Aunque pueda resultarte imposible pensar que alguien que te ha roto el corazón te haya podido ayudar en tu viaje, en realidad es así.
Existe una razón por la que algunas de las poesías y canciones más hermosas son escritas en tiempos de angustia, y por la que tanta gente anota sus pensamientos más íntimos cuando están haciendo frente a la pérdida de una relación. La angustia es una alteración de la vida. Las rupturas te abren el alma y te parten en dos.
Las rupturas son física y emocionalmente devastadoras debido a que el amor lo consume todo. Las rupturas marcan el fin de una era. Significan que la vida que una vez conociste ha desaparecido. Y duele mucho. Cuando esto sucede, tienes la sensación de que ya no hay ninguna razón por la que vivir.
El corazón roto no es solo un estado de ánimo. Al hacerle frente a una ruptura, las personas pueden experimentar síntomas físicos como cambios en el apetito, dolores de cabeza o corporales y una sensación general de malestar.
Si te encuentras en una situación parecida, hacerte estas 4 preguntas puede ayudarte a sentirte mejor y a superarla.
No desees no haber conocido a esa persona
Pregúntale a cualquiera a quien le hayan roto el corazón y te dirá que desearía borrar sus recuerdos y volver a una época de su vida en la que no sabía que la otra persona existía.
¿Por qué? Esto se debe a que el dolor sigue presente, haciendo daño a sus corazones, cavando un hoyo en su pecho, y no quieren sentirse más rotos. Borrar a esa persona parece la solución más simple, pero más dramática.
El tiempo es el único remedio para un corazón roto
El tiempo es lo único que puede curar a una persona tras una ruptura, lo cual es irónico debido a que el tiempo parece paralizarse cuando sientes el peso aplastante de perder a alguien. Sin embargo, una vez que el tiempo haya empezado con sus poderes de curación, tan solo entonces podemos empezar a ver el lado bueno de una relación anterior.
Aunque no hay una respuesta definitiva sobre cuánto tiempo se necesita para seguir adelante tras una ruptura, cualquier tiempo dedicado a nosotros mismos es realmente útil. Distraernos con nuestro trabajo, nuestros amigos y familia, nuestros hobbies habituales, e incluso probar otros nuevos, puede ayudarnos en nuestro proceso de curación. Mientras que el primer día tras una ruptura puede hacernos pensar que nunca jamás disfrutaremos de una comedia romántica o de un hermoso amanecer, conforme pasa el tiempo, empezamos a sentirnos esperanzados nuevamente.
Una vez que el tiempo ha pasado y el corazón se ha curado, cualquier persona desconsolada puede ver esperanza en este nuevo capítulo de su vida. Para una nueva persona soltera, la esperanza es lo más valioso. Tras encontrar la esperanza, podemos finalmente reflexionar y explorar el significado de nuestra relación anterior en el viaje de nuestra vida.
Estas son algunas preguntas que pueden ayudarte a reflexionar sobre las relaciones y amistades fallidas.
¿Quién eras al principio de tu relación y quién eras al final?
¿Has crecido como persona mientras estabas con tu pareja? Si no, ¿por qué? ¿Qué has aprendido sobre la forma en la que has hecho frente a los conflictos? ¿Has reforzado tus habilidades de comunicación mientras estabas con esta persona? ¿Qué has aprendido sobre la forma en la que gestionaste una relación seria con otra persona?
¿Hay cosas que podrías haber hecho mejor?
Sin culparse a ti mismo ni insistir en los errores del pasado, ¿hay cosas que has aprendido que puedas utilizar en futuras relaciones para ser un mejor compañero?
Si tuvieras que elegir tres cosas que has aprendido de esta persona, ¿cuáles serían?
¿Te ha ayudado a ser mejor? ¿Te ha dado confianza en ti mismo? ¿Te ha enseñado a creer en ti mismo? ¿Te ha enseñado a dejar ir las pequeñas cosas?
¿Te ha convertido en una persona mejor, y si es así, cómo vas a continuar esos hábitos sin tu pareja?
Nada es seguro. Ni siquiera un matrimonio de más de 50 años es inmune a la separación. Es de vital importancia tomar cada pedazo de información que aprendemos de una relación y usarla para mejorar. Necesitamos aprender a ser individuos independientes que puedan seguir creciendo, con o sin nuestras parejas.
Nuestras parejas están aquí para hacer nuestras vidas más felices y realizadas, pero no para completarnos. Eso depende de nosotros. A través de la reflexión sobre las lecciones aprendidas podemos trabajar en ser esos individuos completos, sin importar si sufrimos un desengaño en el futuro.