Los líderes capaces de perdonarse a sí mismos y a los demás ganan un enorme respeto y confianza de los demás y ayudan a reducir los niveles de estrés.
El perdón es una decisión consciente y deliberada de perdonar a alguien que te ha perjudicado o afectado negativamente. No significa olvidar, condonar o excusar las ofensas. Se trata de liberarse de la ira y los sentimientos negativos, y lograr la paz mental.
El estrés suele estar causado por las acciones de los demás. Un cliente exige el reembolso total de una compra sin una explicación válida. Un empleado incumple su compromiso de ayudar en un proyecto. Tu jefe de ventas te dice en el último momento que no puede completar una propuesta comercial, lo que te obliga a trabajar todo el fin de semana para terminarla.
Después, te sientes amargado. Guardas rencor. Es difícil desprenderse de estos sentimientos, y tus niveles de estrés suelen dispararse como resultado. Un estudio ha descubierto que cuando las personas guardan rencor, estas experimentan una mayor actividad fisiológica, como tensión muscular, aumento del ritmo cardíaco, mayor presión sanguínea e incluso sudoración, en comparación con cuando perdonan. Charlotte vanOyen-Witvliet, investigadora principal del estudio, ha explicado:
"Cuando las personas piensan en sus agresores de forma implacable, tienden a experimentar emociones negativas más fuertes y mayores respuestas de estrés. En cambio, cuando estas mismas personas piensan en sus agresores de forma más indulgente, suelen experimentar una gran emoción positiva, un mayor control percibido y una emoción negativa y un estrés menos potentes a corto plazo".
¿Con qué frecuencia perdonas a los demás? El perdón no es para los débiles de corazón: es difícil y antinatural. Es importante tener en cuenta que el perdón no significa que permitas que la persona se cruce contigo de nuevo. Una encuesta de Gallup ha descubierto que el 94% de las personas dicen que es importante perdonar, pero solo el 48% dice que suele intentar perdonar a los demás.
Cuando la gente decide perdonar, muchos practican el perdón condicional, comprometiéndose a perdonar solo si el ofensor se disculpa o promete no volver a cometer la ofensa. Un estudio de 2011 publicado en el Journal of Behavioral Medicine descubrió que las personas que practican el perdón condicional pueden ser más propensas a morir antes que las que son menos propensas a realizar esta práctica.
¿En qué medida eres indulgente? Responde a las siguientes afirmaciones según sean verdaderas o falsas:
- Cuando alguien me molesta, tiendo a mantener la mayor distancia posible.
- Cuando alguien me hace daño, quiero que pague.
- Cuando una persona de confianza me decepciona, es poco probable que la perdone rápidamente.
- He guardado rencor a alguien durante más de un año.
- Cuantas más afirmaciones respondas como verdaderas, menos natural será el perdón para ti.
A los líderes les suele resultar difícil perdonar, ya que lo consideran un signo de debilidad o fragilidad. Sin embargo, el perdón es esencial para la recuperación y prevención del estrés. Incluso puede contrarrestar algunos de los efectos a largo plazo del estrés crónico. Un estudio descubrió que cuando los individuos se perdonan mucho a sí mismos y a los demás, prácticamente se elimina la relación entre el estrés y las enfermedades mentales. La autora del estudio, Loren Toussaint, explicó:
"Si no tienes tendencias al perdón, sientes los efectos crudos del estrés de una manera absoluta. No tienes un amortiguador contra ese estrés".
¿Cuándo fue la última vez que perdonaste a alguien? El 62% de los estadounidenses dice que necesita más perdón en su vida personal, según una encuesta del Instituto Fetzer. No es difícil entender por qué. De acuerdo con la Clínica Mayo, hay muchos beneficios asociados con el perdón, incluyendo menores niveles de estrés, mejor salud mental, menores niveles de ansiedad y hostilidad, menor presión arterial, menos síntomas de depresión, un sistema inmunológico más fuerte, mejor salud del corazón y mayor autoestima.
¿Te gustaría ser mejor perdonando? Un primer paso importante es mostrar empatía hacia el agresor. Esto implica cambiar tu perspectiva. También pueden mejorar tu capacidad de perdonar gestionando tus emociones. Las investigaciones han demostrado que tu capacidad para gestionar y reparar tus emociones te hace más propenso a perdonar.