Pensar que van a "descubrirte" y juzgarte es el sello del síndrome del impostor.
El síndrome del impostor es real. Tiende a afectar a las personas de alto rendimiento más que a cualquier otro grupo psicológico - especialmente a las mujeres - e incluye a personas creativas como inventores, fundadores y emprendedores. Cuando afecta a los nuevos empresarios, sus efectos son tan sutiles como poderosos, pues les hace dudar de sus logros y les impide asumir los riesgos necesarios.
Si no se controla, el síndrome del impostor puede hacer descarrilar todo el negocio.
Señales del síndrome del impostor
Si alguna vez has tenido la persistente sensación de que no estás cualificado para ocupar tu puesto o de que alguien va a venir a desenmascararte como un fraude, es probable que hayas experimentado el síndrome del impostor. Se parece mucho a una vocecita petulante dentro de tu cabeza que te susurra cosas del tipo:
- No eres lo suficientemente bueno.
- No engañas a nadie.
- ¿Quién te crees que eres?
- Es imposible que lo consigas.
- No tienes nada que hacer.
- Van a descubrir que no tienes ni idea de lo que estás hablando.
Pensar que van a "descubrirte" y juzgarte es el sello del síndrome del impostor. La verdad es que esa vocecita desagradable es un matón, y te ha estado mintiendo toda la vida.
Cómo combatir el síndrome del impostor
1. Reconócelo por lo que es
En el fondo, el fenómeno del impostor es un deseo de confirmar tu autoconcepto que te mantiene atrincherado en tu zona de confort. Tu sentido de quién eres y de lo que eres capaz se forma en los primeros años de tu vida. Cuando logras cosas después de que se haya formado la mayor parte de tu autoconcepto, tiendes a descartar esos logros porque no coinciden con lo que has aprendido a creer sobre ti mismo desde el principio.
Por ello, es posible que descartes las cosas que logras de adulto porque no encajan con la versión adolescente de ti mismo. En pocas palabras, el síndrome del impostor es la forma en la que tu mente hace coincidir lo que haces con lo que cree que eres.
2. Enfréntate a él directamente
Al igual que un niño pequeño exigente, solo se hará más fuerte si finges que no existe. En su lugar, simplemente reconoce que existe y sigue adelante a pesar de este. Cada vez que escuches sus palabras en tu cabeza, contesta utilizando una de estas palabras o frases: sin embargo, vale, tal vez, tal vez, si tú lo dices o en cualquier caso. Por ejemplo: "Sí, no tengo tanta experiencia como mi competidor, sin embargo lo hago de todos modos".
Otras respuestas pueden ser:
No eres lo suficientemente bueno. Quizás, pero soy lo suficientemente bueno para empezar.
Nunca serás lo suficientemente bueno. Si tú lo dices, pero eso no me va a detener.
Es imposible que lo consigas. Sin embargo, mira.
Van a descubrir que no tienes ni idea de lo que estás hablando. Tomo nota. Lo digo de todos modos.
Vas a fracasar y todos se van a reír de ti. Puede ser, pero esto está sucediendo.
3. Asume un alter ego
Todd Herman, autor de The Alter Ego Effect, describe una técnica para superar el miedo y las dudas. Este pide a sus lectores que intenten asumir la identidad de alguien a quien vean totalmente capaz de conseguir grandes cosas. Esta es una poderosa forma de contrarrestar el fenómeno del impostor porque nos permite salir de nosotros mismos y comportarnos "como si" hubiéramos abrazado nuestros logros en lugar de disminuirlos.
4. Piensa en cuando eras un niño
Aceptémoslo, de niño eras un hereje. Tu trabajo consistía en sobrepasar todos los límites, cuestionar todo, ser ridículamente curioso, preguntar mucho "por qué" y no aceptar un no por respuesta. Cada vez que cedes a las mentiras de tu impostor interior, pierdes tu capacidad de desarrollar tu máximo potencial. Como constructor de negocios, es fundamental que identifiques cuando el síndrome del impostor se apodera de ti para que puedas dejar de cuestionar tus capacidades, contrarrestarlo de forma eficaz y avanzar con confianza.