5 cosas que debes dejar de decirle a tus hijos

¿Quieres que tus hijos crezcan mentalmente fuertes? Entonces sigue leyendo.

Muchos padres se sienten muy orgullosos de sus hijos cuando van al médico, por ejemplo, a ponerles una vacuna, y no derraman ni una sola lágrima, diciéndoles a estos lo valientes que son.

Sin embargo, este es un claro ejemplo de cómo la fuerza mental es malinterpretada y se convierte en un mensaje tóxico para los hijos. A pesar de las buenas intenciones de los padres, sus palabras pueden ser bastante perjudiciales.

"No llorar" no es una señal de fortaleza. De hecho, generalmente se necesita más valor para llorar que para contener las lágrimas. La fuerza mental implica ser muy consciente de las emociones y saber cómo expresarlas de forma saludable, como por ejemplo, llorando cuando se siente tristeza.

Las palabras que utilizas marcan una gran diferencia. Si no eres cuidadoso, podrías enviar a tus hijos un mensaje que podría inculcar unos hábitos poco saludables que les impedirán alcanzar su verdadera fortaleza mental.

Estas son cinco cosas que deberías dejar de decir a tus hijos si deseas que sean mentalmente fuertes.

Independientemente de si tu hijo dice que está ansioso por su próximo recital de piano o que le preocupa que su amigo se haya enfadado con él, no minimices sus preocupaciones diciendo: "No es para tanto".

Para ellos, se trata de un gran problema. Y están intentando decirte que necesitan tu ayuda para hacerle frente a sus emociones.

Así que en lugar de insistir en que no deben preocuparse, proporciónales las habilidades que necesitan para hacer frente a su angustia.

Llorar no tiene nada malo. Es una forma saludable de expresar emociones. Y una de las razones por las que tantos adultos se disculpan cuando lloran es porque cuando eran niños les enseñaron que llorar es algo malo.

Por supuesto, si tu hijo empieza a gritar en mitad de una tienda, no cabe duda de que tienes que hacer algo para corregir ese comportamiento inadecuado.

Explícale que no está bien molestar a otras personas. Sin embargo, es de vital importancia que te asegures de corregir únicamente el comportamiento, no la emoción.

Independientemente de si le dices a tu hijo que es el mejor jugador de baloncesto del mundo o si insistes en que es el más inteligente del colegio, los elogios exagerados hacen más daño que bien.

Haz que el elogio sea genuino. Y concéntrate en el esfuerzo más que en el logro.

Enfatiza el hecho de que ha estudiado durante mucho tiempo o de que se ha esforzado mucho para que sea consciente de que valoras su esfuerzo. Si te reservas los elogios para los resultados, tus hijos podrían llegar a creer que necesitan ganar a toda costa, incluso si eso significa hacer trampas o hacer daño a la gente para conseguir sus objetivos.

Además, también puede darse la situación de que crean que solo son dignos de elogio cuando destacan - lo que puede dar lugar a que cojan la costumbre de abandonar las cosas en las que creen que van a fracasar.

Es normal querer asegurarle a tus hijos que todo va a salir siempre bien. Sin embargo, a veces las cosas no van bien. No puedes evitar que se encuentren con dificultades, o incluso tragedias.

En vez de decirles que no va a pasar nada malo, enséñales que son lo suficientemente fuertes como para afrontar cualquier situación con la que se encuentren. Tan solo debes asegurarte de que les proporcionas las habilidades y herramientas necesarias para afrontar los inevitables desafíos de la vida.

Decir "cálmate" no crea exactamente una sensación de paz. De hecho, la mayoría de los padres dicen "¡Cálmate!" por frustración propia, ya que desean que su hijo deje de molestar.

Sin embargo, tu hijo está comunicando que está molesto. Así que es de vital importancia que te asegures de que le estás dando las habilidades que necesita para calmarse - después de todo, deseas que sepa qué hacer cuando no estés ahí para ayudarle a gestionar sus sentimientos.

Enséñale a tu hijo de forma proactiva habilidades para calmarse él solo. Ya sea respirar profundamente o salir a caminar, los niños necesitan saber cómo calmar sus mentes y cuerpos.

En lugar de decirles que se calmen, puedes recordarles una habilidad específica que les ayudará a calmarse. Con el tiempo, aprenderán a practicar esas habilidades por su cuenta.

Cada día tienes una gran cantidad de oportunidades de ayudar a tus hijos a crear hábitos que les ayuden a ser mentalmente fuertes. Si crees que estás cometiendo alguno de los errores anteriores, ha llegado la hora de que hagas algo al respecto.

Nunca es demasiado tarde para empezar a enseñarle a tus hijos las habilidades sociales y emocionales que necesitan para tener éxito. Y algunos cambios sencillos en tus hábitos de crianza podrían ser fundamentales para ayudarles a alcanzar su mayor potencial.