Cuando el despertador suena a primera hora del lunes, muchos de nosotros tenemos muy pocas o ningunas ganas de empezar la nueva semana laboral. Sin embargo, existe una diferencia entre ese sentimiento casi universal y simplemente odiar tu trabajo. Las políticas y la cultura de tu empresa, tu cofundador, tus compañeros de trabajo o tus responsabilidades de liderazgo pueden ser los culpables de que no te guste tu trabajo. Sea cual sea la razón, odiar tu trabajo puede dejar una huella muy profunda en tu vida.
Lo más frustrante de todo es que no importa cuánto odies tu trabajo, ya que posiblemente no puedas dejarlo. Puede que hayas abierto tu propio negocio y hayas invertido mucho tiempo y dinero en este, por lo que abandonar no es una opción. También es posible que necesites el sueldo para pagar la hipoteca y las facturas. Por todas estas razones, sonríes y soportas tu trabajo, pero incluso cuando intentas ocultar tus verdaderos sentimientos, la falta de motivación, la baja productividad y la negatividad siempre acaban aflorando.
Entonces, ¿qué puedes hacer para destacar en tu trabajo a pesar de que no te guste? Estos son algunos consejos.
1. No te centres en lo que no te gusta
Pensar en lo mucho que odias tu trabajo o empresa no va a serte de ninguna ayuda para mejorar la situación. Esa negatividad únicamente se sumará a las razones por las que no te gusta la empresa o tu jefe o compañeros, lo que puede afectar de forma negativa al rendimiento de todos.
En su lugar, intenta centrarte en las cosas buenas de tu trabajo, aunque sea el sueldo. Busca otras ventajas como los viajes de trabajo, un buen compañero, vacaciones pagadas u otros beneficios. También es posible que estés adquiriendo unas habilidades y experiencia que podrían ayudarte a encontrar un trabajo mejor en el futuro. Mantenerte centrado en cualquiera de estos aspectos puede ayudarte a tener un mejor rendimiento y a mantener una actitud menos pesimista.
2. Encuentra formas de añadir valor
Odiar tu trabajo o tu empresa no significa que no puedas alcanzar tus propias metas. Si te aburres con tus tareas diarias, intenta buscar nuevas oportunidades para desarrollar habilidades. Toma la iniciativa e investiga qué puedes hacer para terminar un proyecto antes del plazo estipulado o gastando un presupuesto menor al que tiene asignado.
Por otra parte, si te das cuenta de que algún compañero de trabajo está teniendo problemas con su tarea, también puedes añadir valor echándole una mano. Puede que haya un departamento en el que te gustaría pasar más tiempo. Tan solo no debes olvidar que tienes que evitar microgestionar a la gente de ese equipo o añadir demasiado a tu carga de trabajo.
3. Crea y cumple tus propias metas alcanzables
Cuando la gente odia su trabajo, la mejor decisión que puede tomar es crear su propio conjunto de objetivos con el fin de darle más sentido a su vida laboral. Esos objetivos pueden ser específicos para las iniciativas estratégicas de tu empresa, tus responsabilidades o tu propio desarrollo profesional o personal.
4. Amplía tus habilidades
Trabaja en tu propio desarrollo profesional, no importa si tu empresa te ayuda a hacerlo o no. Intenta hacer un curso o una clase de certificación online. Si no solo odias tu trabajo, sino también también tu sector, considera la posibilidad de hacer cursos para poder trabajar a tiempo parcial en una industria diferente. Estos cursos pueden ayudarte a olvidar lo mucho que odias tu trabajo. También pueden abrirte la puerta para empezar un negocio diferente o para buscar tu próxima oportunidad profesional.
5. Encuentra cosas que te guste hacer fuera del trabajo
Estar deseando que suceda algo fuera del trabajo puede ayudarte a hacer el trago más llevadero. Es más probable que te sientas positivo en la vida si reflexionas sobre un pasatiempo, un viaje próximo o un acontecimiento social. Encuentra oportunidades para ver a tus amigos, asistir a un espectáculo, ir a un museo o asistir a eventos comunitarios gratuitos en tu zona. Construir una vida positiva fuera del trabajo también puede ayudarte a olvidarte por completo de este cuando no estás en la oficina.
6. Siéntete orgulloso de tu ambiente de trabajo
Aunque no puedes controlar la mayoría de las cosas para mejorar tu trabajo, existe la posibilidad de que puedas controlar algunas cosas en tu oficina, lo que puede ayudarte a encontrar una válvula de escape. Crear un escritorio u oficina limpia y ordenada puede ayudarte a despejar la mente de cualquier desorden y caos que pueda estar creando una capa adicional de estrés. Si te es posible, personaliza tu espacio con fotos de personas y lugares queridos.
7. Busca un trabajo nuevo
Las recomendaciones anteriores pueden ayudarte a sobrevivir en un trabajo que odias, pero no son soluciones mágicas. Si trabajas en una empresa tóxica en la que no puedes crecer profesionalmente, puede que haya llegado la hora de empezar a buscar trabajo en otro sitio.
Intenta ver esta experiencia como algo positivo. El hecho de odiar tu trabajo te ha proporcionado una gran cantidad de información. Ya sabes lo que desprecias, lo que te gusta y los compromisos que puedes hacer. Es posible que desees mantener un trabajo parecido pero en una empresa con una cultura diferente. O puede que te hayas dado cuenta de que no te gusta el sector en el que estás trabajando actualmente y necesitas un cambio radical. De cualquier manera, ha llegado el momento de probar cosas nuevas.
Investiga tu campo mientras contemplas cualquier cambio de carrera. Aprovecha las bolsas de trabajo online y las redes sociales profesionales. Actualizar tu currículum, tu carta de presentación y tu perfil en LinkedIn puede ayudarte a ver la luz al final del túnel. La emoción ante la perspectiva del cambio y la planificación de tu escape también puede ayudarte en tu papel actual.
8. Cambia tu forma de pensar
Con demasiada frecuencia nos centramos en lo que no nos gusta. En estos casos, da un paso atrás e intenta dirigir tu energía en diseñar la vida que quieres, no en odiar lo que no te gusta. Eso significa coger frases como "Odio mi trabajo" y reflexionar sobre ellas en lugar de aceptarlas como un hecho. No puedes controlarlo todo, a veces ni siquiera las cosas más pequeñas, sobre tu situación laboral. Sin embargo, puedes sustituir los pensamientos con acciones definitivas que te ayuden a encontrar una nueva perspectiva, dejar atrás un trabajo malo o incluso encontrar un nuevo puesto en otro sitio.