Por qué el aprendizaje continuo es fundamental para los empresarios y sus equipos

Estar ávido de nueva información puede darle a ti (y a tu empresa) una ventaja en un mercado en constante cambio.

En resumen: pensar en cómo aprender es importante. Y si deseas hacer crecer un negocio, seguir siendo competitivo o impulsar la innovación, tienes que seguir aprendiendo. Estas son cuatro formas de seguir formándote, todos los días.

En algún momento, casi todo el mundo ha empollado para un examen o una presentación. Introducir la información en nuestro cerebro - hasta el último momento - es una respuesta natural a una fecha límite. Sin embargo, repasar la información clave en varias sesiones separadas, lo que se conoce como "repetición espaciada", es un enfoque mucho más eficaz.

De acuerdo con John Medina, autor de Brain Rules, la exposición repetida de información en intervalos determinados es la mejor forma de fijar recuerdos en nuestra mente. "El aprendizaje se produce mejor cuando la nueva información se incorpora gradualmente al almacén de la memoria que cuando se introduce de golpe", escribe Medina.

Quizá hayas decidido aprender japonés. Para aplicar la repetición espaciada, empieza por establecer un horario de repaso. Cada día, reserva un tiempo para estudiar, alternando entre el vocabulario y la gramática. Concéntrate sin distracciones durante 30 minutos, o el periodo de tiempo que más te convenga.

A continuación, decide cómo vas a almacenar y organizar la información. Las tarjetas de memoria de la vieja escuela te servirán, pero también puedes utilizar programas como SuperMemo, Evernote o Duolingo. Por último, establece una forma de seguir tu progreso. Ver la mejora puede motivarte a continuar, hasta que puedas llamar a tu camarero con un confiado "sumimasen" y pedir el tsukune con facilidad. Establecer un sistema requiere algo de tiempo por adelantado, pero la repetición espaciada puede ayudarte a aprender más rápido y, lo que es más importante, a retener lo que has asimilado.

Después de tanto estudiar, tu cerebro necesita tiempo y espacio para consolidar la información. Dormir, por ejemplo, es un momento de total descanso cognitivo. También es cuando los expertos dicen que nuestro cerebro "ordena" los conocimientos que hemos adquirido a lo largo del día. En un estudio realizado en 2016 con personas que estudiaban idiomas extranjeros, dormir entre sesiones de aprendizaje no solo redujo su tiempo de práctica a la mitad, sino que también promovió una mejor retención a largo plazo. Por otro lado, la falta de sueño puede perjudicar la capacidad de aprender nueva información, tanto antes como después de aprender algo nuevo.

Es importante señalar que aprender no es sinónimo de memorizar. Lo que hacemos con nuestros conocimientos también es muy importante. Y a menudo asumimos que el aprendizaje únicamente se produce mientras estamos metiendo activamente nuevas ideas y conceptos en nuestro cerebro. De hecho, muchas cosas ocurren durante los momentos de tranquilidad mental.

Si alguna vez has tenido un momento "a-ha" mientras te duchas, lavas los platos o te dedicas a la jardinería, sabes exactamente de lo que estoy hablando. En 2016, el experto en productividad Scott Barry Kaufman descubrió que el 72% de las personas obtienen ideas creativas en la ducha. Estas epifanías suelen ocurrir mientras hacemos actividades no relacionadas, y a menudo mundanas, porque nuestro cerebro establece nuevas conexiones entre la información que ya hemos consumido.

Albert Einstein dijo en una ocasión: "Si no eres capaz de explicarlo de forma sencilla, no lo entiendes lo suficientemente bien". Sabias palabras de un hombre famosamente brillante. Cualquier profesor estaría de acuerdo en que la mejor forma de aprender algo es explicándolo a otra persona. Este principio se ve reforzado por la Pirámide del Aprendizaje, que dice que solemos retener el 90% de lo que aprendemos cuando enseñamos a otra persona, o utilizamos ese conocimiento inmediatamente.

En cambio, solo retenemos el 10% de lo que aprendemos leyendo y solo el 5% de lo que aprendemos en una conferencia. Por eso es esencial actuar sobre los nuevos conocimientos. La aplicación inmediata es también la base de la Técnica Feynman, que lleva el nombre del premio Nobel de Física Richard Feynman. La técnica puede ayudarte a aprender de forma más profunda y rápida en cuatro sencillos pasos: enseñar el tema a un niño, repasar e identificar tus lagunas de conocimiento, organizar y simplificar en una historia sencilla, y transmitir a otra persona.

Elon Musk es un experto en todos los sectores. En sus 40 años, ha creado empresas multimillonarias en los sectores del software, la energía, el transporte y la industria aeroespacial. ¿Cómo se mantiene en la cima de cuatro campos únicos? Con una técnica llamada transferencia de aprendizaje, que toma lo que se estudia en un contexto y lo aplica a otro.

Por ejemplo, podrías profundizar en tus habilidades de venta y aplicarlas a las presentaciones para inversores. O podrías estudiar una técnica de mindfulness y utilizarla para dirigir reuniones de equipo. Las opciones son infinitas. En cuanto a Musk, este ha desarrollado un proceso de dos pasos para la transferencia del aprendizaje. En primer lugar, destila el conocimiento en sus principios básicos. Luego lo reconstruye para un nuevo sector.

Como casi todos los campos se fusionan con la tecnología, las máquinas pronto sustituirán a los productos y servicios conocidos. Solo los pensadores polifacéticos con experiencia en varios sectores seguirán prosperando. Los empresarios ya tienen una clara ventaja en este nuevo mundo, pero nuestra capacidad de análisis, innovación y adaptación puede marcar la diferencia.

El aprendizaje permanente es una forma segura de mantenerse comprometido y relevante, incluso cuando el cambio constante se convierte en la norma, no en la excepción.