Independientemente del lugar del mundo en el que te encuentres, tu salud debe ser una prioridad absoluta.
Puedes ser un consultor internacional que viaja, como mínimo, 150 días al año o un director ejecutivo cuyos empleados viajan con frecuencia. En cualquiera de los casos, abordar los viajes de negocios es una necesidad.
Según un estudio de la Global Business Travel Association (GBTA), en colaboración con InterContinental Hotels Group, el año pasado se realizaron 66 millones de viajes con fines exclusivamente profesionales. En ese mismo estudio, el gasto en viajes de negocios basados en proyectos alcanzó los 45.400 millones de dólares.
Esto es solo una pequeña fracción del rompecabezas de los viajes de negocios. Los viajes de negocios han llegado para quedarse y no harán más que aumentar debido a que el mundo de los negocios está cada vez más globalizado.
Dicho esto, la sabiduría convencional de aceptar niveles más bajos de energía, perder el control de los hábitos saludables y disminuir el rendimiento no tiene por qué ser el caso. Utiliza estas cuatro estrategias para que tu próximo viaje de negocios sea de alto rendimiento y saludable.
1. Prepara tu kit de descanso y energía
Uno de los aspectos más difíciles de viajar es estar lejos de casa. Piensa en esto como en los equipos deportivos que no rinden tanto fuera como en casa. Esto se debe simplemente a que, en casa, la comodidad, la familiaridad y la rutina están a pleno rendimiento.
No tanto en la carretera... o en el aire.
Uno de los primeros pasos para dominar los viajes de negocios consiste en crear un conjunto de herramientas. Empieza por preguntarte: "¿qué elementos clave necesitaré más para sentirme lo mejor posible?". Para ayudar a lanzar algunas ideas, aquí hay un par de artículos que recomiendo:
- Una máscara para los ojos.
- Tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido para el avión
- Algo para abrigarte en el avión (o para la habitación).
- Gafas con filtro azul.
Esto es lo que yo llamo los artículos mínimos.
2. No hagas dos "comidas malas" seguidas
Lo entiendo. Viajar te expone a nuevos alimentos y caprichos que no puedes conseguir en casa. Aunque se fomenta el disfrute de la comida, también hay que tener en cuenta que la comida juega un papel íntimo con tus niveles de energía, tanto mental como física.
Aquí es donde entra en juego la regla de no hacer dos "comidas malas" seguidas. ¿Qué son las "comidas malas"?
Dos cosas: alimentos que simplemente no están en tu régimen típico, junto con alimentos que sabes intuitivamente que no sirven para tus objetivos actuales. Esto se ve diferente para cada persona porque cada uno de nosotros tendrá un estilo diferente de comer, junto con nuestros propios objetivos de salud y estado físico.
Esta regla te ayuda a mantener tus hábitos saludables y tu mentalidad, al tiempo que te permite disfrutar de los sabrosos platos de tu nueva ciudad. Si apagas por completo el interruptor de los hábitos saludables y te das continuamente un capricho, será más difícil centrarte en tu salud cuando vuelvas a casa.
3. Sé exigente con la hora de llegada
La luz es una poderosa señal para tu sistema humano, ya que te comunica y ayuda a orientarte sobre el momento del día.
En lo que respecta al sueño, aumentar la exposición a la luz por la noche no es lo ideal porque suprime la melatonina (la hormona del sueño). Pero a primera hora de la mañana y de la tarde, la luz es bienvenida. La exposición estratégica a la luz también es útil para adaptarte a la nueva zona horaria, especialmente si viajas a través de varias zonas horarias.
Por ejemplo, en un viaje a otro continente, me dirigía hacia el este, lo que significaba que estaba adelantando mi reloj interno. Llegar por la mañana sería beneficioso, ya que me expondría a la luz y me resultaría más fácil mantenerme despierto para poder conciliar el sueño más tarde esa noche.
Estar al día con las diferentes zonas horarias y combinarlas con tu horario de sueño puede ser confuso.
4. Planifica y confirma los detalles cotidianos de la vida
A menudo, los mayores drenajes de energía y agentes causantes de estrés provienen de las pequeñas actividades cotidianas de la vida. Cuando se viaja, obtener tanta certeza como sea posible hace maravillas para su psique mental y emocional.
Algunas de las cosas específicas que hay que saber son el plan de ejercicios, el horario de trabajo diario y los arreglos de vivienda, junto con lo que está cerca, por nombrar algunos. Después, crea un plan de contingencia para algunas de las situaciones más comunes que podrían echar por tierra tus planes.
Por último, llega un día o dos antes de la gran presentación o evento para el que estás allí. Esto permite que tu cuerpo se adapte y esté más cerca de recuperar el equilibrio.
Los viajes de negocios son valiosos para crear nuevas oportunidades, forjar nuevas relaciones, aumentar tus ingresos y amplificar tu mensaje. Sin embargo, para asegurarte de maximizar cada uno de esos ámbitos, tómate un tiempo de antemano para elaborar una estrategia eficaz para tu viaje.