Consejos de una empresaria de éxito para conseguir multiplicar tu sueldo.
Una mañana, cuando tenía unos 20 años y estaba empezando mi carrera corporativa, salí de una reunión con la cabeza ligeramente inclinada. No había dicho nada en toda la hora. Una vez más, me volví a castigar por no aportar una buena idea que tenía en mente por esperar a que se presentara el momento perfecto, algo que nunca sucede.
Lo único que recuerdo es un compañero que no dejaba de hablar. Este solía acaparar toda la atención durante las reuniones, por lo que el resto de compañeros tampoco simpatizaba demasiado con él.
Poco a poco, me di cuenta de algo a medida que pasaban los meses.
Las oportunidades, la responsabilidad y los aumentos de sueldo están estrechamente relacionados con la confianza y la visibilidad. Y si eres menos visible, pues bueno, no lograrás nada de esto.
Por esa razón, voy a compartir contigo algunos consejos que me ayudaron a pasar de ganar 75.000 $ a 500.000 $ en cinco años.
1. Muestra desacuerdo
Asentir con la cabeza y mostrar acuerdo con las ideas de otras personas es muy sencillo, ¿verdad? Nuestras mentes subconscientes hacen un análisis de riesgo-recompensa en el que la conclusión es que hay menos inconvenientes con el simple hecho de estar de acuerdo (particularmente con los compañeros de trabajo más experimentados) que con el hecho de desafiar las aportaciones o ideas de los demás.
Sin embargo, esto es algo que puede hacer cualquiera. No hay nada de malo en ello, si eres educado y conciso puedes decir lo que desees. Al final, nos pagan para pensar y ser creativos y estratégicos, las máquinas pueden hacer casi todo lo demás.
Cuando dejé de quejarme y empecé a contribuir es cuando empecé a experimentar una gran cantidad de cambios. Pero no muestres desacuerdo únicamente por llevar la contraria, ya que esa actitud acaba cansando a todo el mundo.
Sigue este consejo estrella: Habla durante los primeros ocho minutos de cada reunión, di algo, lo que sea. "Estoy de acuerdo con ese punto, Tom, además podríamos…".
Después de ocho minutos, es mucho más probable que pierdas los nervios. ¡Así que solo dilo!
2. Deja de añadir una pregunta a todo lo que digas
Evita terminar cada afirmación que hagas con una pregunta. Por ejemplo, no digas: "Esa es una gran idea, ¿no?". Esto debilita la declaración. Si prestas atención, te darás cuenta de que este es un error en el que mucha gente suele caer, y lo único para lo que sirve es para hacer que lo que has dicho pierda importancia.
3. Aprovecha tu apellido
La primera mujer directora ejecutiva para la que trabajé me enseñó algo que nunca he olvidado. Cuando te presentes - en cualquier escenario - usa tu nombre y apellido. No digas "Hola, soy María", sino "Hola, soy María García".
Confía en mí. Aunque al principio te resulte raro, es asertivo y fortalecedor. Empezarás a tener la sensación de que la gente te respeta más. Presta atención a las personas que ya siguen esta estrategia en tu mundo. ¡Probablemente son personas que consideras importantes!
4. Aprende a decir que no
Existe un viejo dicho que dice que si quieres que se haga una tarea, dásela a una persona ocupada.
Intentar abarcar más de lo que puedes puede tener consecuencias. No hay nada mejor que un no firme para dar la impresión de ser consciente, fuerte y respetuoso de ti mismo. Por ejemplo: "Javi, me encantaría ayudarte en este nuevo proyecto pero estoy ocupado hasta finales de mes. ¡Creo que José Luis sería de gran ayuda! También podría ayudarte dentro de dos semanas, cuando tenga algo más de tiempo".
5. Siéntate al frente
¿Recuerdas cómo los niños más traviesos siempre se sentaban en la parte de atrás del autobús?
La cosa no ha cambiado demasiado. Tan solo se trata de un escenario diferente.
Siéntate en un asiento delantero en todas las reuniones y comprueba quién se sienta a tu lado (seguramente también sean líderes). También debes ser consciente de tu postura. Mantener los hombros firmes, la barbilla levantada y sonreír te hará parecer la persona más segura de la sala. Estos pequeños cambios ayudan mucho a proyectar seguridad en ti mismo.
6. Deja de decir lo siento
Intenta evitar esta expresión al menos durante 24 horas. Gracias es una afirmación mucho más poderosa, por ejemplo, "Gracias por esperar" cuando llegas cuatro minutos tarde a una conferencia telefónica en lugar de "Oh, lo siento mucho, llego tarde".
Todos los días escucho mil veces a alguien disculparse por entrar o salir de un ascensor ocupado,¿De qué te disculpas, exactamente? ¿De tener un cuerpo? Simplemente entra o sal formando el menor alboroto posible. Luego sonríe (y si lo deseas) repite esa palabra mágica: gracias.