Saber cómo hacerle frente a las deudas puede ser un desafío. Existen muchas opciones y sopesar sus diversas ventajas y desventajas puede ser confuso, por no decir otra cosa. Además, la información al respecto es bastante contradictoria.
La gestión de la deuda es un problema al que la mayoría de nosotros nos enfrentamos - ¡a menudo sin una orientación clara! Para ayudarte a hacerle frente, a continuación te presentamos lo que debes y no debes hacer a la hora de controlar tus finanzas.
Lo que debes hacer
1. Elabora un plan de gastos
El hecho de encontrarte con una gran cantidad de deudas suele suceder de forma inesperada. Con el fin de evitarlo, debes averiguar la cantidad total de la deuda, el salario mensual y los gastos mensuales típicos. Luego introduce toda esta información en una aplicación de presupuesto que te dé límites y notificaciones cuando estés gastando de más. Estas suelen ser gratuitas y pueden ser vinculadas a tus tarjetas. Al ser más consciente de tu dinero, deberías tomar mejores decisiones.
2. Baraja la posibilidad de pedir un préstamo de consolidación
Los préstamos de consolidación son una buena forma de simplificar las deudas y reducir el número de acreedores que tienes. A través de este préstamo pides prestado el coste total de tus deudas para pagarlas todas y así solo tener un único acreedor. Si puedes encontrar tipos de interés más bajos con el mismo tiempo de pago que tus deudas originales, esto podría ahorrarte dinero.
3. Busca ayuda profesional
Si estás teniendo problemas para pagar tus deudas a fin de mes, podría ser una buena idea buscar ayuda profesional. Por suerte, muchos asesores financieros ofrecen llamadas de consulta inicial gratuitas para identificar qué tipo de apoyo podrías necesitar. Hay muchas soluciones diferentes, incluyendo planes de gestión de deudas, acuerdos voluntarios individuales y órdenes de alivio de la deuda. Al hablar sobre tu situación con un especialista en deudas, este puede ayudarte a tomar la decisión correcta.
4. Prioriza tus deudas
Las consecuencias de ignorar algunas deudas son más graves que otras. Las primeras deudas que debes pagar son tus cuentas prioritarias. Esto incluye el alquiler, las hipotecas, los impuestos municipales, las facturas de gas o electricidad, las facturas de teléfono, las multas, los bienes de compra a plazos, el impuesto sobre la renta y la manutención de tus hijos. Tus deudas no prioritarias pueden incluir deudas de tarjetas de crédito, deudas de catálogos, préstamos no garantizados, facturas de agua no pagadas, pago excesivo de beneficios (excepto créditos fiscales) y multas de aparcamiento no pagadas.
Lo que no debes hacer
1. No pierdas los plazos de reembolso
Los pagos atrasados harán que pagar tus deudas te resulte más difícil, ya que cada vez que no hagas un pago tendrás que pagar un recargo. Al establecer alertas automáticas en tu teléfono para recordarte cuándo debes un pago, es menos probable que se te pase por alto. Si se te pasa un pago, no esperes hasta el mes siguiente para pagarlo, ya que cuanto antes lo soluciones, menos afectará a tu puntuación crediticia.
2. No te la guardes para ti mismo
Si sufres una deuda problemática, es posible que no puedas pagar todos los gastos básicos (como la hipoteca, el alquiler, las facturas de energía y otros gastos). Muchas personas que se encuentran en esta situación ocultan la gravedad de la misma a sus parejas y familiares. Sin embargo, esto puede empeorar las cosas y podría afectar a las personas que te rodean si están haciendo planes de futuro contigo sin conocer tus circunstancias reales.
Antes de decírselo, investiga las posibles soluciones a las deudas. De esta manera, podrás darles una idea de cuándo y cómo tienes previsto resolver el problema.
3. No ignores el problema
Pensar en hacer frente a tus deudas puede dar miedo. Sin embargo, si no actúas sobre los avisos finales, la situación no hará más que empeorar y será más difícil de gestionar. No importa lo difícil que creas que es abordar la deuda, ningún problema de deuda es irresoluble.
4. No te dejes intimidar por los acreedores
Esto es más fácil de decir que de hacer cuando tienes a los acreedores persiguiéndote - a veces con cartas y llamadas. Sin embargo, existen algunas formas en las que puedes sentirte más seguro al tratar con ellos. Asegúrate de que conoces tus derechos. La mayoría de los acreedores también te dan un "respiro" de unos 30 días si puedes demostrar que estás intentando resolver tus deudas.