4 cosas que la gente emocionalmente inteligente no hace
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Abandona estos malos hábitos para permitir que brille tu inteligencia emocional natural.

La mayoría de las personas creen que la inteligencia emocional es una habilidad, algo que puedes construir y entrenar con la práctica. Y aunque esto es cierto en parte, hay algo que casi todo el mundo ignora: A veces, para mejorar la inteligencia emocional es mejor dejar de hacer cosas que intentar hacer más.

Existen muchas personas que carecen de inteligencia emocional y que:

  • Culpan a los demás por sus problemas.
  • Se quedan atrapadas en ciclos de estrés y ansiedad.
  • Se sabotean a ellas mismas en cuanto empiezan a progresar.

Sin embargo, la mayoría de la gente no carece de la capacidad de la inteligencia emocional. De hecho, la mayoría de las personas posee un alto grado de inteligencia emocional.

Por desgracia, no son capaces de aprovechar su inteligencia emocional innata debido a una serie de malos hábitos que se interponen en el camino.

Si deseas mejorar tu inteligencia emocional, aprende a identificar estos hábitos en tu vida y esfuérzate por eliminarlos. No tardarás en ver cómo tu inteligencia artificial natural aflora por sí sola.

1. Criticar a los demás

Criticar a otras personas suele ser un mecanismo de defensa inconsciente destinado a aliviar nuestras propias inseguridades.

Todos somos críticos en ocasiones. Y esto no es necesariamente algo malo, ya que pensar cuidadosa y críticamente sobre el mundo que nos rodea es una habilidad vital. Nos ayuda a movernos por el mundo y nuestras relaciones de una forma objetiva.

¿Eres emocionalmente inteligente?

Sin embargo, demasiada crítica, especialmente el hábito de ser crítico con los demás, puede llevarnos a lo opuesto de la objetividad: puede convertirnos en personas estrechas de miras, especialmente con nosotros mismos.

Una de las razones por las que es tan fácil caer en la costumbre de criticar a los demás es que nos hace sentir bien:

  • Cuando te dices a ti mismo que alguien es tonto, también estás insinuando que eres inteligente. Y eso te hace sentir bien.
  • Cuando criticas a otra persona por ser ingenua, lo que realmente estás haciendo es decirte a ti mismo que eres sofisticado. Y eso te hace sentir bien.
  • Cuando te ríes de lo mal que viste alguien, te dices a ti mismo lo refinado que es tu propio gusto. Y eso te hace sentir bien.

La crítica útil ayuda a hacer un mundo mejor. La crítica inútil solo sirve para hacerte sentir mejor.

Mientras que ser crítico puede hacerte sentir bien contigo mismo durante un tiempo, normalmente te hace sentir peor a largo plazo.

Por otro lado, las personas emocionalmente inteligentes y conscientes de sí mismas saben que criticar a los demás no es más que un mecanismo de defensa primitivo y que hay maneras mucho mejores y más productivas de tratar con nuestras ansiedades e inseguridades.

La gente que constantemente critica a los demás, en realidad únicamente está intentando aliviar sus propias inseguridades de forma inconsciente.

Debes comprender que criticar a otras personas es una pérdida de tiempo y energía.

"La crítica a los demás es una forma de autocomplacencia. Creemos que conseguimos poner el cuadro recto en nuestra pared diciéndole a nuestros vecinos que todos sus cuadros están torcidos", Fulton J. Sheen

2. Preocuparte por el futuro

Preocuparte por el futuro significa vivir negando la naturaleza fundamentalmente incierta de la vida.

Como seres humanos, anhelamos el orden y la certeza. Y por una buena razón: Nuestros antepasados a quienes se les daba mucho mejor reducir la incertidumbre de sus vidas probablemente sobrevivieron más tiempo que aquellos que no lo hicieron. Estamos biológicamente motivados para reducir la incertidumbre.

Sin embargo, existe una gran diferencia entre tomar medidas razonables para reducir la incertidumbre y estar tan aterrorizados por ella que nos engañamos a nosotros mismos creyendo que podemos eliminarla por completo.

Y eso es lo que hacen los preocupados crónicos. Tienen tanto miedo a la incertidumbre, y están tan poco dispuestos a vivir con ella, que se engañan a sí mismos pensando que pueden reducir la incertidumbre del futuro - ¡pensando en ello constantemente!

Los preocupados crónicos creen que pensar ayuda a solucionar problemas y que la planificación siempre lleva a mayores niveles de preparación. Sin embargo, ninguna de las dos cosas es cierta:

  • Únicamente porque estés pensando en un problema no significa que estés pensando en él de forma productiva.
  • Solo porque estés planificando, atravesando incontables escenarios futuros hipotéticos, no significa que estés mejor preparado para hacerles frente. Generalmente lo único que consigues es sentirte más preparado aunque en realidad no lo estés.

La preocupación te da la ilusión de la certeza. Pero al final, lo único que consigue es hacerte más frágil.

Las personas emocionalmente inteligentes entienden que la vida es inherentemente incierta. Y comprenden que es mejor enfrentarse a esta realidad que negarla.

Esto se debe a que cuando dejas de sufrir todo el estrés y la ansiedad que acarrea la preocupación crónica, te sorprendería cuánta energía y entusiasmo regresa a tu vida.

Cuando dejas de insistir en que el mundo actúe como tú quieres, trabajar con el mundo que tienes hoy pasa a ser mucho más fácil.

"La preocupación no vacía el mañana de su dolor, vacía el hoy de su fuerza", - Corrie Ten Boom

3. No dejar de pensar en el pasado

Revivir los errores del pasado es un intento equivocado de control.

De la misma manera que los seres humanos anhelamos el orden y la certeza, también anhelamos el control. Estamos obsesionados con la idea de que, con suficiente esfuerzo y perseverancia, somos capaces de hacer o lograr cualquier cosa.

Por supuesto, la mayoría de las personas que se quedan atascadas en los errores del pasado no creen realmente que puedan cambiarlo. En cambio, pensar sobre el pasado les da la ilusión de control, aunque esta sea fugaz y temporal.

Cuando has hecho algo malo o cometido un error en el pasado, es normal que sientas culpa y arrepentimiento. Las personas que siempre piensan en los errores pasados desarrollan el hábito inconsciente de repetir constantemente los errores debido a que les brinda una breve sensación de control. Y esta sensación de control ayuda a distraer de la sensación de impotencia que sentimos al pensar en los errores pasados.

En realidad, ninguna cantidad de rumores o análisis de tus errores pasados cambiará lo que sucedió. Lo que significa que la impotencia y la falta de poder son algo inevitable.

Este es un duro hecho de la vida que las personas emocionalmente inteligentes no solo comprenden, sino que aceptan.

Si deseas seguir adelante con tu vida en lugar de quedarte estancado en el pasado, debes aceptar el pasado por lo que es, incluyendo el sentimiento de impotencia.

"Pensar demasiado es una enfermedad", - Fyodor Dostoyevsky

4. Tener unas expectativas poco realistas

Las expectativas poco realistas son un intento equivocado de controlar a otras personas.

Al igual que pensar en el pasado es un intento de controlarlo y cómo nos sentimos al respecto, tener unas expectativas poco realistas suele ser un sutil intento de controlar a los demás.

Por supuesto, la mayoría de las personas que tienen unas expectativas poco realistas no lo ven de esa forma. Probablemente ves tus expectativas de otras personas como algo bueno: Tener unas expectativas altas les anima a crecer y madurar y convertirse en su mejor yo.

Aunque esto es posible, sigue siendo una forma sutil de control. Tienes una idea de lo que otra persona en tu vida debería ser o hacer o lograr y tu expectativa es tu forma de tratar de hacerla realidad.

¿Pero qué significa, exactamente, tener unas expectativas poco realistas?

En pocas palabras, significa que te pasas el tiempo creando historias sobre lo que otras personas deberían hacer. Y cuando inevitablemente no están a la altura de esas normas, comparas reflexivamente la realidad con esas expectativas y te sientes frustrado y decepcionado.

¿Y cómo respondes a esta frustración y decepción? Creando unas expectativas todavía más altas y elaboradas, porque te hace sentir bien y que tienes el control.

Por supuesto que te preocupas por la gente que hay en tu vida y les deseas lo mejor. Y te duele verlas heridas o luchando o sufriendo. Así que, cuando creas una historia en tu mente sobre ellos triunfando y haciéndolo mejor (es decir, una expectativa) te sientes un poco mejor.

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El problema radica en que no puedes controlar a otras personas, ni siquiera para mejorarlas. No tanto como te gustaría, lo que significa que creas un constante círculo vicioso de esperanzas desmesuradas y decepciones y frustraciones.

Al final, tus intentos de control empiezan a ser sentidos por estas personas, quienes pueden llegar a desarrollar un sentimiento de resentimiento contra ti. Y si este se prolonga lo suficiente, pueden incluso a actuar en contra de tus expectativas simplemente por despecho.

La solución es dejar ir tus expectativas. Deja de crear historias sobre lo que quieres para otras personas.

Aférrate a tus esperanzas pero deja ir tus expectativas.

"Estaba nadando en un mar de expectativas de otras personas. Los hombres se han ahogado en mares como ese", - Robert Jordan

Conclusión

Si deseas aumentar tu inteligencia emocional, intenta afrontar el problema desde otra perspectiva: En lugar de intentar mejorar tus habilidades de inteligencia emocional, esfuérzate por identificar y eliminar los hábitos que están interfiriendo con tu inteligencia emocional natural:

  • Deja de criticar a los demás.
  • Deja de preocuparte por el futuro.
  • Deja de pensar en el pasado.
  • Deja de esperar demasiado de los demás.
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