Michael Thompson, colaborador de Medium, nos cuenta las 5 cosas que suelen hacer las personas productivas y que la mayoría de la gente no hace.
Hace dos años y medio, tomé una decisión que cambió la trayectoria de mi carrera profesional para siempre: Me obligué a conocer a una nueva persona a la semana que hiciera algo que me pareciera genial.
La decisión por sí sola era realmente valiosa. Sin embargo, lo que la convirtió en oro fue pedir a algunas de las personas con las que hablaba que se unieran a mí con el fin de formar un grupo de mentes maestras.
A día de hoy dirijo dos grupos formados por creadores, entrenadores y empresarios de éxito. Y tome la decisión que tome, ninguna puede afectar a estos dos grupos, en ningún caso.
Esto es debido a que estos grupos no solo han hecho que el trabajo sea más divertido, sino que me permiten observar a diario el comportamiento de unas personas de éxito.
Estos son 5 hábitos que todos ellos comparten.
1. No esperan que se les dé nada
Cuando formé estos grupos, a pesar de que muchos de sus miembros tenían familias jóvenes y varios negocios, me sorprendió lo mucho que eran capaces de hacer en un solo día.
Sin embargo, no tardé demasiado en descubrir la primera razón por la que son capaces de ejercer un impacto tan grande: en lugar de sentarse a esperar aprobación o que las oportunidades toquen a su puerta, piden lo que quieren.
Aunque esto puede parecer una tontería, piensa en el tiempo que has pasado preguntándote a ti mismo o hablando sobre lo que quieres hacer en vez de hacerlo.
Las oportunidades se presentan en todas las formas y tamaños. Sin embargo, lo único que tienen en común es que son otras personas las que nos las dan. La gente productiva es consciente de ello. A pesar de tener miedos como el resto de nosotros, cuando quieren algo, cuentan hasta 1 y van a por ello.
Esto es algo que Steve Jobs comprendió a la perfección:
"La mayoría de la gente nunca levanta el teléfono. La mayoría de la gente nunca llama y pregunta. Y eso es lo que a veces separa a las personas que hacen cosas de las que solo sueñan con ellas".
2. No permiten que otras personas les roben la energía
Si quieres ser productivo, crear un ambiente libre de distracciones no es algo recomendable, es una obligación. Sin embargo, para poder concentrarte para hacer un trabajo más profundo, no solo tienes que apagar el teléfono y evitar perder el tiempo organizando tu correo electrónico, también debes aprender a silenciar las molestias diarias que surgen a lo largo del día.
Todo el mundo se topa con atascos. Todos son criticados. Todos tienen desacuerdos con sus compañeros de trabajo y sus seres queridos.
La diferencia es, sin embargo, que cuando llega el momento de trabajar, la gente productiva prefiere concentrarse en lo que tienen delante en lugar de quejarse sobre todos los problemas que les rodean.
La productividad depende en gran medida de la gestión de la energía. No permitas que las acciones negativas de los demás te roben tu valiosa energía.
3. Saben que la disciplina para parar es tan importante como encontrar la motivación para empezar
La gente productiva abraza el dicho de Jocko Willink, "La disciplina es igual a la libertad". Sin embargo, esto no solo implica encontrar motivación todos los días para empezar. Desarrollar el autocontrol para parar es tan importante o más.
Cuando la jornada laboral llega a su fin, la gente productiva se recuerda a sí misma que ha hecho lo suficiente. No tienen que llamarles varias veces para que se sienten a la mesa a cenar. Han aprendido que la forma más efectiva de hacer que sus ideas conecten es siendo el tipo de persona que se permite desconectar.
De todos los hábitos, este es el que realmente diferencia a los profesionales de los aficionados. Nuestras carreras son largas. Debemos saber cuándo empezar y acabar.
4. Saben aprender de sus errores
Hace poco tuve una llamada con un cliente que ha tenido problemas para lanzar un curso online. Como suele ser el caso de todas las personas que hacen algo por primera vez, quería que todo fuera perfecto.
Sin embargo, se olvidó de que si quieres hacer algo bien, tienes que abrirte a lo que estás haciendo mal.
A la gente productiva le encanta la etapa de retroalimentación:
- ¿Podrías decirme en qué me he equivocado?
- ¿Podrías decirme qué es lo que he hecho bien?
- ¿Podrías decirme qué podría haber explicado mejor?
Hacen esto debido a que lo único que les importa es hacer las cosas bien. Cuando se trata de tomar decisiones importantes, pocas cosas pueden ahorrarte más tiempo que tener gente a la que preguntar.
5. Toman nota de las cosas o personas que les retrasan
Tener claro lo que debes hacer cuando te sientas a trabajar es importante. La gente productiva prioriza más, sin embargo, lo que no debería estar haciendo. Son conscientes de que a menudo son las pequeñas cosas las que evitan que la gente alcance sus objetivos:
- ¿Qué me ha hecho perder energía hoy?
- ¿Quién se ha convertido en un obstáculo para mí?
- ¿Estoy haciendo un uso efectivo de mi tiempo?
- ¿Hará esto que vaya más lento?
Las personas productivas se hacen estas preguntas constantemente. Saben que la forma más efectiva de aumentar su velocidad es identificando las cosas que les hacen ir más despacio y luego trabajar para librarse de ellas.