Cómo transformar el estrés en productividad
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¿Te sientes estresado últimamente? Lo más probable es que no seas el único. Todos cargamos con diferentes niveles de estrés constantemente – a veces más, a veces menos. ¿Esa presión nos hace más productivos o menos? Como sucede en muchos aspectos de la psicología humana, la respuesta es: depende. Pero depende de algo conocido como la curva de Yerkes-Dodson, una teoría que se remonta a 1908. A continuación, te mostramos cómo entenderla puede ayudarte a transformar el estrés que puede estar sintiendo en energía para hacer cosas.

Sigue la curva

La curva de Yerkes-Dodson hace referencia a la cantidad de energía motivadora, llamada "entusiasmo" que una persona puede tener para poder realizar bien una tarea determinada. La idea básica es que a bajos niveles de entusiasmo, las personas no obtienen resultados especialmente buenos.En este estado, la gente no está motivada para conseguir hacer nada. Esto ayuda a explicar por qué estar totalmente libre de estrés puede generar pereza o complacencia, y también por qué algunos de tus días más productivos son aquellos en los que el tiempo para acabar un gran proyecto pasa rápido

Así a medida que el entusiasmo aumenta, el rendimiento tiende a mejorar – hasta cierto punto. Cuando los niveles de entusiasmo son demasiado altos, el rendimiento comienza a disminuir. Básicamente, cuando tienes demasiada energía, no puedes concentrarte. El estrés es abrumador. Pasas de una tarea a otra sin ser capaz de concentrarte.

El problema de esta curva es que no se aplica a todos exactamente de la misma manera. Todos tenemos niveles básicos de entusiasmo diferentes. En otras palabras, algunas personas generalmente se encuentran cerca del punto máximo de su curva sin que sucedan circunstancias especiales en sus vidas – no necesitan muchos factores de estrés para sentirse con energía. Se trata de personas que trabajan de manera productiva, incluso cuando faltan varias semanas para una fecha límite.

Otras personas tienen, por naturaleza, bajos niveles de entusiasmo. Se trata de aquellas que necesitan un pequeño dispositivo termonuclear detonado debajo de sus escritorios, antes de que puedan pensar en llevar a cabo algo.

Cómo encontrar tu nivel de estrés óptimo

El entusiasmo que deriva del estrés afectará a cada uno de estos tipos de personas de forma diferente. Las personas con un alto nivel de entusiasmo rápidamente se verán empujadas más allá de su "punto ideal" en la curva de Yerkes-Dodson. El estrés hará que sea difícil para ellas hacer muchas cosas de manera efectiva hasta que sus niveles de excitación disminuyan. Por otro lado, las personas con poco entusiasmo generalmente se beneficiarán del estrés. A medida que el estrés se acumula, se aproximarán a ese punto ideal y se sentirán con energía para hacer cosas. Se necesita mucho más para empujarlos más allá de ese punto y hacer que se sientan abrumadas.

Dado que no puedes cambiar la posición de tu punto ideal, simplemente necesitas conocerte a ti mismo: ¿eres capaz de realizar varias tareas sin mucho ánimo o necesitas mucha ayuda para tener energía antes de comenzar a trabajar?

No hay ningún problema si no estás muy seguro. Todos los factores de estrés son un poco diferentes y algunos de nosotros nos detenemos a tratar de analizarlos fríamente. Así que experimente un poco – no cuando ya te sientas muy estresado sino en el transcurso de una semana de trabajo normal. Si sabes que tiendes a posponer las cosas, intenta trabajar en un proyecto antes de una fecha límite. Si puedes hacer muchas cosas cuando comienzas temprano, puede que tengas un buen nivel de entusiasmo sin necesidad de más presiones externas. Si no, entonces puede que seas una persona con bajo nivel de entusiasmo.

Cuando las personas están estresadas, tienden a centrarse principalmente en la manera en la que el estrés les hace sentir –el estrés no es divertido. Sin embargo, esto puede enturbiar su juicio. Así que como ejercicio, haga una lista de lo que has conseguido realizar cada día y evalúa en una escala de 1-10 la cantidad de estrés que experimentaste ese día. Durante un período de algunas semanas, podrías observar una tendencia en la relación entre tu productividad y tu estrés.

Si el estrés te permite trabajar, no dudes en subirte a esa ola. Transforma la energía en tareas que te ayudarán a alcanzar los objetivos a largo plazo que más te interesan. Pero si el estrés te lleva al límite, también está bien. No has fracasado – simplemente has aprendido dónde está tu nivel básico y ahora solo necesitas encontrar maneras de reducir el entusiasmo para que puedas ser más productivo.

Salga mucho a caminar. Haga algunos ejercicios para mejorar la atención. Hagas lo que hagas, intenta no dejar que tu falta de productividad te estreses aún más. Date un respiro y trabaja en cosas que no requieran lo mejor de ti. Con el tiempo, tu energía volverá a su nivel normal y conseguirás tu nivel de productividad habitual.

Por último, recuerda que también existen formas positivas de crear entusiasmo. Si necesitas un poco de energía extra para llegar a tu punto ideal, entonces pasa un poco de tiempo dedicándote a lo que los psicólogos llaman "contraste mental": Piensa en tu futuro ideal, luego compara esa visión con el momento en el que te encuentras ahora. Centrarse en esa diferencia puede ayudar a crear una sensación más firme de lo que necesitas lograr. También te dará la energía para continuar – sin crear más estrés del que puedes soportar.

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