Redefinir la experiencia y beneficiarte de ella puede convertir el rechazo en el combustible para el éxito.
La evolución no nos ha preparado para existir de forma aislada. En nuestro interior, cada uno de nosotros tiene un miedo innato de no ser aceptado o de que nuestra contribución sea rechazada por la comunidad.
Como propietarios de negocios y empresarios, el rechazo puede perforar como una daga en el corazón. No tomarse el rechazo como algo personal es realmente difícil. Son nuestras ideas, nuestra sangre, nuestro sudor y nuestras lágrimas las que no están siendo aceptadas.
El éxito de cualquier negocio no depende necesariamente de que sea el más grande, el mejor o el más rápido. Este se consigue siendo el más innovador y adaptable. Con frecuencia solemos olvidar la verdad subyacente de que las experiencias de rechazo han sido el origen de grandes empresas. En muchos casos, los rechazos han sido la génesis de soluciones brillantes que de otro modo jamás habrían sido descubiertas.
Cuando aprendas a adoptar y practicar ciertas estrategias, ya no tendrás miedo ni intentarás evitar el rechazo. Incluso es posible que lo esperes con impaciencia.
1. Reconoce y prepárate para el rechazo
La mayoría de nosotros nos enfadamos cuando nuestro cliente decide trabajar con la competencia a pesar de todo nuestro esfuerzo. Para superar el rechazo hay que empezar superando las emociones que lo acompañan. No hay ningún problema en sentirse enfadado y frustrado. El peso emocional y mental que sientes es tan válido como cualquier dolor físico. A largo plazo, es más apropiado y saludable, emocional, mental y físicamente, que te permitas sentir eso.
Ten un protocolo de procesamiento de rechazo en su lugar. Infórmate con personas de apoyo personal y profesional que puedan sentir empatía y apreciar tus experiencias sin juzgar, criticar o intentar darte consejos inmediatos. El reconocimiento primario de tu impacto emocional y mental sobre ti es esencial.
Analiza las posibles reacciones que sueles tener cuando te topas con el rechazo. Ser capaz de predecir tus propias respuestas, así como construir la previsión de que el rechazo es posible, también puede reducir en gran medida el golpe. Sentirás una mayor sensación de control sabiendo lo que te espera y siendo consciente de que dispones de estrategias para hacerle frente.
2. Descubre las cosas buenas que hay en todo rechazo
Siempre habrá clientes a los que no les gustemos nosotros, nuestro servicio o nuestro producto. Aunque esto nos obliga a realizar revisiones comparativas de sistemas, procesos, productos y calidad de servicio, dejemos eso a un lado de momento. A menudo no somos capaces de verlo con claridad en ese momento, pero en muchos casos, los rechazos son bendiciones disfrazadas.
¿Te gustan los clientes que están todo el rato haciendo cambios de última hora? ¿O esos clientes exigentes que creen que debes estar disponible las 24 horas del día?
No quieres a estos clientes. Nadie los quiere. Mándaselos a tus competidores.
En este sentido, entiende que los negocios de tus competidores complementan los tuyos propios. Incluso si proporcionas casi exactamente el mismo servicio que la competencia, recuerda que tú eres la marca y que ningún otro individuo puede copiarte a ti o a tus razones para estar en el negocio. Los clientes son inteligentes. También podrías impresionar y sorprender a aquellos clientes que te están tratando de forma poco profesional.
3. Después de lamerte las heridas, alimenta tu mentalidad de crecimiento
Steve Jobs fue rechazado y despedido de su propia compañía, Apple, en 1985. Después de comprar Pixar Animation Studios de Lucasfilm en 1986, ganó sus primeros 1.000 millones de dólares. Hoy en día, Pixar es el estudio de animación más exitoso de su tipo. No es una mala respuesta, dirían algunos.
El remolino de emociones desagradables que experimentamos en el rechazo es a menudo un gran catalizador para estimular partes de nuestras mentes que nunca antes habíamos utilizado. Es posible que al principio dudes de ti mismo, cuestiones tu competencia y autoestima, pero cuando hayas capeado el temporal, activa tu mentalidad de crecimiento y empieza a hacer preguntas.
¿Qué puedo hacer de manera diferente? ¿Qué he descubierto sobre mí mismo? ¿Qué cambios puedo hacer en mi negocio? ¿Podría haber gestionado mejor la conversación final? ¿Qué haré de forma diferente la próxima vez? ¿Qué más es posible?
Nunca te pares a lamer tus heridas. Nunca.
El post-rechazo siempre se basa en una revisión estratégica, no solo como individuo, sino con un asesor o consultor de negocios relevante. Al igual que Steve Jobs, podrías estar a punto de hacer un descubrimiento que podría cambiar tu negocio y vida para siempre.
4. Transforma tu definición de rechazo
Solemos atribuir el rechazo a algo que va mal dentro de nosotros. Las startups y los empresarios en solitario son especialmente vulnerables a pensar que el rechazo significa que no son lo suficientemente buenos. A pesar de que esto puede afectarte, no significa que tu pensamiento sea correcto.
Analiza lo siguiente: ¿Son ciertas mis deducciones sobre mí mismo o es el dolor el que está hablando? ¿Me está afectando tanto porque tenía demasiadas ganas de ser aceptado y validado? ¿Mi servicio o producto no es de calidad inferior, sino que simplemente no es el más adecuado para ese cliente?
Practica conscientemente pensando más en las consecuencias positivas de tu rechazo. ¿Qué oportunidades eres capaz de ver ahora? El rechazo puede, de hecho, ser un glorioso descubrimiento de nuevas posibilidades.