Ventajas e inconvenientes de tener una segunda nacionalidad

Ser ciudadano en tu país y en el extranjero puede tener tanto ventajas como inconvenientes para ti y tu empresa.

La idea de tener la ciudadanía en más de un país era inimaginable en un momento de la historia. Era una creencia común que una persona podía tener lealtad a un país y solo a un país. El presidente estadounidense Theodore Roosevelt describió una vez la noción de segunda ciudadanía como "un absurdo evidente".

Sin embargo, nuestras ideas al respecto han evolucionado, y el número de personas que tienen la ciudadanía de más de un país va en aumento. Hay quienes tienen la suerte de reclamarla en la infancia por haber nacido de padres de nacionalidad extranjera en un país que les otorga la ciudadanía al nacer. Sin embargo, muchas personas intentan establecer una segunda ciudadanía cuando son adultos por sus ventajas internacionales. Y si pensamos en la globalización de los negocios, la comunicación y los viajes del siglo XXI, tener la ciudadanía en dos países tiene mucho sentido. Entonces, ¿cuáles son los pros y los contras.

Veamos primero las ventajas, ya que eso es lo que atrae a la gente a la idea de tener dos pasaportes en su equipaje de viaje. Sí, si tienes una segunda nacionalidad, puedes tener dos pasaportes, y eso facilita mucho los viajes entre dos países para visitas de negocios o familiares, ya que elimina la necesidad de visados de larga duración.

Dos ventajas importantes son las opciones de poseer tierras en otro país y pagar potencialmente menos impuestos. No es raro que los países restrinjan la propiedad de la tierra a sus ciudadanos. Si te encuentras pasando largas temporadas en dos países diferentes, la compra de una casa puede empezar a parecer mucho más atractiva que una estancia prolongada en un hotel.

También existe la posibilidad de pagar menos impuestos si la mayor parte de tu negocio está en el extranjero y tú estás por ejemplo en Estados Unidos menos de seis meses al año. Sin embargo, no debes olvidar que las cuentas bancarias en el extranjero pueden ser algo complejo y, si se hacen de forma incorrecta, pueden meterte en problemas. (En contra de la creencia popular, no son directamente ilegales).

Como es lógico, la adquisición de una segunda nacionalidad puede ser bastante difícil, y si estás intentando navegar por toda la burocracia del gobierno por tu cuenta, puedes desperdiciar años y miles de dólares, solo para descubrir que no reúnes los requisitos o que no has presentado la solicitud de forma correcta, y tu trabajo duro ha sido en vano. Además, los gobiernos pueden rechazar tu solicitud sin darte ninguna explicación ni una segunda oportunidad. Algunos gobiernos ni siquiera permiten que los solicitantes se dirijan a ellos directamente. En su lugar, muchas personas interesadas en la segunda nacionalidad buscan ayuda a través de una empresa - normalmente un agente autorizado por el gobierno.

Otro posible inconveniente de la segunda nacionalidad es que se está sujeto a las leyes de ambos países. Si te conviertes en ciudadano de un país en el que el servicio militar es obligatorio, adivina qué: ¡ahora estás en el ejército! Esto podría incluso suponer la pérdida de la nacionalidad estadounidense si ese país entra en conflicto militar con Estados Unidos.

Como la mayoría de las cosas en la vida, ser ciudadano de dos países puede tener tanto ventajas como inconvenientes. Es importante considerar el motivo por el que deseas obtener una segunda nacionalidad y determinar si es lo más adecuado para tu vida y tu trabajo, tanto ahora como en el futuro, y tu mejor opción es consultar con agentes autorizados por el gobierno de ese país.