6 hábitos de las personas con grandes habilidades sociales

Unas buenas habilidades sociales son de vital importancia para construir relaciones más profundas y significativas y tener éxito en tu carrera.

Piensa en las habilidades sociales como en las habilidades interpersonales que permiten que las interacciones con otras personas sean mutuamente gratificantes y beneficiosas.

Las personas con grandes habilidades sociales desean invertir plenamente en las relaciones sociales, personales y profesionales. Afrontan cualquier situación social con entusiasmo en lugar de con ansiedad, aburrimiento y temor.

Aprender a gestionar tus habilidades sociales y a jugar bien con los demás es una parte importante del crecimiento y la madurez.

A pesar de que las habilidades sociales pueden parecer intrínsecas a muchas personas, hay algunas personas que simplemente no las poseen. La buena noticia es que mejorar nuestras habilidades sociales es posible. Una de estas formas consiste en aprender de los demás. Las personas con grandes habilidades sociales tienen mucho en común. Sigue leyendo si quieres averiguar qué.

Las personas sociables permanecen en el momento. Los detalles son esenciales para construir unas relaciones más profundas.

Ser observador significa ser consciente de tu entorno, de la forma en la que compartes tu entorno con el mundo que te rodea, y de cómo invitas a otros a tu mundo.

Las personas socialmente inteligentes son realmente buenas a la hora de perfeccionar sus sentidos, empaparse de su entorno y captar los detalles intrincados para mantener una conversación interesante.

Ser observador puede ayudarte a evitar que te aburras mientras que también te ayuda a hacer del mundo un lugar más atractivo para los demás.

Las personas con grandes habilidades sociales suelen almacenar muchos conocimientos y trivialidades al azar, prestan gran atención a los detalles, y suelen ser capaces de detectar a un mentiroso a kilómetros de distancia debido a que sus observaciones les permiten leer el lenguaje corporal.

También suelen ser excelentes a la hora de escuchar y poseen un pensamiento crítico y una capacidad de resolución de problemas extraordinarios.

"Cuando la gente hable, escucha completamente. La mayoría de la gente nunca escucha". - Ernest Hemingway

Probablemente pienses que todo el mundo escucha, y tienes razón.

El problema es que algunas personas escuchan para hablar mientras que las personas con grandes habilidades sociales escuchan para oír. Cuando escuchas para hablar (escucha pasiva), simplemente permites que la otra persona diga cosas hasta que llega tu turno.

Por norma general, cuando escuchas para hablar, estás ensayando tu final de la conversación (¡o discusión!) en tu cabeza en vez de prestar verdadera atención a lo que la otra persona está diciendo.

Sin embargo, cuando escuchas para oír (escucha activa), adquieres y recopilas información, intentas intencionadamente asimilar y comprender el punto de vista de la otra persona, y aprendes algo sobre la otra persona o la situación.

Escuchar para oír significa que limitas las distracciones internas y externas y le das al orador toda tu atención.

Dale Carnegie dijo en una ocasión: "Puedes hacer más amigos en dos meses interesándote en otras personas que en dos años intentando que otras personas se interesen en ti".

Las personas con grandes habilidades sociales no solo cuentan historias sobre sí mismos, sino que también saben cómo cambiar las tornas e invitar a otras personas a contar sus propias historias. Y recuerdan lo que la gente les cuenta.

Hacen que los demás se sientan dignos de su tiempo. Hacen que resulte fácil para los demás sentir que pueden hablar con ellos.

Para mejorar tu habilidad social, es esencial hacer que los demás se sientan cómodos a tu alrededor. Invítalos a contar sus historias e interésate de verdad en lo que tienen que decir.

"La gente interesada es interesante".

Haz preguntas mejores y terminadas - interésate en la historia de la otra persona, experiencias, desafíos, como pasan el día, y lo que hacen para pasar sus vidas.

Este es un hábito clave que puede mejorar tus habilidades sociales. Si te interesan las historias de la gente, los demás estarán interesados en la tuya.

La curiosidad es una habilidad social muy deseable - te hace desear saber más sobre las personas nuevas que conoces y sobre las personas con las que interactúas de forma regular.

Cuando un amigo se compra una nueva casa, un miembro de la familia alcanza un nuevo objetivo personal o un nuevo colega se une a tu equipo, la curiosidad es lo que te lleva a hacer preguntas y a conocer más sobre sus grandes ideas, avances y logros.

También es lo que te incita a apoyarte en otra habilidad social: escuchar para oír en lugar de ser escuchado. Un beneficio añadido de la curiosidad es que además de hacerte profundizar en los demás, les da un sentido de valor al ser escuchados y puede ayudarte a aprender nuevas habilidades que te beneficien.

Las investigaciones sugieren que ser curioso puede fortalecer nuestras relaciones.

"Estar interesado es más importante para cultivar una relación y mantenerla que ser interesante; eso es lo que hace que el diálogo funcione", dice Todd B. Kashdan, uno de los investigadores. "Es el jugo secreto de las relaciones", afirma.

El sentido del humor no solo es una valiosa habilidad social, sino que también es una gran herramienta.

La gente con un sentido del humor bien desarrollado puede reírse con los demás. Y lo que es más importante, pueden reírse de sí mismos.

Cuando te rías de otras personas, asegúrate de no ir demasiado lejos, ya que hacer una pequeña broma y reírte de una persona de forma deliberada son dos cosas muy diferentes.

Cuando te rías de ti mismo, asegúrate de no cruzar la línea del autodesprecio o de no ser tan despectivo en tu visión u opinión de ti mismo que pierdas inadvertidamente tu sentido de autoestima o disminuya tu autoestima.

Las personas con grandes habilidades sociales saben cuándo reírse de sí mismas, cuándo adaptar su autoestima y cómo verse a sí mismas desde el punto de vista de los demás.

Theodore Roosevelt dijo en una ocasión: "A nadie le importa cuánto sabes, hasta que sepan cuánto te importa".

Las personas con grandes habilidades sociales practican la empatía - reconocen cómo se expresa la gente. Y pueden imaginar las experiencias de los demás como si fueran las suyas propias sin llegar a ser críticos.

Son capaces de percibir con precisión las emociones en sí mismos y en los demás. Esto facilita que los demás se lleven bien con ellos a nivel personal, social o profesional.

Un alto nivel de empatía permite desarrollar y mantener buenas relaciones, inspirar e influir en los demás.

También saben cómo aceptar el desacuerdo y respetar los puntos de vista de los que les rodean. Muestran respeto y tolerancia hacia otras personas y tienen una visión favorable y optimista del mundo.

Cada situación social es diferente y no siempre hay una forma "perfecta" de conectar significativamente con los demás. Sin embargo, con la práctica, los matices de la interacción social fluirán de forma mucho más natural.

A partir de hoy, empieza a perfeccionar tus habilidades sociales escuchando más, teniendo curiosidad por los demás, practicando la atención y mostrando empatía.