Richard Shaw, de la empresa de consultoría de inversión QVM nos habla sobre cómo preparar una cartera de inversiones para una guerra en la península de Corea.
He recibido algunas llamadas preguntándome si es necesario preparar una cartera de inversión para una posible guerra con Corea del Norte y, en ese caso, cómo hacerlo. Acerca de la posibilidad de que se entre en guerra o no, eso es algo sobre lo que no estoy capacitado para responder. No obstante, sí puedo dar mi opinión sobre si se debería preparar una cartera para condiciones de mercado críticas como resultado de cualquier número de situaciones catastróficas.
De entrada, déjame aclarar que es sensato preparar una cartera para una situación imprecisa e inesperada de catástrofe. Todos deberíamos contar siempre con un elemento protector en nuestras inversiones ―más los mayores y menos los jóvenes, basándonos en gran parte en nuestro horizonte temporal hasta tener que recurrir a la cartera para retirar fondos―.
Sin embargo, diseñar una cartera en previsión de una situación de catástrofe específica, por lo general, no es recomendable, a menos que se esté completamente seguro de que vaya a suceder. De ser ese así, probablemente todos los demás también lo estarán y el asunto ya habrá repercutido sustancialmente en los mercados.
Con lo cual, si bien puedo asesorar sobre una cartera de valores confeccionada específicamente para una guerra entre EE. UU. y Corea del Norte, lo cierto es que no recomiendo ponerla en práctica. Dicha cartera no representaría tu estrategia a largo plazo (en la cual debes incluir algún elemento protector) y, si tal específico suceso no llegara a ocurrir, podrías encontrarte en una dirección equivocada.
Después de esta advertencia, pensemos en una cartera de valores especialmente diseñada para una eventual guerra entre EE. UU. y Corea del Norte.
- Dinero en efectivo (cuentas bancarias cubiertas por aseguradoras o fondos del Tesoro del mercado monetario)
- Oro.
- Bonos del Tesoro.
Poseer alguno de estos tres activos producirá ralentizará la entrada de ingresos en la cartera y, con el oro como posible excepción, su rentabilidad total.
Cualquier forma de protección (como una póliza de seguros) tiene un coste: una rentabilidad total a largo plazo inferior a la de una completa exposición al mercado bursátil. En cualquier caso, salvo para inversores con un horizonte temporal largo hasta el momento de tener que retirar fondos, cierta cantidad de dinero en efectivo y bonos es conveniente.
Ahora, centrándonos en la preparación de una cartera ante una guerra, ten en cuenta el peso de estos índices, que te ayudarán a interpretar las sugerencias de asignaciones de más abajo:
- Corea del Sur representa casi el 15% del índice de mercados emergentes replicado por iShares; pero 0% del índice replicado por Vanguard.
- Corea del Sur representa casi el 5% del índice de mercados desarrollados, excluyendo a Estados Unidos, replicado por Vanguard; pero 0% del índice replicado por iShares.
- China representa alrededor del 29% de los índices de mercados emergentes.
- Taiwán representa alrededor del 16% de los índices de mercados emergentes.
- Hong Kong representa alrededor del 3% de los índices de mercados desarrollados excluyendo a Estados Unidos.
- Japón representa entre el 21% y el 23% de los índices de mercados desarrollados excluyendo a Estados Unidos.
- Apple (NASDAQ: AAPL) representa alrededor del 4% del S&P 500 (INDEX: SPX) y alrededor del 5% del Dow Jones Industrials (INDEX: DJIA.INDEX).
Los cambios que puedes considerar (excluyendo las opciones y ponerse en corto) para prepararte específicamente para una posible guerra con Corea del Norte son:
- Efectivo superior al previsto.
- Nivel de oro previsto o superior al previsto.
- Bonos del Tesoro a medio plazo por encima de lo previsto.
- Añade exposición al sector de defensa.
- Asignación a los mercados emergentes inferior a lo previsto – para reducir la exposición a China, Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur
- Deja las acciones de la bolsa de valores Vanguard FTSE Emerging Markets, pero no iShares MSCI Emerging Markets - para excluir de la cartera de activos surcoreanos.
- Con el mismo propósito, para invertir en acciones de mercados desarrollados sin EE. UU., utiliza las acciones del fondo de intercambio iShares MSCI EAFE, pero no Vanguard FTSE.
- Tal vez, sustituye los fondos diversificados de mercados desarrollados, excluyendo a Estados Unidos, por fondos europeos – para reducir la exposición a Japón.
- Reduce el fondo ampliamente diversificado de acciones norteamericanas por debajo de la previsión a la baja, y completa con fondos de un sector que no sea el tecnológico hasta el nivel de previsión a la baja.
- Vende acciones individuales de Apple (NASDAQ: AAPL).
Ten en mente que esta reconfiguración del portafolio puede suponer una considerable carga de impuestos no recuperables en cuentas ordinarias sujetas al pago de impuestos. Esto tendrá que ser evaluado teniendo en cuenta las ganancias implícitas de cada inversor, y cuántos y cuáles activos están en cuentas exentas de impuestos o con un plan de pago a plazos, así como otros aspectos de la situación fiscal general del inversor.
¿Por qué vender acciones de Apple o reducir la exposición al sector tecnológico? Porque Corea del Sur (piensa en Samsung) es una pieza clave de la cadena de suministros del sector tecnológico (incluyendo piezas para iPhones). Podría llevar un par de años construir nuevas fundiciones para fabricar los chips que necesita Apple, a no ser que pudiera encontrar proveedores fuera de Asia.
Piensa en una guerra a más largo plazo. China decide no ponerse del lado de Corea del Norte para luchar contra Estados Unidos, pero decide que la guerra es el momento oportuno para reclamar Taiwán y lo invade. Puede que Estados Unidos no esté preparado para defender Taiwán a la vez que lucha con Corea del Norte, y que acepte la invasión de Taiwán a cambio de que China no interfiera en el conflicto con Corea del Norte. Dicha invasión podría provocar más daños en la cadena de suministros del sector tecnológico. Después, claro, Vladimir puede que decida apoderarse del resto de Ucrania o expropiar cualquier otro territorio, lo que asestaría un golpe a los mercados europeos.
Lo que pueda pasar después de la primera fase de una posible guerra es imprevisible, pero como hemos podido ver en guerras pasadas, el mundo se reconstruye y el capital continúa su proceso. Por tanto, prepárate para restablecer la asignación de acciones una vez que las hostilidades hayan cesado y los mercados hayan empezado a recuperarse.
Como es lógico, una vez que se hubiera declarado una guerra, no habría opción para hacer esas modificaciones en la cartera, ya que los ajustes de precios sucederían casi instantáneamente. Yo no estoy preparándome de manera tan drástica para una situación hipotética concreta, sino que conservo una cierta cantidad de activos seguros, junto con una exposición global diversificada en renta variable. Esto es lo que sugiero que hagas.
Pensar sobre este tema es bastante desagradable, pero para asegurarnos de que siempre tenemos la mente trabajando, esto es lo que podemos sacar en claro en este momento, como preparación para posibles efectos de primer orden. Adónde nos llevarían los efectos de segundo y tercer orden va más allá de la pura especulación.