5 trucos para hacer las cosas de forma más inteligente, rápida y mejor
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Un día productivo empieza desde el mismo momento en el que te despiertas. Todo lo que elijas hacer, saca lo mejor de ti o lo peor.

La vida moderna puede dar lugar a que sacar lo mejor de ti mismo resulte realmente difícil, sin embargo, tienes un mayor control sobre las cosas del que crees. Puedes aumentar tu productividad, recuperar tu concentración y hacer un verdadero progreso cada día.

Para hacer las cosas bien, debes gestionar tu atención de forma consciente, planear tu día a propósito e invertir tu tiempo como si fuera dinero.

Las personas de éxito alimentan su concentración, matan de hambre sus distracciones y suelen seguir unas rutinas que sacan lo mejor de ellos.

El éxito consiste en crear intenciones reales y comprometerlas. Un día exitoso empieza con una mañana con un propósito. La gente productiva se centra en estas cosas para hacer más cada día.

1. Respetar el reloj interno de tu cuerpo

Más horas de sueño no significa más/mejor trabajo.

Despertarte a una hora poco natural para ti puede dar lugar a una privación de sueño si tu cuerpo no es capaz de gestionarlo. Cuando estás cansado, tu productividad cae en picado. Te vuelves más irritable y menos funcional.

Todos tenemos un reloj corporal interno que se mueve en su propia cadencia natural. Ese monitor interno es la razón por la que algunas personas son nocturnas y otras son madrugadores.

Tu reloj corporal interno determina tu horario de sueño, la cantidad de sueño que necesitas, y ayuda a definir la hora del día en la que eres más productivo.

Saber qué hora es en tu cuerpo es esencial para obtener los beneficios más efectivos.

Cada persona tiene diferentes horas pico. Y nuestros relojes biológicos son diferentes. El reloj de tu cuerpo, o ritmo circadiano, determina cómo tu cuerpo está sincronizado con toda la vida.

Al respetar tu reloj corporal, fijar buenos hábitos de sueño y construir una rutina personal y efectiva para irte a la cama, te despertarás descansado y refrescado. Despertar con una buena mentalidad y lleno de energía puede ayudarte a hacer tu mejor trabajo a primera hora de la mañana.

Prestar atención al reloj del cuerpo así como a sus efectos en la energía y el estado de alerta puede ayudar a determinar los diferentes momentos del día en los que la mayoría de nosotros somos más productivos en diferentes trabajos en determinadas tareas.

2. Alimentar tu cuerpo y cerebro para alcanzar un máximo rendimiento

Lo que comes ejerce un impacto directo en tu rendimiento en el trabajo.

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Comer bien tiene un gran efecto tanto en el funcionamiento de nuestros cerebros como de nuestros cuerpos. La OMS informa que "una nutrición adecuada puede aumentar tus niveles de productividad en un 20% de media".

La comida adecuada puede ayudarte a concentrarte y a lograr más. Cuando comes para alimentar a tu cuerpo por la mañana, te das la explosión de energía que necesitas para desbloquear la versión más productiva de ti mismo.

Prueba lo siguiente: empieza la mañana con un desayuno saludable. Añade bayas o nueces a tus cereales. Y tómate un trozo de fruta fresca.

Lo mejor para ti es nutrir tu cerebro y tu cuerpo de la forma más beneficiosa. Si no cuidas tu cuerpo y tu mente, estos no te darán lo mejor.

Comer los alimentos adecuados, incluyendo bayas, verduras de hoja, nueces y semillas, salmón, granos enteros y té verde puede hacer maravillas para tu mente y tu cuerpo.

Comer bien aumenta la energía y el estado de alerta, mejora el sueño, lo que da lugar a una mayor concentración y ayuda a mejorar la claridad mental.

3. Organizar tu espacio personal

Desde montones de papeles hasta libros que ni siquiera lees, el desorden puede hacerte perder la concentración y frenar la productividad.

El desorden en tu escritorio de trabajo inhibe tu productividad debido a que todo está compitiendo por tus limitados recursos mentales.

El desorden genera estrés. Existe un estrecho vínculo entre tu espacio físico y tu espacio mental. Un escritorio desorganizado hace que sea más difícil concentrarte, según las investigaciones.

Piensa en lo estresado que estás cuando no puedes encontrar algo. Organiza tu entorno inmediato y podrás sentirte más organizado y más capaz de concentrarte en la tarea que tienes entre manos.

Deshazte del desorden en tu oficina, en tu escritorio, en tu habitación, y enviarás un claro mensaje de calma directamente a tu cerebro - lo que puede ayudarte a concentrarte en lo que realmente importa.

Despejar tu escritorio (y tu entorno en general) puede ayudar a aumentar tu productividad en cualquier momento del día.

4. Organizar tu día como una pirámide invertida

Si eres más productivo por la mañana, construye tu lista de tareas como una pirámide al revés.

Añade las tareas que más tiempo requieren y que más poder cerebral necesitan al principio del día y sácalas de tu camino en cuanto puedas.

El hecho de completar las tareas más difíciles a primera hora te ayuda a que todo fluya durante el día. Tener tareas importantes pendientes puede hacer que todo el día sea aburrido y difícil de superar.

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Organizar tu lista de tareas pendientes de esta forma significa que a medida que tu energía disminuye a lo largo del día, tu carga de trabajo se hace más ligera, no más pesada.

También puede significar que tu nivel de estrés disminuye y que acabas el día fresco en lugar de preocuparte por una tarea incompleta y un jefe o cliente enfadado. La gente realmente productiva hace tus tareas de alto valor a primera hora de la mañana.

5. Prepararte para el día siguiente la noche anterior

Empieza a elaborar tu lista de cosas por hacer la noche anterior para así poder empezar a hacer tu mejor trabajo por la mañana.

Si empiezas a hacer tu lista por la noche, tendrás más enfoque y claridad en lo que requiere el día siguiente.

Crear tu lista estratégicamente por la noche significa que atas los cabos sueltos la noche anterior, lo que puede dar lugar a que se pasen por alto menos retoques finales.

También puede limitar tu estrés al comienzo de cada nuevo día, lo que disminuye la frustración y aumenta la productividad.

Las rutinas de la mañana y de la noche te preparan para el éxito. Te ayudan a conseguir más, a pensar con claridad y a hacer el trabajo que realmente importa. Evitan que tropieces irreflexivamente durante el día y te aseguran que hagas las cosas más importantes.

Asegúrate de que tu lista de tareas incluya al menos una cosa que te inspire y otra que te motive, ya que una lista llena de nada más que de trabajo rutinario no te ayudará a empezar el día con energía.

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