Empresarios y trabajadores, que llevan un año trabajando de forma remota, están divididos en cuanto a los códigos de vestimenta de la oficina. Sin embargo, hay una tercera opción.
1. La vestimenta en el lugar de trabajo nunca ha sido tan informal
Debido a que la pandemia mundial ha mantenido a la gente fuera de la oficina, y sobre todo en sus casas, los pijamas y la ropa deportiva se han convertido en los nuevos pantalones y camisas. La cuestión es que, a medida que aumenten las tasas de vacunación y la gente empiece a volver al trabajo, ¿estará esta dispuesta a desprenderse de sus pantalones de chándal?
La respuesta corta: sí y no. Jeff Galak, profesor asociado de marketing en la Escuela de Negocios Tepper de la Universidad Carnegie Mellon, afirma que hay dos resultados probables: Uno, algunas empresas mantendrán el impulso de la ropa informal y nacerá una nueva normalidad. Dos, podría haber un fuerte deseo de volver a la "normalidad" anterior a la pandemia. Por mucho que los pantalones de chándal y las camisetas sean maravillosos cuando se trabaja desde casa, este señala que volver a la ropa informal de negocios o incluso a la ropa de oficina tradicional -¿recuerdas los trajes y las faldas? - podría ser un recordatorio psicológico de que estamos dejando la pandemia atrás.
"Lo más probable es que las empresas diverjan en este sentido y que esto sea otro factor de diferenciación entre las empresas y los sectores", afirma Galak. "Algunas anhelarán volver a la antigua normalidad y otras forjarán una nueva".
Para Vanessa Perry, propietaria y directora ejecutiva de Impeccable Credit Services, una empresa de reparación de créditos en Houston, la vestimenta profesional es una necesidad. Todos los empleados de su empresa deben vestir de forma profesional, lo que significa que no hay pantalones vaqueros ni zapatillas de deporte, salvo el ocasional viernes de verano. "Esto refleja a la empresa en su conjunto", dice Perry. "Si tratas con profesionales, esperas que tengan un aspecto profesional".
Otros directivos de empresas están de acuerdo con el cambio de los códigos de vestimenta y dicen que ayuda a disminuir la ansiedad de los empleados por volver a la oficina. Sandra Craft, directora ejecutiva de ThinkImpact, una empresa con sede en Boston que proporciona estadísticas, tendencias y datos relacionados con la educación y la carrera profesional, afirma que recientemente ha cambiado el código de vestimenta de la oficina para que los empleados que vayan uno o dos días a la semana puedan "respirar un poco" y sentir menos estrés durante la transición a trabajar en el lugar.
Por supuesto, la gente lleva años vistiendo de manera informal en el trabajo, mucho antes de la pandemia. Un informe sobre la "casualización" de la moda realizado en noviembre de 2020 por la empresa de estudios de mercado Mintel muestra que algo más de una cuarta parte de los trabajadores a tiempo completo o parcial esperan que su empresa les permita vestir de forma más informal en el futuro.
"No creo que todos los lugares de trabajo vayan a tener los códigos de vestimenta que tenían antes, porque sencillamente ya no es la vida que llevamos", dice Alexis DeSalva Kahler, analista principal de investigación sobre comercio minorista y electrónico de Mintel. Si has pensado en lo que la gente podría llevar a su regreso, no está de más hablar de ello, señala. Recuerda a los empleados cuáles son las expectativas de la empresa, si hay un enfoque más informal del código de vestimenta o si se volverá a las normas anteriores a la pandemia. En cualquier caso, es mejor no dejar el código de vestimenta de la empresa a la interpretación.
2. El enfoque híbrido
Tanto las nuevas empresas de moda como las marcas de alta gama establecidas registraron enormes picos de ventas en ropa cómoda como pantalones de deporte al comienzo de la pandemia, pero ahora que la gente se reincorpora a la fuerza de trabajo, las marcas están pivotando una vez más. RicherPoorer, una marca de ropa con sede en Los Ángeles que se centra en productos básicos cómodos como camisetas y pantalones de chándal, vio sus ventas de comercio electrónico crecer un 500% en 2020, desde 2019. Ahora, su cofundadora y directora ejecutiva Iva Pawling afirma que la marca se centra en hacer más cómodas las prendas que tradicionalmente se usan fuera de casa, como los vestidos, las camisas de vestir y los sujetadores.
"Hay toda esta ropa que históricamente hemos aceptado como la norma y que no creo que los consumidores vayan a aceptar más cuando salgan al mundo", dice Pawling.
Al igual que RicherPoorer, muchas marcas de moda apuestan por un nuevo enfoque híbrido de la moda pospandémica, entendiendo que la gente querrá estar cómoda pero conjuntada, para reflejar el estilo de vida híbrido que supone trabajar a veces en la oficina y a veces desde casa, dice Andrew Wyatt, director ejecutivo de CALA, una empresa con sede en Nueva York que ayuda a conectar las marcas de moda con los proveedores y las redes de distribución. Esto significa siluetas profesionales, pero en tejidos que son tradicionalmente más cómodos, con materiales tejidos como el algodón, y telas que se estiran y pueden llevarse cómodamente en la oficina o descansando en casa después del trabajo. Este señala que algunas marcas se inclinan por lo tradicional y presentan vestidos de flores y otros atuendos tradicionales de verano, pero no muchas.
"En el fondo, todo el mundo espera que haya una gran línea en la arena que se cruzará y que todo el mundo volverá atrás", dice Wyatt. "Pero lo que realmente estamos viendo desde la perspectiva del diseño es la ropa híbrida".
Un ejemplo: Ameliora, una marca de moda con sede en Nueva York que fabrica prendas básicas de vestuario con tejidos elásticos, transpirables y de alto rendimiento, dice que su colección de camisas abotonadas ha vendido más de 8.000 unidades - un 116% más - durante los últimos 90 días. Su fundadora, Adrienne Kronovet, afirma que la mayoría de los clientes compran al por mayor cuando se preparan para volver a sus oficinas.
Un código de vestimenta más informal no significa que la gente no vaya a comprar nunca más un vestido de fiesta o una chaqueta a medida. El entusiasmo por el futuro puede provocar compras más indulgentes de ropa que la gente no usará todos los días y que no necesita, dice DeSalva Kahler.
"Es probable que este tipo de compras sigan afectando a nuestra forma de vestir cuando salgamos al mundo, pero no creo que afecten necesariamente a nuestra forma de vestir cuando volvamos a la oficina", afirma. "Porque no todo el mundo va a volver a la oficina de la misma manera que antes y los códigos de vestimenta van a reflejar ese cambio".