Una lección de historia: Cómo crearon los bancos el socialismo nacional
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Los autores del blog “Independent Trader” comparten sus puntos de vista sobre el papel de los bancos de Estados Unidos en la formación del régimen de Hitler.

El nazismo no habría desempeñado un papel significativo en el siglo XX sin los banqueros de Nueva York y Londres. Las élites financieras ejecutaron el plan haciéndose cargo del sector financiero en Alemania y, consecuentemente, asumiendo el control político sobre Europa Central.

¿Cómo empezó todo?

Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, tanto Francia como el Reino Unido tenían una enorme deuda con Estados Unidos. Esta es la razón por la que decidieron exigir a Alemania que pagara reparaciones después de haber perdido la guerra. Los alemanes recurrieron a la imprenta y, poco después, la hiperinflación en la República de Weimar diezmó la economía. En 1923 un dólar tenía el valor de 4,2 billones de marcos alemanas.

Al mismo tiempo, se estaba elaborando otro plan para sentar las bases de las inversiones estadounidenses en Alemania. La estrategia, ideada por Hjalmar Schacht del Dresdner Bank, se basaba en las instrucciones del director del Banco de Inglaterra y en la asistencia financiera del JP Morgan (NYSE: JPMorgan Chase & Co [JPM]). John Foster Dulles, que después se convirtió en el Secretario de Estado en la administración de Eisenhower, ordenó redactar esta política. El plan tardó un año en ejecutarse desde su creación en 1922 y, a finales de 1923, Schacht se convirtió en presidente del Banco Central de Alemania. Así es como el sistema financiero angloamericano se fusionó con el equivalente alemán.

Durante el verano de 1924, el proyecto resurgió para el público como Dawes Plan (después se denominó Morgan Group Director), que propuso reducir las reparaciones alemanas a la mitad y resolvió el problema del acceso al capital de Alemania. La prioridad era estabilizar la moneda aligerando el proceso de inversión en Alemania.

El plan asignó 200 millones de dólares de crédito a Alemania y la mitad de esta suma provenía del JP Morgan. La cantidad puede parecer inocentemente pequeña, pero en aquel entonces (1924) 200 millones de dólares equivalían al 2% de los ingresos totales del gobierno de Estados Unidos.

El control de la industria alemana

El pago de la deuda alemana, francesa y británica se efectuó a través de un esquema muy específico: el Ciclo de Weimar. El oro utilizado por Alemania para pagar las reparaciones de guerra fue enviado a Estados Unidos y "desapareció" poco después. Entonces, el metal se convirtió para Alemania en un "plan de ayuda" y se envió a Francia y al Reino Unido como pago de reparación. Esos países utilizaron este dinero para pagar sus propias deudas con Estados Unidos. Se devolvió el oro a Alemania con un interés y esto hizo al país centroeuropeo adicto a la deuda. Cualquier posibilidad de reducir los flujos de capital supondría, sin duda, la quiebra del país.

Formalmente, se le dio un crédito para garantizar el pago. En realidad, esto llevó a la reconstrucción de la industria militar alemana. El pago se realizó a través de acciones de las empresas alemanas que estaban cayendo en manos de estadounidenses. Entre 1924 y 1929 el valor total de la inversión extranjera en la industria alemana fue de 15 mil millones de dólares. En 1929 la industria alemana era la segunda más importante del mundo, pero bajo un control significativo del sector financiero estadounidense.

La empresa de Rockefeller, Standard Oil, se hizo cargo de IG Farben. Esta compañía jugó un papel fundamental en la maquinaria del holocausto nazi durante la Segunda Guerra Mundial. En 1930 cubrió el 45% de todos los gastos de Hitler en relación con su campaña.

Existen más ejemplos. General Electric (Milan Stock Exchange: Gefran [GE]) adquirió la radio alemana e ITT Telecom Company tomó el control de Siemens (XETRA: Siemens [SIE]). General Motors (NYSE: General Motors Company [GM]) compró Opel y Henry Ford poseía el 100% de las acciones de Volkswagen (XETRA: Volkswagen [VOW3]).

La cooperación entre Estados Unidos y Alemania fue tan estrecha que incluso el Deutsche Bank (XETRA: Deutsche Bank [DBK]), el Dresdner Bank o el Donat Bank eran controlados desde el otro lado del Atlántico.

La democracia elige a Hitler

Desde 1923 Adolf Hitler recibió considerables sumas de dinero de Suecia y Suiza. En el primer caso, la familia Wallenberg fue la principal fuente de financiación. De la preparación política de Hitler se ocupó Ernst Franz Sedgwick Handstaengl, ex alumno de Harvard.

Unos años después Hitler estaba preparado para desempeñar su papel, pero debido a la economía sólida, su partido nunca lideró la carrera política. Es por eso que se tomó la decisión de iniciar una crisis económica en Wall Street. La Reserva Federal y JP Morgan suspendieron el crédito para Alemania y llevaron a la Europa central a una recesión. El Reino Unido abandonó el patrón oro y el caos se apoderó del sistema financiero internacional.

A principios de 1932, se celebró una reunión donde se decidió el plan de financiación del NSDAP. Un año más tarde se aceptó el plan de Adolf Hitler, que en 1933 se convirtió en el canciller alemán. No necesitó un golpe de estado, sino una situación económica muy mala durante la cual millones de alemanes confiaron en el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP).

Resumen

Los acontecimientos de 1919 a 1933 muestran, por encima de todo, cómo se fortaleció la posición de la elite financiera. Las personas influyentes pudieron apropiarse de una de las mayores economías del mundo y, después, pusieron a su candidato como jefe del gobierno.

Uno de los dictadores más crueles de la historia fue elegido democráticamente. Sus posibilidades se incrementaron cuando la gente se vio motivada por las emociones y no por el sentido común, debido al inicio de una crisis económica que dañó gravemente a la sociedad alemana. Los alemanes que querían volver a los buenos tiempos confiaron en Hitler porque les dijo exactamente lo que querían oír.

Lo que es fundamental de esta lección de historia es la crisis de 1929, precedida por 8 años de impresiones de monedas. ¿Te resulta familiar? La última crisis fue hace 8 años. Los bancos centrales continuamente imprimen monedas – primero la Reserva Federal, luego el Banco de Japón y ahora el Banco Central Europeo. Si repasamos la historia nos falta "una decisión lejos" de una crisis mucho mayor que la de 2008.

8 años desde el colapso de Lehman Brothers en gráficos

Actualmente existen posibilidades de que aumente un conflicto militar a escala mundial. Durante las acciones militares, la atmósfera de hostilidad puede fácilmente descontrolarse y relacionarse con un incremento del número de víctimas. Suele comprenderse demasiado tarde que a ambas bandos de los conflictos los financia la misma fuente. Esto sucedió durante la Segunda Guerra Mundial.

Después de la Segunda Guerra Mundial, todo el mundo se centró en unir a Europa. La Comunidad Europea del Carbón y del Acero se convirtió en la Unión Europea y, más tarde, en la formación de la Eurozona. Hoy vemos a los miembros de la eurozona del sur de Europa con grandes deudas. Primero renunciaron a sus monedas y ahora están supeditados totalmente a la buena voluntad del Banco Central Europeo.

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