3. Ten una alimentación saludable y evita las dietas de moda

Por último, la comida.

"Somos lo comemos" es una afirmación muy cierta. Y aunque puede resultar fácil seguir una dieta de moda durante uno o dos meses, la mayoría de las personas no son capaces de seguir este tipo de dietas para siempre.

En cambio, es mucho mejor aprender el efecto que los alimentos tienen en tu cuerpo y crear una dieta adaptada a tus necesidades que pase a formar parte de tu estilo de vida. De hecho, deberías llegar al punto en el que ni siquiera tengas que pensar en lo que estás comiendo. Es un hábito, una forma de vida y una relación que tienes contigo mismo.

En segundo lugar: "Si no puedes pronunciar los ingredientes, no te lo comas".

Una gran cantidad de problemas de salud están estrechamente relacionados con la alimentación. La diabetes, las enfermedades cardíacas, la lista sigue y sigue, y la mayoría de ellas no son el resultado de la falta de ejercicio, sino de una dieta deficiente.

Esta es la razón por la que debes empezar a ser consciente de lo que comes. Empieza con cosas simples, como tomar menos bebidas azucaradas, y poco a poco ve avanzando, dejando de consumir cualquier alimento que venga en un bote o en una lata, y solo come alimentos frescos, muchas verduras, proteínas magras, y no demasiados carbohidratos. Incluso esas pocas y sencillas reglas pueden marcar la diferencia.

En general, no se trata de seguir una "dieta". Comer sano y estar sano consiste en encontrar unos hábitos que puedas seguir durante el resto de tu vida.

Tiene que convertirse en tu estilo de vida.

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