Muchas personas sueñan con dejar su trabajo de oficina y embarcarse en su propia aventura empresarial. Sin embargo, aunque esta sea una idea muy llamativa, conseguirlo no es fácil. Además, si te conviertes por ejemplo en autónomo, depender de un único cliente puede ser bastante peligroso. Por esa razón, es de vital importancia que diversifiques tu flujo de ingresos. Te contamos cómo conseguirlo adoptando estos 7 hábitos.
1. Pregunta primero a quién puedes servir, no qué puedes vender
El segundo fluye del primero. Muchas personas que desean monetizar sus conocimientos se centran primero en el producto que pueden vender. ¿Qué forma debería adoptar? ¿Debería escribir un libro? ¿Convertirme en orador? Eso llega después de determinar a quién puedes servir. Tener una imagen clara de tu público objetivo significa que sabes a quién no vas a vender tu producto. Ese es un gran primer paso.
Una vez que sepas a quién puedes servir, entonces averigua qué necesidades y deseos no satisfechos tienen, qué problemas tienen que ser resueltos. De esta manera estás llenando un hueco.
2. Combina ingresos a corto y largo plazo
Para contar con una cartera sólida de fuentes de ingresos es necesario equilibrar las cosas que aportan beneficios a corto plazo (ingresos rápidos) con las que los ofrecen a más largo plazo (que construyen tu marca y proporcionan rendimientos financieros en el futuro). Necesitas ambas cosas para pagar las facturas de hoy y crear la riqueza de mañana.
Por ejemplo, mucha gente quiere escribir un libro, lo que requiere tiempo (dos años de media). Si tu libro es muy bueno, este te proporcionará unos buenos ingresos a largo plazo. Sin embargo, mientras tanto, tienes cuentas que pagar, así que puedes escribir para una publicación online, crear cursos online o hacer algunas consultorías.
3. Incluso la amplitud requiere enfoque y decisiones difíciles
Diversificar tus apuestas cuando estás intentando alcanzar la independencia financiera es una buena idea, hasta cierto punto. Al crear diferentes flujos de ingresos tendrás que tomar decisiones difíciles. Podrías tener que dejar de hacer listas de correo electrónico, podcasts y algunos trabajos de consultoría, por ejemplo, para centrarte en actividades que encajen mejor y que apoyen tu modelo de negocio e intereses.
Haz lo que te gusta y combina tus actividades generadoras de ingresos en un plan más amplio e integrado.
4. Mantén la presencia en la red
Lo creas o no, algunas personas no tienen Facebook o LinkedIn, y esto es un error que no debes cometer. Si deseas darte a conocer y demostrar tu experiencia y habilidades a tus posibles clientes, entonces es de vital importancia que cuentes con un perfil profesional. A más presencia, más clientes, lo que se traduce en más fuentes de ingresos.
5. Promociónate
Nadie va a tocar a la puerta de tu casa a ofrecerte trabajo si la gente no sabe quién eres ni lo que ofreces. Por esa razón, debes ser consciente de los campos en los que eres un experto y promocionarte, informando a los demás sobre en qué puedes ayudarles y por qué eres mejor que la competencia.
6. Reutiliza tu contenido
El contenido que crees por ejemplo para libros puede ser reutilizado en cursos online, clases, presentaciones y artículos. Organiza y archiva tu trabajo de manera que te resulte fácil recordarlo y reutilizarlo.
7. Confía en tu valor
Mucha gente no monetiza sus conocimientos debido a que los subestiman. Lo que es obvio para ti podría no serlo para otras personas. Ten fe en lo que creas y desarrolla el hábito de decirte a ti mismo que si lo construyes, la gente vendrá a por él. En aquellas ocasiones en las que no lo hagan, averigua por qué y sigue adelante.