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Nos adentramos en el mundo de los “coasters” de Silicon Valley: ingenieros millonarios que cobran cantidades ingentes de dinero y apenas trabajan.

Una soleada mañana de verano, un ingeniero de Facebook se levantó para ir al trabajo, pero se sentía mal. Corrió al cuarto de baño y vomitó. “Pensé que me había puesto enfermo”, recuerda el ingeniero.

No era un virus ni una intoxicación alimentaria. El ingeniero había tenido una mala reacción al pensar en ir a trabajar.

Esta persona ganaba un millón de dólares al año, en su mayoría en acciones, y lideraba un equipo de casi 40 personas. En los pocos años que llevaba trabajando en Facebook, este ingeniero había trabajado hasta llegar a la extenuación. El proyecto que dirigía había sido altamente político y había requerido un esfuerzo hercúleo mejorar sus resultados y evitar que las personas involucradas perdieran sus trabajos debido a los problemas que habían surgido.

Por muy cansado que estuviera, no podía dejar el trabajo sin más. Había impuestos que pagar, y necesitaba las acciones y el sueldo para pagarlos.

Pero tras haber vomitado violentamente, el ingeniero decidió no acudir al trabajo. No ese día. Ni nunca. Y sabía que no le despedirían.

Porque, en realidad, lo de no ir a trabajar era idea del director.

El día anterior, el ingeniero había hablado al director sobre sus planes de dejar la compañía a finales de ese año, en un plazo de seis meses. Quería pasarse el resto del año terminando los proyectos que había empezado, pero sin meterse en ningún otro proyecto nuevo, cobrar el dinero de las acciones acumulado hasta el final del año y ganar el dinero necesario para pagar sus impuestos.

“El director y yo habíamos mantenido muchas conversaciones. Dudé infinidad de veces si irme o no”, cuenta esta persona. “Pero esta vez iba en serio. Iba a supervisar estos proyectos hasta llevarlos a buen término y después tenía que irme. Esta resolución me hacía sentirme bien. Y lo siguiente que él me dijo fue que no fuera a trabajar”.

Al ingeniero le invadió el pánico, pensando que el director se refería a su despido inmediato, pero este le explicó que le estaba hablando de algo totalmente distinto.

“Me refiero a que no vengas a trabajar”, le dijo. “Estás agotado y necesitas un descanso. Solo que no lo vayas diciendo por ahí, así todo el mundo supondrá que estás trabajando con otro equipo”.

La propuesta del director no le sentó muy bien. “Estaba furioso y no estaba dispuesto a hacerlo”, dice el ingeniero. “Estaba totalmente decidido a incorporarme a otro equipo. Pero cuando me desperté al día siguiente, empecé a vomitar”.

Y fue así cómo esta persona trabajadora y concienzuda acabó apuntándose al menos secreto de los clubes secretos de Silicon Valley, conocido como “descansa y acumula” (rest and vest).

El secreto de los clubes secretos de Silicon Valley

“Descansa y acumula” se utiliza para describir la situación de un empleado, normalmente un ingeniero, que tiene poca carga de trabajo (si es que tiene alguna) y que permanece en la plantilla de la empresa, cobrando el sueldo y las acciones en su totalidad. Las acciones significan generalmente una parte mayor que el sueldo en el total de la remuneración que recibe un ingeniero superior.

Una vez que el ingeniero estaba en el modo “descansar y acumular”, se pasaba los días asistiendo a charlas sobre tecnología, trabajando en sus proyectos de codificación preferidos y planeando el siguiente movimiento en su carrera profesional.

Más adelante, se dio cuenta de que el director le había ofrecido “descansar y acumular” como una forma de comprar su silencio sobre los problemas con ese proyecto, permitiéndole un aterrizaje suave y dándole tiempo para encontrar el siguiente proyecto al que dedicarse.

“Todo el mundo sabía que era un bocazas y que lo contaría todo”, relata. “El director pensó: ‘En realidad no nos va a costar mucho dinero tener a esta persona contenta durante seis meses’”.

Business Insider ha entrevistado a una media docena de personas que conocen de primera mano la cultura del “descansa y acumula”. Algunos son peces gordos, otros son directores de contratación que intentaron lograr el retorno de alguno de ellos al mundo de la productividad. Muchos reconocieron que “descansar y acumular” es una práctica habitual que se mantiene bajo cuerda en sus propias empresas. Dentro del mundillo se les conoce como “coasters” (los que se toman la vida con calma, sin hacer mucho esfuerzo).

Sus vidas contrastan con la realidad de muchos otros en el mundo de la tecnología: largas horas de trabajo y presión a los trabajadores para que se consagren con continua devoción a su empresa y su trabajo por encima de todo lo demás.

“Mis jornadas comenzaban […] a las 11 y el descanso para comer era largo”

Los ingenieros pueden acabar en trabajos en los que “descansan y acumulan” por muchos motivos.

Manny Medina, CEO de la startup de rápido crecimiento Outreach, conoce el fenómeno desde todos los ángulos. Durante una breve temporada, él mismo fue “coaster”, y dice que fue testigo de sus buenos resultados cuando trabajaba para el gigante del software Microsoft. También ha intentado seducir a alguno de estos ingenieros para que trabajaran para él en su startup.

Medina nos cuenta que él pasó por la experiencia de ganar un gran sueldo sin trabajar al principio de su carrera como ingeniero de software, estando en la universidad. Acabó su proyecto con meses de anterioridad y avisó a la compañía de que se iría cuando se graduase.

Debido a esto, durante los meses restantes se limitó a enseñar a otros a utilizar su software, ya que la empresa no quería que comenzara un nuevo proyecto de codificación. Recuerda que su cometido en esos meses consistía en pasar el tiempo en la oficina escribiendo algún documento y dispuesto a responder preguntas.

“Mis jornadas comenzaban en aquel momento a las 11 y el descanso para comer era largo”, comenta riéndose. “No querían que crease nada más, pues otra persona se tendría que encargar del mantenimiento del software cuando yo no estuviese. Pero tenía que estar ahí sin hacer casi nada mientras a los demás les metían prisa”.

Años más tarde, entró en Microsoft, donde dice que hacían un uso de puestos de trabajo muy bien pagados de forma estratégica, tanto entre las filas de los ingenieros como en la unidad de investigación y desarrollo, Microsoft Research. Asegura que la compañía se las arreglaba para contratar expertos en campos emergentes como la inteligencia artificial, la robótica, el lenguaje natural hablado, la informática cuántica y demás. Estos expertos eran difíciles de conseguir, por lo que en muchas ocasiones les permitían cobrar un sueldo en Microsoft sin tener que dejar sus trabajos como profesores o investigadores en alguna universidad.

“Te quedas con los ingenieros de talento y además evitas que los tenga la competencia, lo que es muy provechoso”, afirma. “Es una medida defensiva”.

“Treintañeros que cobran anualmente cifras de siete dígitos”

En otras compañías, se trata menos de defenderse y más de volverse indispensables.

Por ejemplo, Facebook tiene un programa de bonificaciones que pocos conocen llamado “participación discrecional”, explica un antiguo ingeniero de Facebook que recibió esta gratificación.

Consiste en que la empresa concede a un ingeniero un gran número de acciones adicionales vinculadas a la compañía y valoradas entre decenas y cientos de miles de dólares. Es una forma de agradecimiento por un trabajo bien hecho. También ayuda a prevenir que esa persona cambie de barco, ya que los rendimientos se obtienen a lo largo del tiempo. Es una concesión extra firmada por altos ejecutivos, a veces incluso por el CEO, Mark Zuckerberg.

“Los primeros ingenieros de Facebook que conocemos están en este programa”, dice este ingeniero que fue empleado de Facebook, refiriéndose a los que ya estaban trabajando en la empresa antes de que empezara a cotizar en bolsa. “Sus acciones se cuadriplican y ya no se marchan”, explica. “Son muy buenos ingenieros, realmente indispensables. Y entonces empiezan a hacer jornadas de ocho horas”.

Facebook no ha querido hacer ningún comentario al respecto. Sin embargo, varios ingenieros afirmaron que la empresa tiene fama de hacer a sus ingenieros trabajar largas jornadas. Este tipo de bonificaciones no se han creado específicamente como un mecanismo que conduzca a “descansar y acumular”, pero puede facilitarlo de alguna forma.

“Estas personas son increíblemente inteligentes y no se marchan”, dice. “Tienen alrededor de 35 años, cobran anualmente cifras de siete dígitos y no tienen que trabajar tan duro. Decimos que están yendo en punto muerto (coasting)”.

Ingeniero x10

En Silicon Valley, otro tipo de miembros del club de los “descansa y acumula” son los conocidos como “ingenieros x10”, un término reservado para aquellos que se consideran diez veces más eficaces que el ingeniero medio.

Se cuenta que un “ingeniero x10” es capaz de producir en una hora lo que a otros les lleva diez. Algunos de estos individuos son simple y llanamente brillantes. Otros no son necesariamente más inteligentes; no obstante, conocen a la perfección cada detalle de algún sistema imprescindible.

“Una vez que estas personas han acumulado suficiente experiencia en su puesto, suelen aportar ventajas que no son fáciles de apreciar a simple vista. Puede que conozcan los secretos y los detalles relevantes de un proyecto, puede que les llamen como último recurso para realizar la depuración de errores de otro proyecto, o son conocidos como buenos sustitutos de otras personas”, observa el antiguo ingeniero de Facebook".

“Un chico de Facebook parecía no esforzarse demasiado, pero, sin embargo, cuando el sitio se caía era el que encontraba la solución que nadie podía encontrar”, declara el ingeniero.

Google y la broma del “descansa y acumula”

Otros que integran el grupo de los “descansa y acumula” son los “coasters”, ingenieros veteranos que han logrado situarse en las primeras filas de la empresa y no necesitan esforzarse mucho para permanecer ahí.

Puede que no sean ingenieros x10, pero son como funcionarios que saben cómo realizar la cantidad justa de trabajo como para pasar satisfactoriamente la evaluación anual y poder obtener la concesión del siguiente lote de acciones.

En opinión de todas las personas con las que hemos conversado, Google es considerado como el lugar donde este perfil de “descansa y acumula” ha prosperado más.

“La mayor parte de mis amigos en Google trabajan 4 horas al día”, un ingeniero afirma. “Ocupan un puesto alto como ingenieros y no trabajan mucho. Conocen el sistema de Google, saben cuándo tienen que ponerse las pilas. Son ingenieros, así que han optimizado los ciclos de ejecución de sus propios trabajos”.

Una directora de Google, quien recientemente ha abandonado la empresa, lo confirma. “Hay muchos ‘coasters’ que llegan a cierto nivel y no quieren seguir esforzándose”, apunta. “Tan solo cumplen con un horario fijo, no quieren trabajar para ascender. Si a su departamento no le gusta, después de uno o dos años, los asignan a otro”.

“La vida te sonríe, aprovechas al máximo tus vacaciones. Me involucraré más cuando me apetezca”

El centro de investigación para el lanzamiento de cohetes a la luna conocido como X y dirigido por Alphabet, la sociedad matriz de Google, tiene bastante fama en Silicon Valley por ser el destino donde conseguir un trabajo para “descansar y acumular”, nos cuentan varias personas.

Un ingeniero trabajando para X afirma que la visión tan a largo plazo de esta empresa, y su tendencia a cancelar proyectos, le ha atribuido tal fama.

“En X no tenemos problemas presupuestarios”, recalca esta persona. “Un ingeniero ingresa entre 250.000 y 600.000 dólares; sin embargo, no se le ahoga con prisas. Es como una startup pero sin serlo. Es como una startup con fondos ilimitados”.

Se comenta que la directora financiera de Alphabet, Ruth Porat, una veterana de Wall Street, está conteniendo la propagación de la idea acerca de un presupuesto ilimitado en X y en otras subsidiarias.

Algunos empleados de Google aseguran que, en la actualidad, su oficina estudia la contratación de nuevos empleados en todos los departamentos, salvo en el de almacenamiento de datos en la nube, el cual rinde cuentas a Diane Greene.

Incluso así, es el carácter de X lo que puede tentar al personal a apuntarse al “coasting”, sostiene este ingeniero. Mientras que otras compañías tecnológicas graban a fuego la fecha de entrega de un producto en sus empleados, quienes tienen que trabajar por las noches y en fines de semana para cumplir el plazo, “en X, la gente piensa, ‘bueno, si se cancela mi proyecto, ya encontraré otro’”, comenta.

“En ciertos puestos de Google, tu salario es tan elevado que una vez alcanzado ese punto, no existe ninguna motivación para continuar esforzándose tanto. La vida te sonríe, aprovechas al máximo tus vacaciones. Me involucraré más cuando me apetezca”, dice el ingeniero de X, que calcula que la remuneración total de un ingeniero de muy alto rango puede llegar hasta los 600.000 dólares, incluyendo bonificaciones y opciones sobre acciones.

“¿Qué incentivo tienes para trabajar más cuando ya estás cobrando 500.000 dólares de nómina y ya no hay posibilidad de ascender más?” expone esta persona.

Ven cada día a jugar al trabajo

Ya sea porque lleven un largo periodo de “coasting”, estén temporalmente sin asignaciones o “descansando y acumulando” por otro motivo, lo más normal es que estos ingenieros se acerquen todos los días por la oficina, que es lo que se espera que hagan, un exdirector de Google cuenta a Business Insider.

“Tienes que aparecer personalmente”, recalca esta persona. No obstante, “Google dispone de tantos entretenimientos en su recinto”, continúa el entrevistado, que es fácil venir a trabajar y, aun así, pasarse el tiempo jugando. “Tienes ganas de almorzar en su acogedora cafetería, o quizá de asistir a una conferencia sobre tecnología, o a una clase, o te apetece ir al entrenamiento de las 18:00, o tomar un zumo en el Slice Cafe que está en otras instalaciones. Entonces terminas trabajando seis horas. Hay periodos en los que tienes que invertir noches y fines de semana; sin embargo, por lo general, la empresa es tan importante y tiene tanto capital, que te permite trabajar menos”, nos trasmite esta persona.

Desde luego, no es Google la única empresa tecnológica que ofrece tales entretenimientos. La plantilla de Facebook dispone de clases, un taller de carpintería y una sala de videojuegos. Oracle dispone de una superficie de arena para practicar el vóley playa y de una piscina. Microsoft ofrece campos de fútbol y criquet, multitud de Xbox y un balneario diurno in situ. Nos han indicado que se pueden encontrar ingenieros “descansando y acumulando” en todas estas empresas.

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