Algunas personas creen que ser fuerte significa ser capaz de hacer cualquier cosa. Sin embargo, la verdad es que las personas mentalmente fuertes son esencialistas. No sienten la necesidad de intentar ser todas las cosas para todas las personas. En cambio, invierten su tiempo y energía en las cosas que más les importan.
Dicen que no a las cosas que podrían distraerlos de sus objetivos, y se niegan a desperdiciar su valiosa energía en cosas que realmente no importan.
Estas son siete cosas que las personas mentalmente fuertes no pierden el tiempo haciendo.
1. Preocuparse por lo que piensan los demás
Preocuparse por la opinión de los demás tendrá un impacto en todos los aspectos de tu vida, desde la ropa que te pones hasta la forma en la que crías a tus hijos. Esto puede dar lugar a que evites asumir riesgos y hacer cosas que podrían ser criticadas o rechazadas - como buscar un nuevo trabajo o hablar con alguien que te haya hecho daño.
Las personas mentalmente fuertes no intentan hacer felices a otras personas a toda costa. Tienen confianza en sí mismas y se aseguran de que sus prioridades están en la misma línea que sus valores. Centran sus esfuerzos en alcanzar las metas y hacer lo mejor posible, sin importarles lo que piensen los demás.
2. Pensarse demasiado las cosas
Jamás vas a encontrarte a una persona mentalmente fuerte atrapada en una parálisis de análisis. Se niegan a pensarse demasiado las cosas. En cambio, evalúan sus opciones y adoptan medidas.
Son conscientes de los riesgos que corren y que las elecciones que hacen no siempre serán perfectas. Sin embargo, tienen confianza en que van a estar bien sin importar lo que pase.
3. Culparse a ellos mismos
Las personas mentalmente fuertes aceptan la plena responsabilidad de sus acciones y no caen en la tentación de culparse a ellos mismos.
No se juzgan a ellos mismos por sus errores, porque saben que una dura autocrítica no es efectiva. En cambio, son conscientes de que la autocompasión es la clave para hacerlo mejor, y por eso eligen hablar para perdonarse a sí mismos cuando se equivocan.
4. Desear que las cosas sean diferentes
Los deseos pueden despertar emociones dolorosas, como el resentimiento y el arrepentimiento. Independientemente de si deseas que tus padres te traten de una forma diferente o que tu jefe nunca te hubiera dado ese proyecto extra, podrías quedarte estancado pensando en situaciones que no puedes cambiar y perderte nuevas oportunidades.
Las personas mentalmente fuertes no desperdician su precioso tiempo deseando que se les hubiera tratado de otra forma. En cambio, invierten su energía en hacer lo mejor que pueden en cualquier situación.
5. Sentir lástima de ellos mismos
Las personas mentalmente fuertes no tienen miedo de estar tristes, en vez de ello rechazan estar indefensos y sin esperanza. En lugar de perder el tiempo lamentándose, encuentran formas saludables de hacer frente a su incomodidad, como salir a caminar o resolver problemas con un amigo.
Incluso cuando las cosas se ponen feas, reconocen lo que tienen que agradecer. Se mantienen centrados en lo que tienen para dar, en lugar de insistir en que merecen más.
6. Quejarse a personas que no pueden ayudar
Puede resultar tentador quejarte sobre la gente que no te gusta o situaciones que consideras injustas. Sin embargo, quejarte a las personas que te rodean no le hace bien a nadie. Al contrario de lo que cree la gente, desahogarte no libera tus sentimientos de ira y frustración, sino que los alimenta.
7. Intentar cambiar las cosas que no se pueden cambiar
Repetir conversaciones en tu cabeza o no dejar de pensar sobre los errores te mantendrá atascado en un lugar de dolor, y puede afectar de forma negativa a tu capacidad para avanzar.
En lugar de perder el tiempo repasando las cosas que no pueden cambiar, las personas mentalmente fuertes se centran en la gestión de sus emociones. Cuando son capaces de arreglar una situación, adoptan medidas proactivas y positivas, como practicar yoga o pasar tiempo en la naturaleza. Si no lo hacen, aceptan lo que no pueden cambiar y se concentran en sacar lo mejor de cada situación.
A veces, estos malos hábitos pueden convertirse en algo parecido a una segunda naturaleza, lo que hace que sean difíciles de cambiar. Sin embargo, el primer paso para dejarlos es tomar conciencia de los hábitos poco saludables que están agotando tu fuerza mental. Esto es algo que requiere trabajo duro y dedicación, pero con la práctica, puedes aprender a reservar tu tiempo y energía para las cosas que más importan en la vida.