15 consejos para nunca llegar tarde

¿Llegas siempre tarde a todas partes? Entonces sigue estos consejos para convertirte en la persona más puntual del mundo.

Nadie tiene la intención de llegar tarde. Sin embargo, si no intentas ser puntual, eso es básicamente lo que estás haciendo. Llegar tarde puede ser estresante, irrespetuoso y costarte dinero. A pesar de esto, entre el 15% y el 20% de las personas admiten que suelen llegar tarde a los sitios.

Si deseas dejar de ser una de estas personas, estos 15 trucos te garantizarán que llegas a tiempo a todos tus compromisos.

Cuando abres tu propio negocio, necesitas saber cuáles son las razones que guían tus acciones. Hacerlo te mantendrá motivado y te hará mantenerte firme ante los problemas. Esto también puede ayudarte a identificar posibles obstáculos y soluciones para superarlos.

Lo mismo ocurre con la razón por la que deseas ser más puntual. Por ejemplo, ¿el hecho de llegar tarde a los sitios te hace sentir estresado? ¿Estás teniendo problemas en tus relaciones por no ser puntual? ¿La gente cree que no eres una persona fiable porque no eres capaz de cumplir los plazos?

Reflexiona sobre por qué deseas dejar de llegar tarde. Piensa en cómo puede esto mejorar tu vida, y después de hacerlo, convierte la puntualidad en una prioridad.

Pongamos el ejemplo de que siempre llegas tarde al trabajo. ¿Esto se debe a que no te levantas lo suficientemente temprano? ¿A que el trayecto es más largo de lo que crees? ¿A que subestimas el tiempo que tardas en llegar?

Dejar de llegar tarde es imposible si no averiguas qué es lo que te está retrasando. La solución puede ser tan simple como poner el despertador 15 minutos antes.

Además, conoce tu reloj personal para así poner organizarte el día en torno a él. Por ejemplo, digamos que eres el tipo de persona que necesita una o dos horas antes de ponerse en marcha. Entonces sería contraproducente levantarte a las 8 de la mañana y esperar estar en el trabajo a las 9. En vez de eso, o pones el despertador más temprano o llegas al trabajo más tarde.

Es posible que la principal razón por la que siempre llegas tarde es porque no estás gestionando bien tu tiempo. La mejor forma de corregir este problema es convirtiéndote en un maestro de la organización.

Empieza por controlar tu tiempo. Esto incluye desde la duración del trayecto al trabajo y el tiempo que tardas en responder a los correos electrónicos hasta el tiempo que necesitas para acabar tu trabajo. Puedes hacer esto manualmente o aprovechar alguna aplicación de seguimiento del tiempo. Independientemente de la forma en que lo hagas, necesitas averiguar cómo estás gastando tu tiempo para poder ser realista con tus planes.

Lo ideal sería que lo hicieras durante un par de semanas para así hacerte una idea lo más precisa posible. Después de eso, podrás organizar tu calendario para evitar conflictos como el llegar tarde. Por ejemplo, si averiguas que tardas dos horas en terminar una tarea específica y la empiezas a las 9 de la mañana, entonces no deberías organizar nada hasta las 11.

Hablando de organización, normalmente es mejor sobreestimar. Esto es debido a que no importa lo organizado seas, siempre aparecen imprevistos, como por ejemplo, quedarte atrapado en un atasco.

Lo peor que puede pasar si sobreestimas lo que tardas en hacer las cosas es que llegues temprano, además, puedes aprovechar ese tiempo para leer, responder correos electrónicos o preparar tu próxima tarea.

La mayoría de nosotros nos damos el tiempo justo para ir de A a B o para pasar de una tarea a otra. La sobreestimación es una forma de gestionar los acontecimientos inesperados. Sin embargo, mucha gente no tiene en cuenta las actividades de transición.

Por ejemplo, si tienes una reunión en un restaurante a la ahora del almuerzo, ¿has reservado tiempo para ir de tu oficina al restaurante? Si no es así, es posible que no cuentes con el tiempo suficiente para no llegar tarde.

Como regla general, asigna una cantidad extra de tiempo a cada tarea. De esta forma tendrás tiempo extra en el caso de que suceda algo que no esperabas. Y, lo más importante de todo, estarás evitando cualquier conflicto potencial de organización.

En lugar de salir de casa con la lengua fuera todas las mañanas, fíjate una rutina nocturna para prepararte para el día siguiente por la noche. Por ejemplo, prepara la ropa o el almuerzo, averigua dónde tienes las llaves y la cartera y revisa el calendario. Si tienes una presentación, practica y ten todos los documentos y equipo guardados, organizados y listos.

Este es un truco bastante fácil que puede engañar a tu cerebro para que piense que es más tarde de lo que realmente es. Tan solo tienes que ajustar tus relojes 5 o 10 minutos más tarde de la hora real. Asegúrate de que estén sincronizados para no confundirte cuando el reloj de pulsera y los relojes del teléfono, el ordenador y la pared muestren horas diferentes.

Hoy en día, los recordatorios y notificaciones son automáticos. Por ejemplo, si has comprado entradas para un concierto utilizando tu dirección de Gmail, recibirás un correo electrónico para recordarte cuándo empieza. Cada vez que añadas una entrada a tu calendario también recibirás recordatorios.

La cuestión es la siguiente: la mayoría de las personas no modifica estos recordatorios y notificaciones. En otras palabras, si tienes una reunión a las 3 de la tarde y puedes recibir un recordatorio cinco minutos antes, está bien. Pero, si fijas el recordatorio con 30 minutos de antelación, tendrás tiempo para salir de la oficina con tiempo suficiente para llegar a la reunión.

Antes hemos hablado de que debes averiguar cuánto tiempo tardas en hacer determinadas cosas. Esa información puede evitar que te retrases. Por ejemplo, si sabes que tienes reuniones todo el día y necesitas tiempo para llegar a los sitios y prepararte entre cada una de ellas, entonces no te comprometas a una conferencia telefónica de última hora o a ayudar a un empleado con un problema. En lugar de eso, intenta programar estas cosas para otra fecha.

"En lugar de pensar 'Tenemos que estar en el recital a las 5:00', piensa 'El telón sube a las 5:00'", escribe Ellen Hendriksen en el HuffPost. "Existe una gran diferencia entre estar en tu asiento, programa en mano, y llegar justo cuando va a empezar el espectáculo y tener que buscar tu butaca cuando todo está oscuro".

Esto es algo que nos sucede a todos. Miras el reloj y te das cuenta de que tienes que irte en 10 minutos. En vez de quedarte sentado sin hacer nada, decides responder a un correo electrónico o devolver una llamada. Poco después te das cuenta de que has pasado 20 minutos limpiando tu bandeja de entrada o hablando por teléfono.

No quieres malgastar un tiempo valioso. Sin embargo, necesitas mantener ese impulso bajo control, ya que, en caso contrario, acabarás llegando tarde.

Aunque no vayas al trabajo, seguramente sepas cuáles son los momentos del día en los que hay más gente en los sitios. Por lo general, esto es justo antes de las 9 de la mañana, al mediodía y un poco después de las 5 de la tarde. En lugar de quedarte atrapado en una multitud, organiza eventos cuando no haya tanta gente.

¿Deseas evitar perder el tiempo yendo en coche a algún sitio? Organiza más eventos en el lugar en el que estás. Por ejemplo, en lugar de salir de la oficina y viajar por la ciudad, haz la reunión en la sala de conferencias.

Si tienes algo programado en tu calendario, entonces debes centrarte exclusivamente en ello. Eso significa no distraerte con las notificaciones del móvil o dejar de hacer lo que tengas que hacer por tomarte un café con un amigo. También puede implicar decir que "no" más a menudo. Por ejemplo, si ya te has comprometido a asistir a un evento social, es posible que tengas que rechazar una invitación a otro incluso el mismo día.

¿Qué tiene que ver el descanso con llegar tarde? Pues bueno, dormir demasiado es una de las principales razones por las que la gente llega tarde. Es imposible llegar al trabajo a las 9 de la mañana si te despiertas a las 8:30.

Es importante dormir entre 6 y 8 horas cada noche. Aunque suene ridículo, la mejor forma de hacerlo es despertándote y acostándote siempre a la misma hora. Evita la luz azul al menos una hora antes de irte a la cama y mantén tu habitación fresca y oscura como una cueva.