Si quieres encontrar el equilibrio tendrías que analizar con quién pasas más tiempo.
¿Te gustaría conocer la “única regla para crear equilibrio en tu vida”? Aquí está... Aunque no es solo una…
Es una receta, o más bien una combinación de cosas que te ayudan a lograr la vida que deseas. Sin embargo, sí que hay una cosa cierta, y es que la calidad de tu vida depende de la gente que hay en ella.
Imagina que vives en una habitación, y que esa habitación solo tiene una puerta. Ahora imagina que esta puerta es una puerta de “Solo entrada”, “¡Sin salida!” Quienquiera que entre por esta puerta estará en tu habitación y en tu vida... ¡para siempre! Nunca podrá salir.
Afortunadamente, esto es una metáfora, pero supongamos por un momento que es cierto. Si fuera así, ¿serías más selectivo con las personas que dejas entrar en tu vida? Lo más seguro es que la respuesta sea sí.
Entonces la pregunta es: ¿Por qué no somos más selectivos? De hecho, el “principio de la habitación” es más que una metáfora. Piensa por un momento en alguien que alguna vez haya formado parte de tu vida, pero que ahora ya no lo sea. Piensa en su nombre. Recuerda cómo creó el caos en tu vida. Es posible que os enfadarais, que esta persona fuera tóxica o que simplemente no os llevarais bien. Tómate un momento: ¿Tienes a alguien en mente?
Bueno, si todavía está en tu cabeza, todavía está en tu habitación, porque cada decisión que tomes en el futuro se basará en parte en las experiencias pasadas que has tenido con esta persona. El Dr. Daniel Amen, neurocientífico, dice: “Un aporte significativo que se recibe en tu cerebro desencadena una actividad neuronal que no puede ser borrada”. En otras palabras, tus huellas digitales están por todo tu cerebro.
Esto significa que si quieres crear una vida mejor, necesitas aprender a filtrar la entrada a tu habitación. Para ello, debes seguir el “principio del portero”. El “portero” entra en tu habitación y en tu vida. Esta es tu mente consciente y subconsciente. Es un proceso de pensamiento y sentimientos que te ayuda a determinar si tu puerta debe permanecer cerrada o abierta para permitir que alguien entre en tu vida.
Lo primero que tienes que hacer es entrenar a tu portero de acuerdo con tus valores. Esto es importante, ya que quieres permitir que entren a tu habitación personas que tengan valores que estén en consonancia con los tuyos. No tienen que ser los mismos valores, pero no pueden ser contrarios a los tuyos.
Esta técnica puede ayudarte a empezar con tu entrenamiento: Empieza alejándote de las personas que no quieres que estén dentro de tu habitación, las que tienen comportamientos incongruentes. De ahora en adelante hay algunas cosas que te niegas a permitir en tu habitación y en tu vida. Ya no quieres a las personas que son tóxicas, demasiado dramáticas o que no son veraces o positivas. Son cosas que no puedes soportar. Cuando empiezas a entender esto, te resulta más fácil avanzar hacia las cosas que sí quieres a tu alrededor.
Comprender tus valores y entrenar a tu portero te ayudará a examinar a todas las personas que intenten entrar a tu habitación en el futuro, pero ¿qué debes hacer con las personas negativas o tóxicas que ya están dentro?
Puedes seguir una de estas dos técnicas:
La primera es el “descuido benigno". Aquí es donde gradualmente se reduce el contacto y la interacción con alguien. Asumiendo que no quieres quemar puentes, pero si quieres alejarte de la relación, un desenredo gradual durante un período de tiempo es muy efectivo. Esto funciona incluso cuando no quieres. Piensa en alguien que realmente te gustaba pero con quien has perdido contacto con el paso de los años. Esto suele suceder por negligencia benigna no planificada. Ahora, imagínate conseguir esto con tu plan.
La segunda forma de ayudarte a alejarte de la gente que no deberías haber permitido entrar es a través de “dosis homeopáticas". Una dosis homeopática es la dosis mínima necesaria para tratar un problema. En este caso, se trata de tratar con las personas de tu habitación estructurando tu interacción en dosis muy pequeñas.
Qué debes tener en cuenta: La gente puede afectar a tu felicidad si se lo permites. El secreto para evitarlo es limpiar la habitación que deseas tener, ya que la calidad de tu vida depende de las personas que hay en ella.