Estos son los síntomas de las personas realmente solitarias según los expertos.
Muchos de nosotros pasamos nuestras vidas completamente a la deriva e ignorando que no estamos realmente conectados con nadie. Tenemos amigos, tenemos compañeros de trabajo, hablamos, enviamos mensajes de texto y somos activos en las redes sociales.
Sin embargo, en realidad estamos profundamente solos.
A continuación te presentamos los seis hábitos más comunes de las personas verdaderamente solitarias. Si te sientes identificado con alguno de ellos, puede que haya llegado el momento de averiguar lo que necesitas hacer para establecer conexiones con otras personas.
1. Siempre estás rodeado de gente
¿Has estado alguna vez en una fiesta, literalmente rodeado de amigos, pero te has sentido completamente solo?
La soledad es una de esas cosas en las que, aunque no sepas la causa, sientes sus efectos. Es posible que no te des cuenta de que estás profundamente solo, pero aún así te aferras a cualquier cosa que te haga sentir un poco menos solo. Esto suele manifestarse al intentar estar cerca de la gente tanto como te sea posible.
El problema es que probablemente ya sea demasiado tarde. Ya estás luchando por hacer conexiones, así que en este punto rodearte de ruido y distracción es como poner una tirita en una herida de bala. Las conexiones superficiales no te servirán para resolver realmente tu soledad.
Si es tu caso, el primer paso es darte cuenta de por qué lo estás haciendo, y comprobar qué sucede cuando te detienes. ¿Qué cosas te viene a la mente cuando intentas pasar 5 minutos sin ninguna conversación? ¿A qué recurres?
2. Estás obsesionado con comprar cosas
Si no tienes conexiones importantes con la gente en tu vida, tu cerebro hace todo lo posible por encontrar la siguiente mejor cosa: cosas. Muchas personas profundamente solitarias llenan el vacío de sus relaciones con coches, teléfonos y cosas por el estilo.
Los expertos llaman a esto "amor de posesión material" - cuando te das cuenta de que te falta algo, pero no sabes qué.
Si el mejor momento de la semana es cuando te llegan las compras de Amazon, esta es una clara señal de que te sientes solo.
La mejor forma de dejar atrás este hábito es empezar a incorporar poco a poco conexiones sociales más profundas. Es cierto que no es fácil, ya que cuando te sientes solo tus niveles de energía están agotados. Empieza con algo que sepas que puedes hacer: una llamada telefónica de 20 minutos mientras das un paseo o una cerveza socialmente distante con un amigo.
3. Estás agotado por el esfuerzo que te supone contactar con la gente
Es posible que te des cuenta de que seas tú quien tenga que intentar conectar con la gente, pero la simple idea te agota.
La soledad es un problema que se agrava. Cuanto más solitario estés, menos energía tienes, más difícil es formar y mantener conexiones significativas, haciéndote aún más solitario en una espiral descendente sin fin.
Esto significa necesitas un cambio radical para romper el ciclo. La buena noticia es que esto no es algo que tengas que hacer solo. Si puedes decirle a un amigo o familiar que tienes problemas, lo más probable es que puedan ahorrarte más de la mitad del camino. Aunque es posible que no quieras pedir ayuda, no puedes confiar en tu red de apoyo si no saben que la necesitas. No esperes que se den cuenta de que estás mal por arte de magia, pídeles ayuda.
4. Siempre estás conectado a las redes sociales
Una de las características de la soledad es el deseo de cerrar esa brecha percibida, a menudo utilizando las redes sociales. El problema es que estas son como el agua de Splenda para los colibríes - se la beben porque está dulce, pero esta no les hace ningún bien. Puede que te dediques a dar likes y enviar mensajes sin darte cuenta de que esta interacción no es lo que realmente anhelas. De hecho, varios estudios concluyen que reducir el uso de las redes sociales puede ayudar a las personas solitarias a sentirse menos solas.
5. Te pones nervioso con los problemas más insignificantes
Puede que puedas contar con una sola mano el número de experiencias estresantes que has sufrido durante el último mes. Y tal vez empieces a estresarte pensando en cuánto estrés has sentido esta semana.
Tu mente solitaria está en alerta máxima por las amenazas sociales.
Los investigadores han descubierto que cuando estás solo, ansioso y hambriento de conexiones, estás preparado para pensar en incidentes menores como mucho más estresantes de lo que realmente son. La soledad promueve la autopreservación a corto plazo, incluida una mayor vigilancia implícita de las amenazas sociales, en contraste con las amenazas no sociales.
La mejor forma de identificar este hábito es dar un paso atrás y ver tus reacciones en contraste con la fuente. ¿Está siendo tu reacción proporcionada? Si te das cuenta de que le das demasiadas vueltas a los comentarios, eventos e interacciones, esto puede ser una señal de que estás solo.
6. La gente cree que eres una persona distante
Mucha gente cree que las personas solitarias son personas pegajosas y necesitadas, desesperadas por cualquier interacción humana. Sin embargo, cuando estás solo, empiezas a actuar excesivamente a la defensiva y te muestras a los demás como distante o incluso hostil.
Se trata de un comportamiento autoperpetuo: te sientes solo, así que atacas, pero sin darte cuenta. Entonces te sientes triste y confundido cuando la gente empieza a alejarse de ti, haciéndote sentir todavía más solo.
Resulta difícil darte cuenta de que estás siendo distante a menos que alguien te lo diga, así que la estrategia más simple para descubrirlo es simplemente ver cómo sientes que los demás te están tratando. ¿Sientes que nadie responde a tus intentos de conectar? Si es así, esto probablemente se deba a que estás reaccionando de forma distante sin ni siquiera darte cuenta.
La soledad es un estado de autoperpetuación y miseria, exacerbado por el hecho de que frecuentemente, ni siquiera te das cuenta de que estás solo. Especialmente si parece que tienes una vida social activa - un grupo de amigos, 100 me gustas en tus publicaciones en las redes sociales, una invitación a la próxima reunión - puede ser casi imposible darte cuenta de que la razón por la que buscas tanta atención, por la que alejas a la gente de ti y por la que no puedes dormir por la noche es simplemente que te sientes solo.
Como resultado, es más probable que reconozcas tu soledad no por sentirte solo, sino por identificar los síntomas.
Una vez que sabes qué buscar, resulta evidente: tienes miedo a estar solo, tienes una atracción enfermiza por adquirir bienes materiales, las interacciones sociales te agotan, tus niveles de estrés están por las nubes, no eres capaz de alejarte del móvil, y nadie parece darse cuenta de que estás sufriendo excepto tú. La buena noticia es que una vez que has identificado cualquiera de estos hábitos, puedes empezar a trabajar para arreglarlos.