Lo que no mata a Volkswagen, le hace más fuerte
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Leonid Bershidsky, columnista de BloombergView, habla de las reformas que Volkswagen va a llevar a cabo para solucionar el escándalo de las emisiones y cómo la empresa va a salir reforzada de la situación.

El director ejecutivo de Volkswagen (XETRA: Volkswagen [VOW3]), Matthias Mueller, tuvo que cancelar una reunión telefónica sobre sus beneficios del tercer trimestre el miércoles, debido a su viaje a China con la Canciller Angela Merkel. Mientras el fabricante de automóviles lidia con el escándalo de las emisiones de diésel, parece que sabe cómo recuperar su prestigio con los clientes y continuar siendo rentable. El gran reto será manejar a los reguladores y los pleitos.

Para el trimestre que finalizó en septiembre, VW publicó pérdidas de explotación de 3.480 millones de euros (3.860 millones de dólares), originadas por una provisión de 6.700 millones de euros que obtuvo para cubrir algunos de los efectos colaterales generados por el escándalo. Fueron las primeras pérdidas del fabricante de coches en 15 años. El Director Financiero, Frank Witter, afirmó que la provisión – que aumentó en 200 millones de euros durante el mes pasado - pretende compensar el coste derivado de la reparación de los 11 millones de coches afectados, de la reducción del valor residual de los vehículos arrendados y de los pagos a los distribuidores que gestionan la pérdida y luchan por ganar nuevos clientes. Witter declaró que no podía descartar posteriores aumentos en la provisión.

La empresa parece saber lo que hay que hacer en cada vehículo – en algunos casos solo un parche del software, en otros una mejora del sistema de control de emisiones – y cuánto tendrá que pagar a los distribuidores. Sin embargo, no es capaz de hacer ni siquiera una estimación fundamentada sobre cómo afectará el escándalo al valor residual de los vehículos diésel que sean devueltos cuando finalicen los leasing. Los distribuidores de vehículos de segunda mano comentan que es muy pronto para estimar los daños.

Hay indicativos en EE. UU. de que los precios de las reventas cayeron cerca de un 13% en un periodo de dos semanas, que finalizó el 2 de octubre, más de lo normal para la temporada. Si la caída persiste, VW podría sufrir un serio golpe de las compañías de alquiler de coches y otros clientes en sus leasing, financiaciones o en los programas de recompra. La retirada de vehículos podría ayudar a minimizar el daño, puesto que el software de las emisiones fraudulentas o sus reparaciones no afectan realmente al rendimiento.

Aun así, VW se apresuró a obtener la provisión para estos posibles gastos – pero no para sanciones normativas o costes legales. Dar una cifra podría dar señales de un posible pago a abogados que iniciaran demandas colectivas. VW preferiría tener un precio por acción menor y no tener demandantes.

Lo que está claro es que la compañía combatirá esas demandas con uñas y dientes. Sobre el tapete, determinará el verdadero daño que le ha hecho a los demandantes: ¿cuánto tuvieron que pagar por sus demandas a VW sobre el «clean diesel»? No es fácil de saber. Una demanda colectiva en California alega un suplemento medio de 3.500 dólares por vehículo, y si VW termina pagando todo eso, será responsable de cerca de 1.700 millones de dólares solo en EE. UU. Es probable que la compañía pueda liquidar las demandas por menos.

También está la cuestión de las sanciones impuestas por varios países. Ya está claro que la especulación de que la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. pudiera demandar hasta 18.000 millones de dólares, era una apreciación exagerada.

Moody's, la agencia de calificación de riesgos, calculó recientemente tres escenarios de costes para VW. Los costes estimados más importantes para los litigios incluyen sanciones de 10.000 millones de euros; la estimación intermedia fue de 4.000 millones de euros y la versión optimista habla de 2.000 millones de euros. La empresa puede afrontar estos costes: incluso con la provisión para la retirada de vehículos, publicó un beneficio de explotación de 3.300 millones de euros para los primeros nueve meses de 2015. En 2014 tuvo unos ingresos netos de 10.800 millones de euros. Sin embargo, todavía necesita minimizar los gastos de los litigios, que puede ser el motivo por el que Mueller esté impaciente por hablar con Merkel, quien podría ayudarle a mantener las sanciones dentro de límites razonables.

Pero, Mueller también sabe que independientemente de a cuánto asciendan los costes de los litigios, las cifras de VW parece que serán muy pequeñas para los próximos dos años a menos que se reajuste la compañía. En el informe de ganancias, Mueller prometió revisar los 300 modelos de VW – casi dos veces los de Toyota, cuyas ganancias del capital invertido es dos veces mayor. Además, VW tiene 600.000 empleados – casi un 50% más que Toyota – y es probable que haya recortes en los puestos de trabajo.

El escándalo de las emisiones puede aportar un incentivo para que la dirección mire firmemente a la eficacia, especialmente ahora que los mercados emergentes como Brasil, Rusia y China ya no están en crecimiento. Mueller probablemente tendría que replantear VW, incluso sin la polémica.

Fuente: BloombergView

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