Si eres como la mayoría de gente, habrá momentos en los que no te sientas seguro de ti mismo. Para la mayoría de nosotros, la confianza es situacional; en función de nuestro entorno, a veces nos sentimos realmente seguros. Sin embargo, en otras ocasiones nos sentimos indecisos e incluso inseguros.
Además, si eres como la mayoría de los mortales, experimentas al menos algún grado del síndrome del impostor: la creencia interna de que eres inadecuado y mediocre, a pesar de que todo indica que eres extremadamente hábil y exitoso.
Te comparas no con lo lejos que has llegado, sino con lo lejos que deseas llegar. Has interiorizado tus logros - para ti, eso es lo que eres. Lo que significa que tus logros no parecen extraordinarios... aunque para otros sí lo sean. Todo esto afecta a tu nivel de confianza.
Vamos a intentar darle solución a este problema. Estas son algunas señales de que eres más seguro de lo que piensas - y definitivamente estás más seguro de ti mismo que la mayoría de la gente.
1. Únicamente buscas la aprobación de la gente que importa
¿Tienes 100.000 seguidores en Twitter? Estupendo. ¿200.000 amigos en Facebook? Fantástico. ¿Una red profesional y social de cientos o incluso miles? Genial.
Sin embargo, esas estadísticas no tienen nada que ver con ganarse la confianza y el respeto de las pocas personas en tu vida que realmente importan.
Cuando te ganas su confianza y respeto, no importa a dónde vayas o lo que intentes, todo lo haces con verdadera confianza debido a que eres consciente de que las personas que más te importan están realmente apoyándote.
2. Escuchas más de lo que hablas
Alardear es una señal de inseguridad. La gente realmente segura de sí misma es tranquila y modesta. Ya saben lo que piensan; así que prefieren escuchar lo que los demás tienen que decir.
Hacen preguntas abiertas que ofrecen a otras personas la libertad de ser reflexivas e introspectivas: Te preguntan qué haces, cómo te va, qué te gusta, qué has aprendido, y qué deberían hacer si se encuentran en una situación similar.
Las personas realmente seguras de sí mismas son conscientes de que saben mucho, pero desean saber más, y son conscientes de que la única forma de aprender más es escuchar más.
3. Estás dispuesto a adoptar una postura no porque creas que tienes razón, sino porque no tienes miedo a equivocarte
La gente engreída tiende a tomar decisiones y a ignorar las opiniones de los demás al respecto. Saben que tienen razón - y quieren (en realidad, necesitan) que sepas que tienen razón.
Sin embargo, su comportamiento no es una señal de confianza; sino todo lo contrario.
A la gente realmente segura no le importa que se demuestre que está equivocada. Sienten que descubrir lo que es correcto es mucho más importante que tener razón. Y cuando se equivocan, son lo suficientemente seguros como para aceptar su error.
Las personas realmente seguras de sí mismas suelen admitir que están equivocadas o que no tienen todas las respuestas; los engreídos nunca hacen esto.
4. Evitas el foco de atención para que sean otros los que brillen
Es posible que hayas hecho la mayor parte del trabajo o que hayas superado grandes obstáculos.
Sin embargo, esto es algo que a la gente realmente segura de sí misma no le importa, o al menos no lo demuestran. La gente verdaderamente segura de sí misma no necesita la gloria; sabe lo que ha logrado.
No necesitan la validación de los demás, porque la verdadera validación viene de dentro.
Así que se hacen a un lado y celebran sus logros a través de otros. Ceden el protagonismo a otras personas - un aumento de confianza que ayuda a esas personas a llegar a ser verdaderamente seguras también.
5. No tienes ningún problema en pedir ayuda
Muchas personas sienten que pedir ayuda es una señal de debilidad; ya que implica una falta de conocimiento, habilidad o experiencia.
Las personas seguras admiten sus debilidades. Así que suelen pedir ayuda a los demás, no solo porque son lo suficientemente seguras como para admitir que necesitan ayuda, sino también porque saben que cuando buscan ayuda, son conscientes de que le están haciendo un cumplido a la persona que les está ayudando.
Decir "¿Puedes ayudarme?" demuestra un gran respeto por la experiencia y el juicio de esa persona.
6. No criticas a los demás
En general, las personas a las que les gusta chismorrear, a las que les gusta hablar mal de los demás, lo hacen porque desean sentirse mejor con ellas mismas.
La única comparación que una persona verdaderamente segura de sí misma hace es con la persona que era ayer - y con la persona en la que espera convertirse algún día.
7. No temes no parecer perfecto
Cuando estás realmente seguro de ti mismo, no te importa no encontrarte en tu mejor momento de vez en cuanto.
Y, curiosamente, la gente tiende a respetarte más por ello, no menos.
8. Admites tus errores
La inseguridad suele generar artificialidad, mientras que la confianza suele dar lugar a sinceridad y honestidad.
Esta es la razón por la que la gente realmente segura admite sus errores. No les importa servir como un cuento con moraleja. No les importa ser una fuente de risa - para los demás y para ellos mismos.