¿Deseas vencer tu miedo a hablar en público? ¿Conseguir esa gran venta? Empieza con "theta".
Tanto Warren Buffett como Bill Gates atribuyen sus éxitos a una simple regla: la concentración. Sin embargo, en una sociedad impulsada por la tecnología en la que la gratificación instantánea y la multitarea son el rey, nuestra capacidad de concentrarnos en una sola cosa, ya sea una meta, una tarea o un hábito, durante una cantidad significativa de tiempo se está deteriorando.
De hecho, la capacidad de atención del humano medio es de tan solo ocho segundos. Esto puede explicar por qué el 80% de la gente no cumple con sus propósitos de Año Nuevo. La razón es que no hay suficiente atención. La gente se da por vencida con demasiada frecuencia, argumentando que no tienen suficiente fuerza de voluntad para hacerlo.
Sin embargo, la verdad es que la fuerza de voluntad no es más del 10% de las razones que dan lugar a que se empiece o abandone un hábito. Para entrenarte a concentrarte, necesitas profundizar en tu mente, donde se encuentra el 90% restante de lo que necesitas para abandonar o crear un nuevo hábito: dentro de tu subconsciente.
Y aquí es donde necesitas aprender el término theta. Theta es el estado entre tu mente consciente y el mundo subconsciente. Entre soñar despierto y dormir, este es nuestro estado más profundamente relajado, donde reinan la creatividad y el ingenio.
Pero, ¿cómo se llega a theta mientras estás escribiendo delante del teclado, corriendo de reunión en reunión y hablando con clientes potenciales todo el día? La respuesta es la hipnosis.
Esto no es "control mental".
La hipnosis no es un control mental... a pesar de lo que la cultura pop, incluyendo muchas películas, intentan convencernos.
La hipnosis es en realidad un estado de conciencia profundamente relajado y altamente enfocado que te permite crear un cambio duradero. Según la Clínica Mayo, "la hipnosis puede ser usada para ayudarte a ganar control sobre comportamientos no deseados o para ayudarte a sobrellevar mejor la ansiedad o el dolor". Es importante saber que aunque estés más abierto a la sugestión durante la hipnosis, no pierdes el control sobre tu comportamiento".
Lo que realmente sorprende es que esto es algo que sabemos desde hace décadas y es ahora cuando estamos empezando a notar los beneficios. Un estudio realizado en 1970 por Alfred Barrios descubrió que 600 sesiones de psicoterapia resultaron en una media del 33% de mejoría, mientras que seis sesiones de hipnoterapia resultaron en una media del 93% de mejoría.
Afortunadamente, la marea está cambiando. Conocidos artistas y atletas, desde Adele hasta Tiger Woods, han recurrido a la hipnosis para cultivar el máximo rendimiento y concentración o, en el caso de Adele, para abandonar un mal hábito.
Entonces, ¿cómo puede la hipnoterapia ayudarte a ti y a tu enfoque específicamente? Con un acondicionamiento cómodo y eficiente. En solo cinco minutos, el siguiente proceso corto de autohipnosis puede ayudarte a aumentar tu productividad en cualquier lugar, en cualquier momento.
1. Decide en qué deseas trabajar
En lo que quieres trabajar puede ser una meta, algo que te gustaría liberar de tu vida o un hábito que te gustaría cambiar. Pregúntate cuánto lo deseas, en una escala del cero al diez. Si eliges un número menor a siete en la escala, abandona la idea y recupérala cuando la desees más.
Así que, para empezar: Expira al cerrar los ojos y empieza el ejercicio. Imagina un color que te guste; di el nombre del color en voz alta; e imagina que fluye hacia la parte superior de tu cabeza, a través de tu cuerpo y por tus pies.
Cuenta hacia atrás muy lentamente, diciendo "Voy a ir más y más profundo" después de cada número, del 10 al 1, añadiendo, "9: Voy a ir más y más profundo", y pasando al siguiente número.
Imagina el color fluyendo de nuevo, hacia abajo en la parte superior de tu cabeza, a través de tu cuerpo y por tus pies.
Repite "Cada día, en todos los sentidos, yo ___(lo que estás cultivando)______ más y más". Haz esto 21 veces. Veintiuno es un número significativo debido a que cuando repites algo 21 veces, empiezas a sustituir un viejo hábito.
Imagina que el color fluye de nuevo, hacia adentro por la parte superior de tu cabeza, a través de tu cuerpo y hacia afuera por tus pies.
Pasa un minuto usando todos tus sentidos para sentirte como te sentirás cuando hayas logrado tu objetivo, como si ya lo hubieras alcanzado: Velo, siéntelo, pruébalo, escúchalo, tócalo.
Actúa como si ya hubieras logrado el objetivo, e imagina que sientes lo que sentirías.
2. Termina con fuerza
Imagina que el color fluye de nuevo, hacia la parte superior de tu cabeza, a través de tu cuerpo y por tus pies.
Repite "Puedo hacer esto, ya lo hago, estoy comprometido" tres veces.
Finalmente, abre los ojos con una sonrisa en la cara y ve a hacer el trabajo.
Esta práctica fácil te proporcionará el enfoque que necesitas para construir ese hábito deseado. Nota: Aunque la hipnosis suele hacerse con los ojos cerrados, puedes abrirlos de vez en cuando para saber cuál es el siguiente paso. Abre los ojos entre cada uno de los pasos para leer lo que viene a continuación, hasta que hayas memorizado el proceso.
Practica estos pasos tres veces al día: una vez al levantarte, una vez al mediodía y una vez justo antes de acostarte.
En resumen: La hipnosis no es mágica; se trata de un proceso de condicionamiento. A corto plazo sentirás una encantadora y profunda relajación durante el proceso en sí y una mayor capacidad para centrarte en un objetivo y alcanzarlo durante períodos de tiempo cada vez más largos. A medida que continúes con tu condicionamiento durante varios días (la media es de 21 días para observar un cambio drástico), descubrirás que tu capacidad de lograr lo que te propongas cada día se convierte en algo casi natural para ti.
La hipnosis no aumenta tu fuerza de voluntad, así que no busques un estímulo adicional para forzarte a hacer algo que realmente no quieres hacer. Más bien, sentirás cómo gradualmente deseas innatamente completar tus tareas elegidas y te das cuenta de que has cultivado el enfoque necesario para hacerlo.