La desagradable verdad sobre los ataques terroristas en París
Charles Platiau/Reuters
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Peter van Buren, exmiembro del Servicio Exterior de EE. UU. habla de lo que su país nunca hizo.

No quieres leer esto, y no me gusta tener que escribirlo, y en realidad nadie quiere oírlo ahora mismo. Pero creo que es necesario decirlo.

Me sumo al mundo en el duelo por los muertos en París. He llorado por los muertos del 11 de septiembre, los australianos que murieron en los ataques terroristas en Bali en 2005, los londinenses que murieron en los ataques terroristas en 2005, los ciudadanos franceses que murieron en los ataques de Charlie Hebdo en enero de este año, la rusos cuyo avión se estrelló sobre el Sinaí hace más o menos una semana. También sufro por los muertos en ataques más pequeños que se esconden en la oscuridad de nuestra memoria.

Así que tuiteamos hashtags y posteamos GIFs en Facebook. Sabemos qué hacer; ya lo hemos hecho antes.

Pero hay que decirlo, sobre todo teniendo en cuenta la repetición de la misma terrible historia, que a pesar de catorce años más de guerra contra el terror, el terror parece estar con nosotros más que nunca. Es hora de reconsiderar lo que hemos hecho y estamos haciendo en este momento.

Desde ese día en 2001, ese terrible día de cielos azules en Nueva York, hemos estado espiando al mundo, los estadounidenses en EE. UU. y los extranjeros en el extranjero. Sin embargo, nadie detectó nada que pudiera haber evitado los ataques de París. Hicimos un gran esfuerzo para permitir ese espionaje y no hemos recibido nada a cambio.

Desde 2001, Estados Unidos ha llevado a países como Gran Bretaña, Francia, Australia y otros a guerras en Irak, Afganistán, Libia y Siria, desde ataques con aviones no tripulados en Filipinas a Pakistán hasta todas las partes de África. Tenemos poco o nada que mostrar al respecto.

Desde 2001 EE. UU. ha invertido enormes esfuerzos para matar a un puñado de hombres (bin Laden, al-Zarqawi, al-Awlaki) y este fin de semana, a John el yihadista. Otros, muchos de ellos sin nombre, fueron asesinados sin recibir la atención de los medios, o fueron torturados hasta la muerte o todavía se están pudriendo en Guantánamo, o en el Pozo de Sal secreto en Afganistán.

Y no ha funcionado, y París este pasado fin de semana, y cualquier otro sitio pronto, son la prueba.

Perdimos muchas de nuestras libertades en EE. UU. para derrotar a los terroristas. No funcionó. Dimos la vida de más de 4.000 hombres y mujeres estadounidenses en Irak y miles más en Afganistán, para derrotar a los terroristas. Hemos matado a decenas de miles de personas o más en esos países. No ha funcionado. Fuimos a la guerra otra vez en Irak, y ahora en Siria, antes en Libia, y solo creamos más estados fallidos y espacios sin gobierno que proporcionan refugio a los terroristas y han sembrado el terror. Acosamos y discriminamos a nuestras propias poblaciones musulmanas y después nos quedamos con la boca abierta cuando se radicalizan, y entonces lo único que hacemos es echarle la culpa al EI por tuitear.

Ten en cuenta que se trata de la estrategia del terror islámico para generar una campaña en Francia con el fin de radicalizar los musulmanes franceses. Cientos de ciudadanos franceses ya han viajado a Siria para luchar con grupos incluyendo al EI.

Como uno de los comentaristas más inteligentes en todo esto, Bill Johnson, dijo, el terrorismo consiste en matar peones para hacerle daño al rey. Los ataques en París no son sobre el asesinato de 150 personas inocentes. Diablos, muchos mueren casi todos los días en Irak y Siria. La verdadera prueba para Francia es cómo responden a los ataques terroristas en el juego a largo plazo - ese el rey de todo esto. EE. UU. suspendió esta prueba después del 11 de septiembre; sin embargo, no parece que Francia lo tenga más claro que EE. UU. «Vamos a llevar a cabo una guerra que será implacable», dijo el presidente francés Hollande fuera de la sala de conciertos Bataclan, escenario del mayor derramamiento de sangre de los atentados en París.

Si tuviera la estrategia correcta, me gustaría decirte cuál es, y me gustaría tratar de contársela a la gente en Washington y París y de todas partes. Pero no sé exactamente qué es lo que hay que hacer, y de todas formas dudo que me escucharan si lo supiera.

Pero tengo esta idea: dejar de hacer lo que hemos estado haciendo durante los últimos 14 años. No ha funcionado. No hay nada que sugiera que vaya a funcionar alguna vez. Whack-a-mole es un juego, no un plan. Dejar a Oriente Medio en paz. Detener la creación de más estados fallidos. Dejar de abandonar nuestras libertades en el país por falsedades. Dejar de privar de sus derechos a los musulmanes que viven con nosotros. Comprender la guerra, tal como es, va en contra de un conjunto de ideas - religiosas, anti-occidentales, anti-imperialistas – y una idea no puede ser bombardeada. Enviar soldados occidentales a Oriente Medio y aviones occidentales aviva las llamas. La venganza no puede extinguir una idea.

Debemos empezar con esas cosas y ver, incluso si no le damos 14 años para tener éxito, si las cosas mejoran. Aparte de que aumenten las cifras de muertos, no me puedo imaginar que podamos hacer algo peor.

Fuente: WeMeantWell.com

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