11 hechos científicamente probados sobre el engaño en las parejas
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La infidelidad es un territorio turbio. ¿Cuenta una aventura de una noche en una despedida de soltero? ¿Y qué pasa con un enredo emocional con un amigo cercano que no involucre nada físico?

Los psicólogos y los expertos en relaciones llevan años estudiando la ciencia de la infidelidad, obteniendo unos conocimientos realmente sorprendentes sobre lo que las diferentes parejas consideran un engaño, cómo reaccionan ante él, y cómo se recuperan tras una infidelidad.

Hemos analizado algunas de esas investigaciones para mostrarte cómo puedes aplicar estos descubrimientos en tu propia relación.

Es más probable que engañes a tu pareja si dependes económicamente de ella

Un estudio realizado en 2015 entre 2.800 personas de 18 a 32 años de edad que fue publicado en la American Sociological Review sugiere que las personas que dependen económicamente por completo de su cónyuge tienen más probabilidades de ser infieles.

Eso es especialmente cierto en el caso de los hombres que dependen económicamente de sus parejas. Alrededor del 15% de los hombres que dependen económicamente de sus esposas son infieles, comparado con el 5% de las mujeres dependientes.

Y esta es la parte realmente interesante: Los hombres son menos propensos a engañar cuanto más dinero ganan en relación con su esposa.

Las mujeres también son menos propensas a engañar cuanto más dinero ganan en relación con su cónyuge, pero sus tasas de engaño no parecen aumentar en ningún momento.

Nos sentimos de forma diferente según el sexo de la persona con la que nuestra pareja nos engaña

En un estudio llevado a cabo en 2015 y publicado en la revista Personal Relationships, unos hombres y mujeres leyeron sobre unos hipotéticos escenarios en los que su pareja tenía relaciones sexuales con alguien de un sexo diferente o del mismo sexo.

Cuando los investigadores preguntaron a los participantes cómo se sentirían al respecto, los hombres eran más propensos a enfadarse y a acabar su relación si su pareja les engañaba con alguien de otro sexo. Pero eran más propensos a excitarse si su pareja les engañaba con alguien del mismo sexo.

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Las mujeres también afirmaron sentirse más negativas si su pareja las engañaba con alguien de otro sexo. Sin embargo, estas se mostraban más inclinadas a terminar la relación si su pareja la engañara con alguien del mismo sexo.

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Las relaciones están destinadas a acabar, pero no la tuya, por supuesto.

En un estudio de 2015 publicado en el Journal of Social and Personal Relationships, un grupo de estudiantes universitarios estimaron que la persona promedio del sexo opuesto tiene alrededor de un 42% de posibilidades de engañar a su pareja.

Sin embargo, cuando se trataba de sus propias parejas, los participantes estimaron que había alrededor de un 5% de posibilidades de que su pareja ya les hubiera engañado y alrededor de un 8% de posibilidades de que les engañaran en el futuro.

Resulta que el 9% de los participantes dijeron que realmente habían engañado a sus parejas.

Los hombres heterosexuales están más angustiados por la infidelidad sexual; mientras que las mujeres heterosexuales sufren más por la infidelidad emocional

Una investigación de 2013 publicada en la revista Evolutionary Psychology descubrió que la mayoría de los hombres heterosexuales afirman que se molestarían más si su pareja tuviera una relación sexual con otra persona si no se hubiera enamorado de ella.

La mayoría de las mujeres, por otro lado, aseguran que se sentirían más molestas si su pareja se hubiera enamorado de otra persona pero no hubiera tenido sexo con ella.

Los hombres son más propensos a ser infieles cuando se acerca un cumpleaños importante

En 2014, un grupo de investigadores observaron la actividad de Ashley Madison, un sitio de citas para personas que ya tienen una relación. Llegaron a una conclusión realmente fascinante. Los hombres estudiados eran más propensos a buscar relaciones extramatrimoniales cuando su edad termina en el número nueve.

En otras palabras, justo antes de llegar al gran 4-0 o 5-0, tienen más posibilidades de intentar encontrar un sentido a la vida manteniendo una relación con alguien que no sea su pareja.

Los investigadores observaron un efecto similar, pero menor, entre las mujeres.

Tus genes pueden influir en la probabilidad de que engañes a tu pareja

Un creciente conjunto de investigaciones sugiere que ciertas personas son más propensas a ser infieles, dependiendo de su biología.

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Por ejemplo, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Queensland y publicado en la revista Evolution and Human Behavior descubrió que la infidelidad era más común entre las personas que tenían tipos específicos de genes de receptores de oxitocina y vasopresina.

Tal y como explicó Richard Friedman, profesor de psiquiatría clínica del Colegio Médico Weill Cornell, en el New York Times, la vasopresina es una hormona relacionada con las conductas sociales que incluyen la confianza, la empatía y los vínculos sexuales.

Según los resultados de ese estudio, el 40% de los casos de infidelidad en las mujeres y el 62% en los hombres tenían que ver con la genética.

Arreglar una relación tras una infidelidad es posible

Salvar tu relación después de que tu pareja te haya sido infiel es posible. Sin embargo, hay ciertas pautas que debes seguir:

  1. El infiel tiene que sentir algún remordimiento y querer cambiar su vida.
  2. La víctima tiene que asegurarse de que su pareja ha dejado de engañarle.
  3. La víctima probablemente no debería hacer preguntas sensibles sobre lo que ha pasado exactamente entre su pareja y la otra persona.

Los asuntos emocionales son cada vez más comunes

La infidelidad emocional se está volviendo más común incluso que la infidelidad física.

Una investigación de la Asociación Americana de Terapia Matrimonial y Familiar ha descubierto que cerca del 45% de los hombres y 35% de las mujeres han admitido tener una aventura emocional. Esa cifra es mucho más alta que el 20% de las personas que admiten tener una aventura física.

Una aventura emocional es difícil de definir, sin embargo, si sospechas que tu pareja podría estar teniendo una, hay algunas señales de alerta. Por ejemplo, cuando discutes, tu pareja siempre acaba sugiriendo el fin de la relación. O cuando le preguntas a tu pareja sobre su amistad con otra persona, se pone a la defensiva.

Las mujeres son tan propensas a engañar como los hombres

La revista New York Magazine ha informado de que, si bien la infidelidad era considerada como algo exclusivamente de los hombres, ahora es casi igual de probable entre hombres y mujeres.

La revista cita un estudio llevado a cabo en 2011 y publicado en la revista Archives of Sexual Behavior que descubrió que alrededor del 23% de los hombres y el 19% de las mujeres en relaciones heterosexuales informaron haber engañado a su pareja.

La moralidad es el principal factor que impide ser infiel a las personas casadas

En un estudio realizado en 2017 y publicado en el Journal of Sex Research, los investigadores pidieron a los participantes que indicaran las razones más importantes por las que una persona no sería infiel a su pareja.

En el estudio participaron unas 400 personas que vivían en Israel con edades comprendidas entre los 24 y los 60 años. Todos llevaban casados al menos un año y tenían al menos un hijo. Las cuatro razones principales que surgieron fueron la moralidad, los efectos en sus hijos, el miedo a quedarse solo y los efectos en otras personas (especialmente la pareja sexual extramarital).

Curiosamente, los participantes religiosos eran más propensos a citar la moralidad y la preocupación por otras personas como razones para permanecer fieles, mientras que los participantes seculares eran más propensos a citar el miedo a estar solos.

Es más probable que se engañe si se ha engañado antes

El viejo dicho de "una vez que se es infiel, siempre se es infiel" podría estar basado en la verdad.

Un estudio llevado a cabo en 2017 y publicado en la revista Archives of Sexual Behavior siguió a casi 500 adultos a través de dos relaciones románticas de género mixto. Los investigadores pidieron a los participantes que informaran sobre su propia infidelidad y si sabían o sospechaban que su pareja había sido infiel.

Resultó que los participantes que habían dicho ser infieles en la primera relación eran tres veces más propensos a serlo en la segunda, en comparación con las personas que no habían sido infieles con anterioridad.

Curiosamente, los participantes que habían informado de que su primera pareja les había sido infiel tenían el doble de probabilidades de informar de que su segunda pareja les había sido infiel.

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