Tu negocio es la clave de tu legado y tu futuro. Si decides venderlo, vale la pena hacerlo bien.
Llega un momento en la vida de todo propietario de un negocio en el que necesita pasar a algo nuevo, retirarse o dejar su negocio en manos de alguien con nuevas energías e ideas.
Por esa razón, hemos reunido los siguientes consejos.
1. No esperes a estar agotado o a perder el interés
Vender tu negocio requiere la misma energía y pasión que hacerlo crecer. Una vez que hayas perdido esa ventaja, y los compradores potenciales lo percibirán rápidamente, el valor de tu negocio tenderá a bajar rápidamente. Debes planificar una estrategia de salida y optimizar tus actividades y el momento para conseguir el mejor precio.
2. Abstente de informar a tus socios de que vas a vender
Es sorprendente que la gente siempre asuma lo peor. Especialmente si la gente oye rumores sobre tu interés en vender, asumirán que estás luchando contra la bancarrota, que te están echando o que tu vida personal se ha desmoronado. Limita tus revelaciones únicamente a los corredores de negocios, y a los compradores potenciales.
3. No decidas hacerlo tú mismo, sin ayuda profesional
Vender tu empresa es muy parecido a ponerla en marcha, y no es algo que puedas hacer en tu tiempo libre. Las tareas críticas, que requieren habilidades profesionales, incluyen el empaquetado del negocio, su comercialización activa, la negociación de las condiciones y la diligencia debida. Intentar hacer todo esto uno mismo es una receta para el desastre.
4. Apóyate en un agente de negocios
Vender un negocio no es solo vender una propiedad comercial. Los compradores son diferentes, las normas y los contratos son nuevos y se requiere un marketing específico. Recomendamos contratar desde el principio a un asesor de fusiones y adquisiciones o a un corredor de negocios con experiencia, y seguir sus indicaciones, en lugar de buscar a un amigo.
5. No negocies basándote en el alquiler mensual actual
Si tu ubicación es clave para el valor de tu negocio, asegúrate de tener un contrato de alquiler a largo plazo, o al menos una garantía de renovación. Lo que no necesitas es que un comprador trate directamente con tu casero para hacerse con tu activo clave, dejándote sin ventaja y con un valor mínimo para la venta.
6. No pongas precio al negocio basándote solo en tu instinto
La venta de un negocio, como de cualquier otro activo, requiere una estimación realista del valor. Muchos propietarios no aprecian el valor que han acumulado a lo largo de los años, mientras que otros tienden a tener siempre una visión inflada de su valor. Ninguna de las dos perspectivas es buena para la credibilidad o un resultado justo de tu venta.
7. No reveles información confidencial sin un acuerdo de confidencialidad
Los empresarios a menudo no aprecian la necesidad de la propiedad intelectual o su "salsa secreta" cuando buscan un inversor, y se apresuran a revelar los detalles cuando venden el negocio. No conseguir un acuerdo de no divulgación firmado antes de negociar puede tener un coste muy elevado.
8. No firmes con un comprador sin investigar antes
Al igual que los compradores potenciales harán la debida diligencia sobre ti, tú deberías ser igual de minucioso a la hora de comprobar sus credenciales, su intención y su historial. No arriesgues tu negocio, tu legado personal y tu tiempo con compradores no cualificados y estafadores. Esta tarea es clave para su corredor de negocios profesional.
9. Nunca aceptes la primera oferta del comprador sin un plan B
Menos del 40% de las ventas de empresas llegan a buen puerto la primera vez. Crea una sensación de urgencia organizando reuniones de compradores consecutivas y dejando que los compradores potenciales se vean. Debes estar siempre dispuesto a hablar de los planes de crecimiento futuro, como alternativa a la venta.
10. Tampoco asumas nunca que vender a un empleado es rápido y fácil
Las ventas a los empleados no funcionan bien. La mayoría de los empleados tienen una perspectiva limitada sobre el papel y los requisitos financieros para ser propietario. Además, las negociaciones normales pueden hacer que los empleados se emocionen y abandonen el negocio o trabajen en tu contra.
Es necesario recordar a los propietarios de empresas que su negocio es probablemente su posesión más preciada, y la venta es una de las mayores decisiones de su vida. Es un proceso muy complejo, además de emocional.
Por tu propia experiencia, sabes que las decisiones complejas no deben tomarse nunca por motivos emocionales. Recibe una buena ayuda profesional y disfruta del legado que te mereces.