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5 pasos para hacerle frente a cualquier situación difícil y estresante.

El liderazgo es difícil. Perder la motivación es algo bastante normal. ¿Con qué frecuencia pierdes la motivación en el trabajo? ¿Una vez al mes? ¿Una vez a la semana? ¿Todos los días? Mantenerse motivado cuando estás estresado es especialmente difícil. El estrés hace que tu motivación disminuya por una razón. Las investigaciones han demostrado que nuestra fuerza de voluntad es finita. Es como un coche que consume gasolina. Cuando este se queda sin gasolina, pierde la fuerza y se detiene. No importa lo mucho que pises el acelerador, el coche simplemente no se mueve. Necesita repostar.

La buena noticia es que puedes repostar tu motivación desde cualquier lugar sin tener que viajar a una gasolinera o gastarse un solo céntimo. Por suerte, nuestro cerebro es muy potente. El estrés afecta a las sinapsis neuronales de nuestro cerebro, pero cuando nos enfrentamos al estrés, podemos literalmente recablear y rejuvenecer nuestro cerebro.

Estos son 5 pasos que puedes seguir cuando sientas que tu motivación ha caído en picado.

1. Identifica el tipo de estrés que estás sufriendo

El estrés aparece de cuatro formas diferentes. Es de vital importancia identificar y entender cuál es el que sientes. Primero, está el estrés del tiempo. El estrés del tiempo se produce cuando te preocupas por el tiempo o la falta de él. Los plazos inminentes suelen provocar estrés de tiempo. Como líder con tiempo limitado, no eres ajeno a este tipo de estrés, también llamado estrés anticipado. Cuando estás preocupado por una presentación o una reunión de la junta directiva, sufres estrés anticipado. ¿Recuerdas la Ley de Murphy? Si algo puede salir mal, lo hará.

7 formas de convertir el estrés en motivación

El tercer tipo de estrés, llamado estrés situacional, se produce cuando sientes que no tienes el control. Como líder, puedes experimentar estrés situacional cuando tu estatus disminuye o tu reputación se ve afectada. El último tipo de estrés se llama estrés de encuentro. Ocurre cuando tus interacciones con los demás te hacen sentir incómodo. Cuando interactúas con un compañero de trabajo tóxico, puedes experimentar este tipo de estrés.

También es importante comprender si sufres de agotamiento o de estrés. El agotamiento se produce cuando el estrés se prolonga durante un largo periodo de tiempo. Cuando sufres de agotamiento, te sientes cansado y agotado. Tu sistema inmunológico se ve afectado y es más probable que caigas enfermo. También te sientes impotente y pierdes la motivación. El estrés es menos extenso. Cuando experimentas estrés, sientes que se te exige demasiado y puedes experimentar efectos físicos como tensión muscular y dolores de cabeza, pero no te sientes vacío como cuando experimentas agotamiento.

2. Encuentra un compañero

Afrontar el estrés como un equipo es mucho más fácil. Intenta encontrar a alguien que te ayude a recargar tu motivación. Si has perdido la motivación para un proyecto, puedes intentar discutir tus resultados con algún compañero o amigo. Si has perdido la motivación para aprender una nueva habilidad, puedes intentar compartir tus aprendizajes y experiencias con un compañero de trabajo. Intentad daros ánimos mutuamente. Hablar sobre tus experiencias con otra persona puede ayudar a reavivar tu interés y motivación.

3. Haz un seguimiento de tu progreso

Muchos líderes confunden la acción con el progreso. El hecho de que te estés moviendo no significa que estés avanzando. Cuando no sabes a dónde vas o cuán lejos has llegado, es normal que pierdas la motivación. Puedes prepararte para el éxito estableciendo objetivos de progreso. Cuando tienes una luz guía, resulta mucho más fácil mantener la motivación. En lo que respecta a un proyecto de trabajo, debes utilizar indicadores clave de rendimiento y puntos de referencia para seguir y controlar tu éxito, y siempre debes incluir el estrés en la evaluación. Aunque el estrés puede ser un concepto un tanto nebuloso, es sorprendentemente fácil de evaluar si sabes lo que estás buscando.

Cómo motivarte cuando estás deprimido

Esto se debe a que el estrés suele estar asociado con síntomas cognitivos, emocionales, interpersonales, físicos y espirituales. Tus revisiones de progreso deben evaluar cuáles y cuántos síntomas de estrés has experimentado, el grado y la frecuencia. ¿Has experimentado una pérdida de motivación? ¿Tensión muscular? ¿Pérdida de apetito o aumento de la ingesta de alimentos? ¿Resfriados frecuentes? ¿Aislamiento social? ¿Comportamientos impulsivos o repetitivos? Es importante llevar un registro de tu progreso y acumular recompensas.

No te olvides de darte una palmadita en la espalda incluso por las victorias más pequeñas. Cualquier progreso es bueno. Cuando hayas alcanzado hitos críticos, ¿por qué no te das una recompensa y celebras tu éxito? Te lo mereces. Además, te ayudará a mantenerte comprometido y motivado.

4. Di que no

Tus niveles de estrés aumentan cuando intentas hacer más cosas de las que puedes abarcar. Es importante evitar la tendencia a decir que sí a todo. Cuando te pidan que hagas algo, piénsatelo dos veces antes de dar una respuesta. Es importante que te tomes tu tiempo para considerar si tienes el tiempo, las habilidades y los recursos necesarios para completar la tarea. No pasa nada si no los tienes. No hay nada de malo en decir que no. Como líder, debes reconocer que decir que no no es egoísta. Tan solo significa que estás honrando tus compromisos. No deberías sentirte culpable. Deberías sentirte orgulloso de ti mismo. Cuando aprendas a decir que no con confianza, tendrás más tiempo y motivación para el trabajo que realmente requiere tu atención.

5. Sigue tu pasión

De vez en cuando, da un paso atrás y reflexiona sobre la pasión que sientes en tu trabajo actual. ¿Sientes pasión por el sector? ¿Te apasiona la gente con la que trabajas? ¿Te apasiona tu papel en la empresa? Tus pasiones cambian conforme progresas en tu carrera. Deberías reflexionar al respecto al menos una vez al año. Pasas mucho tiempo - al menos el 50% de tus horas de vigilia - en el trabajo. Si no estás haciendo algo que te apasiona, tu motivación se deteriorará.

Varios estudios han demostrado que cuando algo nos apasiona, experimentamos más alegría y nos sentimos más realizados. El flujo de sangre en nuestro cerebro aumenta y nos concentramos mejor. Esto aumenta los neurotransmisores responsables de establecer nuevas conexiones en nuestro cerebro, y somos más capaces de centrarnos en el presente, evitar las trampas mentales y resistir el enredo de las emociones. Cuando estás motivado, se produce un efecto dominó. Estás más comprometido, menos estresado y más productivo. Toda esta energía positiva se transmite a todo el equipo.

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