9 lecciones de 108 millonarios sobre el dinero, el éxito y la vida

Brandon Turner, columnista de Forbes, comparte unas valiosas lecciones que aprendió durante una conferencia de tres días en la que participaron 108 millonarios.

Esta es la situación real en la que me encontré el fin de semana pasado, que cambió completamente mi vida, igual que espero que lo que yo aprendí y que expongo a continuación, cambie la vuestra.

Hace poco me uní a un pequeño grupo de hombres, solo millonarios (llamado GoBundance) en un intento de ampliar mis relaciones y asociarme con gente más inteligente que yo y con más éxito.

Hay una cita muy conocida (anónima) que dice, “si eres el más listo de la sala, es que estás en la sala equivocada”. El encuentro era en la “sala más inteligente”, y ahí fue donde me metí.

Y aprendí lo siguiente.

Me he pasado parte de mi vida invirtiendo en el sector inmobiliario, durante una década, y también lancé uno de los podcasts más famosos de iTunes, pero parezco un recién nacido de las finanzas al lado de la mayoría de los hombres de este grupo, que es exactamente donde necesito estar.

Los millonarios no buscan rodearse de gente que les haga sentirse superiores, sino que necesitan continuamente personas que hayan triunfado mucho más que ellos – en numerosos aspectos.

Los millonarios se rodean de gente a la que se pueden parecer con esfuerzo en cualquier ámbito de la vida.

Si hay un tema que invade a todos los miembros de esta tribu es este: la riqueza es más que dinero.

El dinero es importante, pero no es lo único ni lo más importante.

Las conversaciones en las que me vi envuelto eran sobre temas como las relaciones, la aventura, estar en forma y corresponder con la caridad en proporción a la riqueza. Mi amigo y compañero de inversiones en el sector inmobiliario, Mark Walker, lo resumió muy bien al decir:

Muchos sufren la tentación de mirar hacia la gente rica con un sentido de reverencia pero ¿a costa de qué? Si alguien tiene 10.000.000 dólares pero casi nunca ve a sus hijos, ¿es una vida verdadera que merece la pena imitar? No según los hombres que he conocido esta semana.

La vida es equilibrio.

En casi todas las conversaciones que he tenido esta semana he escuchado la misma frase de cuatro palabras una y otra vez: “¿En qué puedo ayudarte?”

Los millonarios entienden que aportar valor a otros es mucho más importante que saber lo que los demás pueden hacer por ti. Por supuesto, al final, aportar valor a los demás parece que siempre genera una mayor recompensa, pero estos hombres no ofrecían ayuda desde un punto de vista egoísta. Simplemente ofrecen valor con autenticidad porque quieren ver triunfar al resto. Me fui del encuentro con decenas de contactos en distintas áreas de la vida, y sé que podría coger ahora mismo el teléfono y llamar a cualquiera de ellos y pedirles ayuda – y la tendría.

Según el difunto Zig Ziglar:

La mayoría de las personas tienden a vivir una vida basada en la reacción, esto significa que siempre están a la defensiva en todo.

Sin embargo, los millonarios con los que he contactado esta semana tienen una vida muy diferente. Deciden firmemente definir su futuro, construyen planes para conseguirlo y los llevan a cabo con entusiasmo.

Por ejemplo, he mencionado antes que soy coanfitrión de un podcast de gran éxito. En este podcast fue donde realmente descubrí a este grupo de millonarios, cuando entrevisté a varios el año pasado. Pero en este encuentro descubrí que no era casualidad que varios de estos hombres vinieran a nuestro programa. La realidad es que dos de ellos se propusieron hace varios años en uno de los encuentros GoBundance que irían al BiggerPockets Podcast, y crearon un plan para conseguirlo. No se quedaron sentados a esperar que les pasara algo en la vida – se pusieron a definir lo que querían y actuaron yendo a por ello.

El año pasado revendí dos viviendas – de lo cual me sentí muy orgulloso.

Pero después supe que mi compañero de habitación en el encuentro había revendido 80 viviendas el año pasado y conocí a otra persona que compró 950, y a otra que está desarrollando una nueva tecnología que ayudará a erradicar la malaria.

Yo pensaba que revender dos casas era una hazaña.

Pero al rodearme de estos millonarios aprendí a pensar con más ambición en el mundo que me rodea.

¿Por qué aspirar a lo bueno si puedes aspirar a lo mejor?

Como inversor del sector inmobiliario, decidí que quería un cambio. No iba a comprar una pequeña casa aquí y allá, pienso en grande. De hecho, gracias a este encuentro me propuse una nueva meta: comprar un parque de viviendas móviles de 50 unidades este año y en el plazo de tres años tendré 1.000 espacios para estas viviendas.

Eso es pensar en grande.

Así que, ¿qué objetivo puedes multiplicar por 10 en tu vida?

Cuando era niño pensaba que los ricos eran gente avariciosa y egoísta a la que le gustaba nadar en sus monedas de oro.

Gracias Scrooge McDuck.

Pero la realidad es muy diferente. De nuevo contacté con hombres que eran auténticos y querían ser generosos con los demás. Se llevaron a cabo numerosas subastas en el encuentro para coaching individual con los oradores, y se recaudaron más de 100.000 dólares que fueron destinados a 1 Life Fully Lived, una organización sin ánimo de lucro que ayuda a las personas a vivir en acción.

No es que no esté en forma – pero comparado con la mayoría de los hombres que conocí la semana pasada… estoy como una vaca.

Los millonarios comprenden que a esa edad es vital hacer ejercicio duro para tener una vida de éxito. No servirá de nada todo el dinero del mundo cuando estemos muertos, por ello, los millonarios que he conocido se proponen comer sano, hacer ejercicio y ser responsables a la hora de mantener rutinas.

Si quieres un test de fitness divertido y exigente prueba el GB-9 que la mayoría de los hombres del encuentro hacen regularmente. Yo obtuve 140 – pero hay quien supera los 300. ¿Cuál es tu puntuación en el GB-9?

Las personas que triunfan enseñan a sus hijos a tener éxito.

Esto fue lo que saqué en claro en el encuentro cuando nueve niños (hijos de algunos de los hombres que asistieron) abrieron sus propios negocios de venta de camisas y otros artículos a los millonarios presentes en la conferencia. De hecho, los niños se iban a casa con casi 200 dólares en metálico (¡pero se lo ganaron de verdad!).

Estos chavales (algunos de solo tres o cuatro años) aprendieron a comprar productos en el mercado al por mayor, venderlo en tienda, donar parte del ingreso a una organización benéfica y dejar como beneficio lo que quedara. Nunca olvidaré cómo se configuró ese “clic” de emprendedor en sus mentes.

Jon Berghoff, el responsable del encuentro y Socio Director del Flourishing Leadership Institute, me dijo esto cuando le pregunté qué destacaría del encuentro:

“Es un grupo de hombres que aunque hayan conseguido gran éxito invirtiendo tiempo y dinero en organizar el acto, mostraron un afán legítimo y auténtico por saber cómo crecer más. Este sentimiento procede de la humildad, de la apertura de mente y del deseo, y merece un tremendo respeto. Y por esta misma razón su éxito continuará aumentando”.