Enseña a los demás cómo tratar tu negocio

Respétate a ti mismo cuidando primero de ti y negándote a que nadie más comprometa tus valores.

El objetivo de cualquier negocio es el crecimiento. Empezaste un negocio para crear libertad financiera, para tener el control de tu tiempo y para causar un impacto. A medida que vayas cumpliendo esos objetivos y tu negocio crezca, el subproducto natural será una mayor exposición a personas y situaciones que requieran tu tiempo y energía.

Las redes sociales han creado la posibilidad de llegar a cualquier persona. Puedes recibir mensajes en la mayoría de las plataformas de redes sociales y a través del correo electrónico. A medida que tu negocio crezca, recibirás más preguntas y solicitudes para conectar con otros empresarios. Recibirás quejas e incluso mensajes extraños.

Si no se controla, la atención extra puede destrozar tu agenda y quitarte tiempo para hacer las cosas que ayudarán a que tu negocio siga prosperando. Somos seres humanos, lo que significa que estamos dotados de un ego. La atención puede ser peligrosamente intoxicante.

Para construir un negocio que se extienda más allá de tus objetivos, tienes que enseñar a los demás a respetar tus límites y tu negocio. Estas son tres cosas que debes tener en cuenta.

Si quieres que la gente respete tus límites y tu negocio, tienes que empezar por honrarte y respetarte a ti mismo. Establece un objetivo para convertirte en la versión más fuerte de ti mismo en tu mente, cuerpo y espíritu. Cuando te respetas a ti mismo, te niegas a soportar cualquier cosa que no te honre a ti, a tu negocio y a tus decisiones.

Todos hacemos cosas de las que nos arrepentimos. Todo empresario ha tomado malas decisiones empresariales. Eso forma parte de tu experiencia y está bien. Perdónate a ti mismo y respétate. Permite que el respeto que tienes por ti mismo sea tan fuerte que los demás puedan sentirlo sin que tengas que decir una sola palabra.

Levántate todos los días con la determinación de poner el trabajo que te hace más fuerte mentalmente y mejor en lo que haces. Respétate a ti mismo tomando decisiones que te permitan llevar una vida sana y productiva. Respétate a ti mismo con prácticas de amor propio. No tiene por qué ser una frase hecha. Puedes decirlo en serio y demostrarlo en tu negocio.

Como seres humanos, intentamos hacer todo lo posible para complacer a la gente. Nos cuesta decir que no aunque nuestra intuición nos diga que no debemos hacerlo. La razón por la que se violan nuestros límites es nuestra falta de voluntad para decir NO más a menudo y en serio. Aprender a decir que no es una parte esencial de tu crecimiento y éxito.

Enseñas a los demás cómo tratar tu negocio según lo que toleres. Si permites que otras personas pongan a prueba tus límites después de que hayas dicho que no, lo que ocurra después dependerá de ti. Tienes que decirlo en serio. Tienes que aprender a decir que no y tus "noes" tienen que ser claros.

Deja que tus acciones hablen. A medida que digas que no más a menudo y establezcas esos límites, será menos probable que la gente los ponga a prueba. Puede tratarse de contactos casuales, conexiones comerciales, fans o seguidores, e incluso miembros de la familia. Enseña a los demás a respetar tu "no" diciéndolo en serio.

Lo más probable es que ya hayas aceptado el equipaje de otra persona en tu negocio. Esto podría incluir retrasos en los pagos, falta de pagos, solicitudes frecuentes de descuentos, ofertas de trueque de bajo nivel, críticas a la forma en la que opera tu negocio, personas que te hacen perder el tiempo, y más. Está bien que otras personas tengan problemas, pero aceptar menos de lo que sabes que has ganado envía una señal que atraerá a otros que hagan lo mismo.

No tienes que trabajar con clientes molestos. No tienes que tolerar la falta de respeto. No tienes que comprometer tu precio o tus valores. No lo aceptes. No dejes que otras personas influyan en tus decisiones empresariales. Enséñales que no lo vas a tolerar.

Ten una mentalidad de abundancia. Cuando vives en la escasez, toleras más de lo que deberías porque crees que eso es lo que hará que se paguen las facturas. Puede ser, pero ¿a qué precio? Hay ingresos y oportunidades más que suficientes para todos los que estén dispuestos a trabajar por ellos.

Marca la pauta que seguirán los demás. Sé consciente de los límites que estableces y de cómo enseñas a la gente a tratar tu negocio. Respétate a ti mismo cuidando primero de ti y negándote a permitir que nadie más comprometa tus valores. Establece unos estándares y objetivos elevados para ti mismo.