Comienza a vivir a un ritmo que te permita disfrutar de lo que haces.
¿Qué tienen en común los jardines urbanos, la moda de las conservas caseras, el resurgimiento de los discos de vinilo y la renovada popularidad de los antiguos oficios? Todas son formas de abordar la misma cuestión: el ritmo frenético de la vida moderna.
Hervir moras frescas para hacer mermelada te hace experimentar la satisfacción de producir algo que normalmente comprarías en una tienda. Tejer una bufanda durante un viaje en tren te ayuda a disfrutar de un periodo de tiempo en tu día que de otro modo sería una tarea.
Sin embargo, tejer y cocinar no son las únicas maneras de disminuir el ritmo de vida, sino que puedes comenzar hoy con una práctica tan simple como mirar hacia arriba y observar las nubes.
¿Por qué disminuir el ritmo de vida?
Tal vez es mejor preguntarse: ¿Por qué tratamos de hacer las cosas con tanta prisa? No es necesario ir a paso de tortuga, pero disminuir el ritmo lo suficiente que te permita pasar el día con un objetivo ayuda a calmar los nervios, a estrechar lazos y, paradójicamente, te permite sentir que tienes más tiempo que cuando vas con prisa.
¿Cómo comenzar?
Uno de los primeros pasos para aprender a llevar una vida tranquila es reconocer que esa es una opción que todos tenemos. Si estás es una época muy ocupada, puede que sea tentador pensar que no tienes tiempo para disminuir el ritmo de vida – pero siempre hay maneras de hacerlo, no importa cuántas cosas tengas que hacer.
Puedes comenzar poco a poco. Mientras lees las recomendaciones, selecciona una o dos que te gustaría intentar hoy.
Los orígenes del ‘Slow Living’
El fenómeno ‘Slow Living’ tiene sus orígenes en el movimiento ‘Slow Food’, que inició Carlo Petrini en la década de 1980 en Italia.
La idea de este movimiento es hacer que la gente aprecie el acto de comer y conversar durante las comidas en lugar de lo que se había convertido en algo habitual: comer rápido y regresar corriendo al trabajo.
El ‘Slow Food’ tiene como objetivo ofrecer un antídoto a la comida rápida. Por su parte, el ‘Slow Living’ consiste en la sencilla idea de disminuir el ritmo a la hora de hacer las cosas lo suficiente para disfrutar de ellas, desde la forma de comer hasta la manera de ir a trabajar o pasar tu tiempo libre.
¿Qué hacer durante las comidas?
- Sentarse en una mesa y comer en un plato de verdad, incluso si la comida es para llevar.
- Respirar hondo antes de comenzar.
- Guardar tu teléfono/ordenador portátil/libro y centrarse solamente en comer.
- Invitar a tus compañeros de trabajo a almorzar en lugar de comer solo en tu escritorio.
- Hacer un esfuerzo por cenar en familia.
Otras maneras de disminuir el ritmo de vida
Reconsidera tu forma de ir a trabajar
Los desplazamientos diarios al trabajo pueden llegar a ser muy estresantes. Por ello, trata de cambiar la forma habitual de ir al trabajo. Tal vez podrías ir a trabajar en bici, en moto o andando o tomar el transporte público en lugar de coger el coche. O también podrías preguntarle a tu jefe si podrías trabajar algunos días desde casa.
Si tu situación laboral actual requiere un desplazamiento largo que realmente te cansa, quizás podrías comenzar a buscar otras oportunidades de trabajo más cerca de casa. Incluso si no puedes hacer nada por reducir el desplazamiento, intenta convertirlo en una experiencia más agradable. Por ejemplo, podrías salir más temprano para evitar los atascos o aprovechar el tiempo escuchando una grabación de meditación o un audiolibro.
Convierte una rutina diaria en un ritual
Todos tenemos ciertas cosas que hacemos todos los días: hacer té o café, preparar las comidas, fregar los platos, hacer la cama, etc. Elija una de estas sencillas rutinas e intente disminuir el ritmo a la hora de realizarla.
Hacer café o té te puede ayudar a relajarte durante el día al centrarte en medir la cantidad correcta, verter lentamente e inhalar el aroma antes de cada sorbo. Incluso si estás muy ocupado el resto del tiempo, este ritual tendrá un efecto dominó y pronto sentirás un poco más de paz y tranquilidad en tu día.
Pasa tu tiempo libre practicando un hobby en lugar de ver la tele
O en lugar de consultar el correo electrónico, actualizar las redes sociales o comprar por internet. Es increíble la cantidad de nuestro tiempo que estas actividades pueden llevarnos si se lo permitimos. Es fácil pensar que no tenemos tiempo para nuestras aficiones pero la realidad es que simplemente decidimos dedicar nuestro tiempo libre a otras cosas.
Trata de elegir un día a la semana en el que estés una "tarde alejada de la pantallas" y, en su lugar, la utilices para dedicársela a algo que te apasione. Si siempre has querido aprender a tejer o a tocar un instrumento o has soñado con escribir una novela, dedícale una tarde a la semana para comenzar.
Experimenta un poco de aburrimiento
Como líder espiritual y activista por la paz Thich Nhat Hanh señala en su libro “Plantando semillas” que en realidad es bastante difícil ser perezoso:
"No hacer nada, simplemente disfrutar de nosotros mismos y de lo que nos rodea, es una práctica muy profunda, porque todos tenemos una energía dentro de nosotros que constantemente nos empuja a hacer esto o aquello. No podemos permanecer sentados o quietos y disfrutar de nosotros mismos o del hermoso cielo. No podemos estar sin hacer algo".
Ten en cuenta esto la próxima vez que te sientas un poco aburrido y no optes por apresurarte a hacer alguna actividad. En vez de eso, presta más atención a lo que estás sintiendo, al color del cielo, a la luz y a las personas que te rodean.
Planea unas vacaciones más sencillas
Si hay un momento en el que podemos disminuir el ritmo de vida es durante las vacaciones. Evita las prisas y opta por ir despacio y simplificar. En lugar de gastar dinero en un fantástico centro de flores, ¿por qué no cortar algunas ramitas de hierbas de tu ventana para adornar la mesa? O, ¿por qué no hacer un pequeño regalo de corazón en vez de ir de compras? Por supuesto, comprar por internet a veces es lo más fácil y mucho menos estresante que ir abriéndose camino a través de un centro comercial lleno de gente - así que tal vez puedas optar por eso y aprovechar el tiempo que ahorras para saborear un chocolate caliente.
Educa a tus hijos sin prisas
Cuando los niños salen corriendo de la escuela para ir a practicar deporte o a las actividades extraescolares, después se pasan el resto del tiempo "libre" haciendo los deberes o viendo la tele, con el tiempo (por no hablar de ti) es seguro que se estresen y se cansen. En lugar de estar ocupado cada momento, busca un hueco en tu tiempo libre para alejarte de las pantallas - incluso si esto significa cancelar una actividad de enriquecimiento o rechazar de vez en cuando una invitación.
Incluso si los niños se aburren al principio, siempre encontrarán cosas que hacer. Échales una mano dándoles juguetes creativos (por ejemplo, materiales de dibujo o construcción y bloques de madera) y haga con él excursiones frecuentes al jardín o a un área natural cercana.
Crea algo de la nada
Hacer algo que normalmente comprarías puede aportar una inmensa satisfacción, normalmente cuesta muy poco y puede sustituir a las formas más típicas de entretenimiento, como ver películas o cenar fuera. Aún mejor, haz que sea una actividad en colaboración y reúnete durante el tiempo del proyecto con un amigo. Hornea una hogaza de pan, envasa un poco de mermelada, teje un gorro, prepara algo de cerveza, fabrica tu propio jabón o exfoliante o cose un juego de servilletas de tela.