Poseer un millón de dólares es muy diferente a ahorrarlo.
Muchas personas tienen la suerte de poder decir que poseen un millón de dólares, al menos si se les pregunta sobre el valor de sus activos. Alcanzar el hito del millón de dólares suele implicar la inflación inmobiliaria, el rendimiento del mercado de valores u otros factores que no se traducen necesariamente en riqueza tangible.
Por otro lado, el grupo de personas que pueden decir que han ahorrado un millón de dólares es bastante más reducido. Conseguirlo requiere paciencia, trabajo duro y sacrificio.
Hemos pedido a algunos expertos que nos den su mejor consejo para ahorrar un millón de dólares. Te contamos cuáles son.
Empieza a ahorrar pronto
Mark Bell-Berry, asesor hipotecario de Chalfont Investment Consultants, ha dicho que empezar temprano es de vital importancia para ahorrar 1 millón.
"Incluso cuando estás ahorrando para la entrada de tu hipoteca, debes estar preparado para hacer esos sacrificios tempranos", dice. "No te gastes demasiado en tu estilo de vida. Aprende a vivir frugalmente, tanto como te sea posible. Esto dará sus frutos más adelante".
La idea de quitarte la hipoteca de tu camino lo antes posible es obviamente buena, pero Bell-Berry ha destacado las ventajas de seguir pagándola mientras inviertes en otros esquemas a largo plazo.
"Acabarás de pagarla tarde o temprano", dice. "Así que asumiendo que la mensualidad que debes pagar es algo a lo que puedes hacer frente, usar los fondos disponibles en otros lugares aumentará tus posibilidades de conseguir un mayor rendimiento por tus fondos, además de ser dueño de tu propiedad".
Sigue la regla 10-10-10-70
Mientras que los millonarios hechos a sí mismos suelen ser emprendedores, es posible aprovechar los consejos de otras personas.
Jeff Lestz es ahora el director ejecutivo de su propia compañía, Genistar, pero amasó su primer millón de dólares cuando tan solo tenía 31 años, seis años después de empezar a trabajar para una gran empresa de servicios financieros.
Según él, para ahorrar tanto dinero siguió lo que llamó la regla del gasto 10-10-10-70.
Por cada nómina que recibió durante esos años, donó el 10% a obras de caridad, ahorró el 10% en un fondo de fácil acceso a corto plazo, invirtió el 10% en un plan a largo plazo que estaba cerrado hasta los 60 años, y aprendió a vivir del 70% restante, incluyendo todos los pagos de hipotecas, impuestos y seguros.
"No es lo que se gana, sino lo que se conserva", dice.
Ten unos buenos hábitos
Además, cada vez que Lestz recibía un aumento de sueldo, mantenía exactamente el mismo nivel de gastos que antes, y guardaba la diferencia.
"La naturaleza humana nos hace aumentar nuestros gastos cuando crecen nuestros ingresos", dice. "Pero en realidad es mucho más fácil de lo que crees, porque no tienes que hacer ningún cambio o sacrificio en tu estilo de vida. Es simplemente una cuestión de hábito".
Aprovecha las buenas oportunidades desde el principio
Aparte de las estrellas del rock y los atletas profesionales, los millonarios hechos a sí mismos suelen ser personas que aprovechan las oportunidades.
"Estos esfuerzos suelen ser arriesgados y muchos fracasan, por lo que hay que estar preparado para asumir estos riesgos y pérdidas y recuperarse con nuevas ideas", dice Félix Eaton, un empresario convertido en inventor.
"Además, cree en el producto o servicio que estás ofreciendo. Créetelo hasta la médula, particularmente si necesitas persuadir a otros para que apoyen tus ideas".
Todo depende de tu forma de pensar.
"Si crees que tu producto es viable, estás preparado para arriesgarte a perder tu inversión, la pérdida financiera es algo de lo que puedes recuperarte, ¿qué tienes que perder?
Sigue tus corazonadas
Para Eaton, la cosa no acaba con ese primer salto de fe.
"Las nuevas inversiones repetidas en nuevas ideas y productos aumentarán tus capacidades y riqueza", dice.
"Por supuesto, tus buenas decisiones tienen que compensar los fracasos, al menos en términos financieros. Ahí es donde la constante necesidad de apostar por tus corazonadas separará a los millonarios de los multimillonarios, y también a los que están en bancarrota".
"Hay mucha suerte, pero la suerte favorece a los que intentan romper el molde".