Rusia se prepara para otra guerra
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En medio de un enfrentamiento con Washington, las autoridades rusas han reforzado las medidas de seguridad en caso de una guerra nuclear, rescatando los planes de defensa civil de la era soviética y mejorando los refugios antiaéreos en las ciudades más grandes.

Para el Ministerio de Situaciones de Emergencia del Kremlin, la Guerra Fría está de vuelta.

Recientemente, el país ha llevado a cabo sus mayores ejercicios de defensa civil desde el colapso de la Unión Soviética, con las autoridades anunciando que había 40 millones de personas ensayando una respuesta a las amenazas químicas y nucleares.

Durante los cuatro días de ejercicios, se emitieron en televisión videos que mostraban a los trabajadores de emergencia con trajes protectores o comprobando la ventilación en los refugios antiaéreos. Los estudiantes se probaban máscaras de gas y colocaban a maniquíes en las camillas en los auditorios escolares.

Rusia se prepara para otra guerra
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Según Andrey Mishchenko, jefe adjunto del ministerio, también se están mejorando los planes de defensa civil de la capital. De acuerdo con la información facilitada por la agencia estatal de noticias RIA Novosti, Mishchenko dijo:

"En Moscú, se realizó un inventario de los espacios subterráneos, con el fin de planificarnos para acoger al 100% de la población de la ciudad".

En este contexto, la retórica anti-estadounidense alcanzó una nueva intensidad en la televisión estatal. Este mes, tras el fracaso de un alto al fuego en Siria, el influyente presentador Dmitry Kiselyov afirmó:

"Rusia está cansada de las mentiras arrogantes de Estados Unidos".

En septiembre, después de un ataque fallido dirigido por aviones de guerra de Estados Unidos sobre las tropas sirias, el Ministerio de Defensa de Rusia advirtió que sus sistemas de defensa aérea podrían derribar a cualquier avión estadounidense que amenazara a sus tropas.

Y después de que un tabloide ruso escribiese que a los funcionarios del gobierno se les había pedido llevar a sus hijos de vuelta a las prestigiosas escuelas y universidades a las que asistían en el Reino Unido, Francia y Estado Unidos, se extendieron las especulaciones sobre la preparación para una guerra total con Estados Unidos.

La retórica refuerza la idea de los rusos acerca de que su país es una superpotencia a la altura de Estados Unidos. También distrae a la población de la recesión económica y de los índices de popularidad del presidente Vladimir Putin, que han caído desde los máximos recientes. Según Lev Gudkov, director del grupo de sondeos rusos Levada-Center, la amenaza de una guerra nuclear también mantiene a la población dócil y poco crítica. Gudkow explica:

"La mayoría de las personas creen que la Tercera Guerra Mundial ha comenzado, pero en este momento todavía estamos en la fase fría de la guerra, que puede o no puede convertirse en una guerra caliente. Y durante la guerra, tiene que apoyar a las autoridades de su país".

En los últimos meses, los ataques propagandísticos del Kremlin han alentado la ira pública hacia varios objetivos, entre ellos Turquía, Ucrania y la oposición política interna de Rusia.

Los comentaristas de los medios estatales de Rusia y favorables al Kremlin también han iniciado un ataque feroz contra Washington. Las relaciones entre los dos países se han enfriado aún más después de que un plan de paz conjunto entre Rusia y Estados Unidos fracasara en Siria, donde ambos países apoyan bandos opuestos en el conflicto. El año pasado, el presidente Vladimir Putin se unió a la guerra siria en apoyo del régimen del presidente sirio Bashar al-Assad, lanzando un desafío directo a Estados Unidos.

Fyodor Lukyanov, presidente del Presídium del Consejo de Política Exterior y Defensa, que asesora al Kremlin y a otras instituciones gubernamentales, afirmó:

"Para Rusia la ruptura de la diplomacia en torno a Siria es un símbolo del mal funcionamiento del orden mundial establecido por Estados Unidos después de la Guerra Fría. Para los estadounidenses, los rusos están teniendo un mal comportamiento".

Los ecos de la Guerra Fría también resuenan en la política de Estados Unidos, puesto que la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton ha discutido públicamente con el republicano Donald Trump acerca de la política rusa y los ataques cibernéticos que los funcionarios estadounidenses atribuyen a Moscú.

Sin embargo, la idea de una nueva Guerra Fría ha cobrado vida propia en Rusia. Igor Zuyev, cuya SIS Proektstroy construye refugios antiaéreos para empresas estatales y particulares, afirmó que la demanda de su compañía se triplicó durante el año pasado para las estructuras que garantizan la protección contra las bombas nucleares y la invasión militar. En cuanto a la anexión de la península del Mar Negro en 2014, Zuyev dijo:

"Cuando la situación comenzó a empeorar, especialmente después de los acontecimientos de Crimea, la demanda se disparó y ha ido aumentando desde entonces".

Según Zuyev, un búnker modestamente equipado cuesta alrededor de 15 millones de rublos, o casi 24.000 dólares, lo que permite a una familia de cuatro miembros ocultarse cómodamente durante un máximo de ocho horas.

Además, Proektstroy ofrece accesorios como sistemas de ventilación que eliminan los desechos radiactivos, así como sistemas de satélite y de vigilancia de vídeo que permiten que los clandestinos sepan lo que está ocurriendo en el exterior.

Zuyev añadió: "La gente realmente quiere una protección completa no solo frente a los desastres naturales sino también frente a las operaciones militares".

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