Las amistades son unos compromisos que debemos cumplir. Hemos llegado a un punto en la sociedad actual en el que dejamos a un lado todas las cosas que creemos que han dejado de tener valor para nosotros, como un libro, un vestido o una relación.
Sin embargo, cuando hablamos sobre una amistad, merece la pena pensárselo dos veces antes de darla de lado, no es tan fácil como regalar una camisa que ha dejado de gustarte.
Y en tiempos de crisis, ¿deberíamos cortar nuestras conexiones humanas o duplicar las relaciones y centrarnos en mejorarlas a cualquier precio?
¿Es correcto romper una amistad? Sí. Pero, ¿existe un momento adecuado para hacerlo?
Cómo analizar una amistad
Existen momentos en la vida en los que una persona cambia y otra persona se estanca. La gente pasa por fases como esta todo el tiempo. No todos evolucionamos de la misma forma. Hay picos y valles, y estos se producen al azar. No permitas que una semana o un mes malo enfríe una amistad de años.
Si tienes la sensación de que tú y tu amigo os estáis distanciando, da un paso atrás. Recuerda que pronto volveréis a estar cerca. Aunque hayáis tomado unos caminos ligeramente separados por un tiempo, eso no significa que no valga la pena luchar por mantener vuestra amistad.
Ten en cuenta que sentir que necesitas poner fin a una amistad puede ser una fase de tu final también. Si sientes que necesitas acabar con una amistad, da un paso atrás y evalúa la situación con toda la sinceridad que puedas. Hazte estas preguntas:
- ¿Están tus sentimientos relacionados con otro asunto?
- ¿Puede ser que te esté pasando algo a ti?
- ¿Estás haciendo una montaña de un grano de arena?
- ¿Sería posible solucionar todo el problema manteniendo una conversación sincera sobre tus sentimientos?
En la mayoría de las ocasiones no es necesario acabar con una amistad, ya que los problemas pueden resolverse hablando.
Muchas de las amistades de tu vida desaparecerán de forma mutua debido a una serie de factores. Sin embargo, en otros casos, probablemente puedas resolver cualquier problema que tengas reflexionando sobre el problema real.
Sin embargo, si has llegado a la conclusión de que no queda más remedio que acabar con una amistad, hazlo, pero no te lo tomes a la ligera. Si tiene que terminar, minimiza el daño. Si realmente debes terminar una amistad, sé todo lo amable que puedas.
Por desgracia, es poco probable que las cosas acaben bien. No es así como funcionan las rupturas de una amistad. Sin embargo, puedes hacer todo lo posible para reducir el daño. No pronuncies palabras crueles. No insultes. No menosprecies a tu viejo amigo.
Nunca sabes adónde te va a llevar la vida. No digas palabras de las que te puedas arrepentir en el futuro.
Acabar con una amistad es un asunto serio. Asegúrate de que realmente necesitas hacerlo. Y si lo haces, haz todo lo que esté en tu mano para separarte de forma amistosa.