Cuando no somos productivos o no lo hacemos lo mejor posible, empezamos a sentirnos mal. La duda sobre nosotros mismos está en su punto más alto. Cuando esto pasa, nos hundimos en ella y, finalmente, intentamos encontrar la forma de solucionarlo.
Cuando uno se encuentra sumido en la rutina, cambiar las cosas es una buena forma de recuperar el ánimo. Por esa razón, la gente empieza a cambiar su horario, a añadir nuevas formas de hacer descansos, incluso se instalan nuevas aplicaciones que evitan las distracciones. Sin embargo, el entorno en el que trabajamos es algo que solemos pasar por alto.
Cuando se habla del entorno de trabajo y de cambiarlo, la gente piensa que significa reorganizar las cosas en el escritorio, ordenar, organizar, etc. Pero eso no es exactamente cambiar el entorno.
Tu espacio de trabajo no es el entorno, sino el lugar en el que se encuentra. Muchas veces, la gente que te rodea, el lugar, el ruido, etc. pueden ser factores que contribuyen a que te retrases.
Cambiar el entorno es probablemente la forma más fácil de mejorar tu concentración. Te sitúa en un entorno desconocido que te obliga a ser creativo para poder realizar tu trabajo. Si no tienes un trabajo de oficina típico que te obligue a estar en tu escritorio, entonces tienes la oportunidad perfecta para seguir cambiando las cosas para no sentirte demasiado cómodo.
Intentamos que nuestros espacios de trabajo sean cómodos, pero a veces se vuelven demasiado cómodos. Cuanto más cómodo sea tu lugar de trabajo, más rápido perderás la concentración. Los lugares más acogedores pueden llegar a ser perjudiciales para tu productividad, concentración y determinación.
Muchos autónomos, ejecutivos de startups, etc., trabajan desde sus casas. Se supone que tu casa es uno de los lugares más cómodos para ti. Aunque trabajar en pijama es un sueño, puede ser la razón por la que no eres lo suficientemente productivo.
Si trabajas desde casa, aquí tienes algunas cosas que debes tener en cuenta.
1. No trabajes desde la cama
Aunque esto es algo que mucha gente hace, no es aconsejable en absoluto. Debes mantener tu área de sueño y de trabajo separadas. Si no lo haces, acabarán mezclándose la una con la otra. Esto puede ser poco saludable no solo para tu trabajo sino también para tu sueño.
2. Mantén una zona de oficina separada
Puede ser un simple escritorio y una silla en un rincón del salón o del dormitorio. Pero asegúrate de utilizar siempre este espacio para trabajar y nada más.
3. Controla los niveles de ruido
Vivir en una zona ruidosa y ajetreada puede ponerte nervioso y reducir tu nivel de concentración. Intenta utilizar auriculares con cancelación de ruido. Mantén a tu familia alejada de tu espacio de trabajo. Haz cualquier cosa que mantenga el ajetreo de la vida cotidiana lejos de tus oídos.
Siempre puedes cambiar de aires visitando cafeterías y bibliotecas para trabajar.
Reflexiones finales
Elegir un lugar de trabajo en el que haya gente positiva es fundamental. La gente que tiene las mismas ambiciones y objetivos a largo plazo que tú te motivará a trabajar. Averigua qué es lo que te funciona. Cambia de sitio y comprueba qué te inspira.