Independientemente de si la ansiedad te hace sentir físicamente enfermo o te impide dormir durante la noche, puede ser bastante incómoda, y sus efectos suelen ser de gran alcance, ya que es capaz de afectar a casi todos los aspectos de tu vida.
Comprender mejor qué es la ansiedad y cómo controlarla puede ser la clave para vivir una vida mejor. Sin embargo, la ansiedad es una de las emociones más incomprendidas de todos los tiempos. Estas son siete cosas que los expertos en salud mental creen que todo el mundo debería saber sobre la ansiedad.
1. El objetivo de la ansiedad es mantenerte seguro, pero tu alarma de ansiedad no funciona bien
La ansiedad es una emoción normal y saludable destinada a advertirte sobre peligros inminentes. Si no experimentaras ninguna ansiedad, no saldrías corriendo de un edificio en llamas o no mirarías a ambos lados de la calle antes de cruzar.
Sin embargo, la alarma de ansiedad no es 100% infalible en nadie. Habrá momentos en los que tu mente y tu cuerpo responderán como si estuvieras en una situación de vida o muerte aunque para nada sea el caso.
Dar una charla en público o invitar a alguien a una cita puede disparar una alarma de ansiedad, aunque ninguna de estas dos situaciones puede matarte. Aprender a diferenciar las alarmas reales de las falsas alarmas es de vital importancia para controlar tu ansiedad.
El simple hecho de reconocer que tu cerebro y tu cuerpo están reaccionando de forma exagerada a un acontecimiento aparentemente inofensivo puede darte el poder de tomar una acción positiva.
2. La ansiedad te afecta emocional, cognitiva y físicamente
La mayoría de la gente habla sobre la ansiedad como una emoción. Sin embargo, la ansiedad también afecta al cerebro y al cuerpo.
Cuando te sientes ansioso, es más probable que pienses en las cosas que alimentan tu ansiedad. Es posible que no dejes de pensar sobre cosas malas que sucedieron en el pasado o que no dejes de hacer predicciones catastróficas sobre el futuro.
Tu cuerpo responderá en consecuencia. Tu ritmo cardíaco y tu presión arterial podrían aumentar. Es posible que empieces a respirar más rápido e incluso a sudar. Estas reacciones tienen como objetivo prepararte para la acción (esto se conoce como la respuesta de pelear o escapar).
Saber cómo calmar tanto tu mente como tu cuerpo cuando te sientes ansioso te ayuda a enfrentarte a las situaciones que provocan ansiedad.
3. La ansiedad no es racional
Resulta fácil creer que tu ansiedad significa que estás en peligro. Pero la ansiedad no siempre es racional.
Puedes sentirte ansioso cuando está sano y salvo en casa. O puedes experimentar un aumento aleatorio de la ansiedad cuando estás sentado en tu escritorio. La forma en la que respondas al aumento de la ansiedad marca una gran diferencia en cuanto a la duración e intensidad de la misma.
Si sucumbes al pánico y te convences de que no puedes soportar sentirte incómodo, o que tu ansiedad es un signo seguro de una fatalidad inminente, no podrás escapar de esa situación.
Pero si la aceptas, en lugar de luchar contra ella, es posible que te sientas mejor más rápido. Acepta que la ansiedad no es algo malo.
4. Puedes reducir la ansiedad haciendo cambios en tu entorno
Una forma de tratar la ansiedad es abordar el ambiente. Cambiar la situación puede cambiar cómo te sientes.
Sin embargo, es importante considerar la forma en la que abordas la situación, porque puede ser saludable o no.
La evasión, por ejemplo, es una estrategia común para afrontar la situación. Evitar las facturas puede reducir tu ansiedad de forma temporal. Sin embargo, no pagar tus deudas crea problemas mayores a largo plazo y puede agravar tu ansiedad.
Evitar a una persona que te critica constantemente, o permitirte no participar en un evento estresante podría ser una forma saludable de hacer frente a tu ansiedad.
Observa los cambios en el entorno que puedes hacer para reducir tu estrés, y a la vez mejorar tu vida a largo plazo.
5. Puedes reducir la ansiedad abordando tu estado emocional
En lugar de cambiar el entorno, también puedes controlar tu ansiedad cambiando la forma en la que respondes a tu entorno.
Algunas habilidades de afrontamiento saludables incluyen cosas como salir a caminar, meditar o hacer ejercicios de respiración profunda que calmen tu cuerpo y mente.
Las habilidades de afrontamiento no saludables implican hacer cosas que temporalmente enmascaran tus emociones pero que causan nuevos problemas (o exacerban los ya existentes) - como recurrir a la comida o al alcohol para consolarte.
Es de vital importancia evaluar las habilidades actuales para sobrellevar la situación. Todos podemos mejorar la forma en la que le hacemos frente a las situaciones que generan ansiedad.
6. La ansiedad pasa a ser un trastorno cuando afecta al funcionamiento
Los trastornos de ansiedad incluyen enfermedades como el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social, el trastorno de ansiedad generalizada y los trastornos de ansiedad inducidos por sustancias/medicamentos.
La ansiedad se convierte en una enfermedad de salud mental diagnosticable cuando esta ejerce un impacto negativo en tu funcionamiento social, ocupacional o educativo.
Evitar las reuniones sociales, discutir con alguien debido a tu ansiedad, faltar al trabajo o no poder dormir son solo algunos de los signos de que podrías estar sufriendo un trastorno de ansiedad.
7. La ansiedad se puede tratar
La ansiedad es la enfermedad mental más común, aunque no se trata en su totalidad.
La Asociación de Ansiedad y Depresión de EE. UU. estima que el 18% de la población sufre un trastorno de ansiedad. Sin embargo, solo el 36% de los individuos con un trastorno de ansiedad reciben tratamiento.
Un estudio llevado a cabo en Australia ha descubierto que las personas con ansiedad suelen tardar 8 años en recibir tratamiento.
Es una pena que las personas con ansiedad esperen tanto para recibir ayuda porque la ansiedad es tratable. El tratamiento puede consistir en medicamentos, terapia o una combinación de ambos.