9 estrategias para aprender a hablar en público
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9 técnicas fáciles de dominar para convertirte en un mejor orador, y por consiguiente, parecer más inteligente.

En el mundo de los negocios básicamente existen 4 tipos diferentes de oradores:

  • Los incoherentes, que se van por las ramas, abusan de la jerga y hablan sobre cosas interesantes sobre todo para ellos mismos.
  • Los coherentes, que pueden comunicar verbalmente hechos y opiniones pero rara vez dicen algo interesante.
  • Los elocuentes, que hablan claramente pero cuyas palabras rara vez son persuasivas.
  • Los elocuentes, que emplean el lenguaje y el lenguaje corporal para ganarse la confianza de su público.
  • La gente elocuente parece inteligente, sin importar cuán inteligentes sean. Lo contrario también es cierto.

Por suerte, la elocuencia es una habilidad que puede ser aprendida, practicada y dominada. Te contamos cómo.

1. Siéntate con la columna recta pero relajada

La elocuencia va más allá del mero uso del lenguaje. También depende de cómo usas tu lenguaje corporal. La posición de tu espalda es la base de tu lenguaje corporal y por lo tanto la raíz de tu elocuencia.

Dejarte caer transmite una falta de confianza en ti mismo y en tus palabras. El otro extremo, una baqueta con la espalda recta, transmite "pelea o huye". Una columna recta pero relajada te pone en un estado mental y físico del cual las palabras fluyen suave y fácilmente.

2. Mantén la barbilla en alto

La posición de la cabeza es tan importante como la posición de la columna vertebral, un hecho que se refleja en muchas expresiones comunes. Mantener la cabeza en alto, por ejemplo, ayuda a transmitir orgullo y determinación, mientras que bajar la barbilla significa que ya estás abatido.

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Una cabeza erguida es de vital importancia para hablar bien en público también por razones fisiológicas. Un cuello tenso tiende a estrangular las palabras, impidiéndote hablar con claridad.

3. Concéntrate en tus oyentes

La elocuencia solo tiene sentido si la gente te escucha, y no te escucharán si estás pensando en otra cosa o si no dejas de mirar a todas partes. La elocuencia sin atención es mero discurso.

Evita mirar de reojo - te hace parecer deshonesto. Además, si no tienes más remedio que echarle un vistazo a tus notas, baja únicamente con los ojos y no bajes la cabeza.

4. Habla en voz alta para que te escuchen

Para una máxima elocuencia, habla en voz alta para que la gente más alejada pueda escucharte sin problema, sin embargo, no hables tan alto que resulte incómodo para los que están delante.

Si no estás seguro sobre tu volumen, pregúntale a alguien que esté sentado atrás si puede oírte con claridad.

Sin embargo, nunca grites. Si te encuentras en esa posición, pide un micrófono o que la gente se acerque.

5. Apóyate en las palabras con gestos apropiados

Utiliza las manos para enfatizar los puntos clave. La mejor forma de aprender esta habilidad es observar cómo los famosos y los oradores usan gestos mientras hablan. Observa cómo los movimientos de sus manos parecen "emerger" de sus palabras.

Si no tienes la intención de utilizar un gesto, mantén las manos quietas. Juguetear con las gafas, toquetear los papeles o rascarte distraerá a la audiencia de tu mensaje y "anulará" tu elocuencia.

6. Adopta una posición enérgica con tu cuerpo

Añade poder a tus palabras moviendo tu cuerpo de forma apropiada. Por ejemplo, si le estás hablando a un grupo desde un escenario, puedes moverte de un lugar a otro para indicar que estás presentando una nueva idea.

Del mismo modo, cuando te sientes en la mesa de conferencias, inclínate ligeramente hacia adelante cuando desees enfatizar algo. Reorienta tu posición sentada cuando pases de un tema o concepto a otro.

7. Usa palabras que todo el mundo comprenda

Los clichés son lo opuesto a la elocuencia. Emplea palabras o frases inesperadas pero comunes que ilustren los puntos de manera memorable.

También debes evitar palabras que posiblemente tu público no comprenda. Utilizar palabras elegantes te hace parecer esnob, no inteligente. Si es absolutamente necesario introducir un término desconocido para el público, defínelo en un lenguaje sencillo.

8. Habla a diferentes velocidades

Hablar a una sola velocidad convierte rápidamente cualquier cosa que estés diciendo en algo realmente monótono. En su lugar, reduce la velocidad y acelera dependiendo de la importancia de lo que estás comunicando en ese momento.

Si estás resumiendo o repasando algo, habla más rápidamente que cuando estás proporcionando información nueva. Cuando estés describiendo la introducción de un concepto importante, disminuye la velocidad para dar tiempo a los oyentes a comprenderlo.

9. Aprovecha las pausas para crear énfasis

El silencio no solo es oro, sino también la gloria suprema de la elocuencia. Por ejemplo, una ligera pausa antes de decir algo importante crea suspenso. Lleva a tu audiencia a "aferrarse a cada una de tus palabras".

Del mismo modo, una pausa después de haber dicho algo importante enfatiza su importancia y brinda a los oyentes un momento para reflexionar sobre su importancia.

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