Tu futuro depende de estar en el momento
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Y aquí tienes un plan de cinco pasos para conseguirlo.

Si tienes un papel de liderazgo, probablemente te encuentres haciéndote preguntas del tipo:

"¿Cómo puedo estar en el momento con una hoja de ruta para planificar?". o "Soy responsable de lo que ocurre en el camino. ¿Cómo ayuda estar en el momento?". Son preocupaciones válidas, pero de momento, imagina la vida como un río. Un río tiene muchas partes. Se estrecha, se ensancha y tiene aguas tranquilas, rápidos, trozos de barro, rocas inesperadas y árboles caídos. Dondequiera que estés en tu río ahora mismo es... bueno, ahí es donde estás, te guste o no.

Negarte a reconocer las rocas en el camino solo hace que sea más probable chocar con ellas, pero puede que estés pensando: "Bueno, nunca ignoraría una situación potencial de golpear rocas en la vida real". Pero, ¿con qué frecuencia te encuentras diciendo cosas como: "Tengo asuntos más importantes de los que preocuparme" o "Hay un panorama más amplio en el que centrarse?".

Golpe. Golpe. Golpe. (O volcado en los rápidos. O atascado en el barro).

Estar en el momento consiste en aceptar plenamente la situación por lo que es. No puedes cambiar algo que te niegas a aceptar. La aceptación no es una derrota. Es el primer paso hacia el cambio. Piensa en nuestro río. Si estás en un tramo estrecho y fangoso, ignorarlo solo hace que te atasques más. Aceptar dónde estás abre tu mente a las soluciones y a tomar cualquier acción necesaria para atravesar el tramo difícil.

Ahora piensa en las personas que te rodean. ¿Tus colegas o miembros del equipo se echan la culpa, evitan hablar, evitan rendir cuentas, se ponen a la defensiva, se vuelven territoriales o tardan demasiado en responder a los correos electrónicos o devolver las llamadas? Estos son comportamientos que se quedan en el río. Comienzan con el individuo, se extienden al equipo y afectan a la organización en general.

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La buena noticia es que hay una persona que puede empezar a cambiar las cosas: Tú. Si quieres que la gente que te rodea empiece a hacer cambios positivos, tienes que abrir ese camino. Tienes que levantarte y decir: "Aquí es donde estoy en mi río. No me gusta porque me está frenando. Esto es lo que voy a cambiar para atravesarlo".

Estando en ese momento es cuando el camino a través comienza a abrirse para todos. Y si te preguntas cómo llegar hasta ahí, aquí tienes cinco pasos para que te muevas río arriba.

1. Empieza cada día con una meditación

Aunque solo dispongas de unos minutos. Con la práctica, la meditación estimula tu hemisferio derecho para trabajar mejor con el izquierdo y abre tu creatividad, permitiéndote desarrollar mejor las soluciones. También te pone en el asiento del conductor de tu día para que controles cómo te presentas y respondes, en lugar de estar a merced de cualquier desencadenante potencial a tu alrededor.

2. Aclara tus valores fundamentales

Los valores son lo que defiendes y deben ser innegociables. Cuando tienes claros tus valores, es más fácil ver por qué las cosas te desencadenan, en qué necesitas trabajar y qué te va a funcionar para superar los desafíos.

3. Expón las cosas de forma completa, sincera y valiente

Puedes hacerlo solo o con un mentor, amigo, compañero, entrenador o terapeuta de confianza. Los momentos difíciles son más estresantes cuando los evitas, porque mirar hacia otro lado también oscurece todas las posibilidades de superación. Una vez que te enfrentas a algo de frente, su poder sobre ti disminuye.

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4. Sé vulnerable

La vulnerabilidad no es una purga emocional. Es adueñarse de tu situación. Puedes (y debes) ser vulnerable manteniendo los límites profesionales. Si la parte turbia de tu río es sensible, puedes mantenerlo tan simple como: "Tengo algunos desafíos personales que resolver, y han estado afectando a cómo me presento en el trabajo".

5. Céntrate en las oportunidades

Dependiendo de la situación, pueden ser oportunidades para resolver el problema o para aprender y crecer. Una vez que se ha aceptado la situación, no es necesario insistir en ella. Has aceptado dónde estás, y ahora eres libre de centrarte en hacia dónde vas.

Se necesita valor y, admitámoslo, vulnerabilidad para aceptar tu río, pero evitarlo frena a todo el mundo. Cuando puedes ser lo suficientemente valiente como para dar ese primer paso e iniciar una nueva tendencia en tu equipo u organización, es cuando el río realmente empieza a fluir. Es entonces cuando se crea la confianza, se abre la creatividad y la responsabilidad se convierte en una oportunidad, en lugar de algo de lo que huir. Es cuando todos empiezan a trabajar juntos para avanzar.

Entonces, ¿en qué punto de tu río te encuentras ahora mismo?

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