El economista estadounidense Peter Morici ofrece una visión muy sombría sobre el mercado de las criptomonedas. En su opinión, la lucha de las autoridades contra las transacciones ilegales y la financiación de la delincuencia podrían provocar la caída del precio del bitcoin.
Los inversores en bitcoin (Bitcoin: BITCOIN) tienen buenas razones para preocuparse. La criptomoneda ha perdido recientemente más del 60% de su valor en solo seis semanas: se trata de la quinta caída del precio del bitcoin en los últimos años. A esto hay que sumar que la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC por sus siglas en inglés) ha iniciado una investigación sobre las criptomonedas y las ofertas iniciales de monedas (ICOs).
Los partidarios del bitcoin argumentan que las autoridades están tentadas a imprimir demasiado dinero para financiar el gasto, en lugar de cobrar impuestos, lo que dispara la inflación. Los gobiernos confían el control de sus fondos a bancos centrales independientes. Sin embargo, los políticos aún pueden emitir bonos, y los bancos centrales se ven obligados a imprimir dinero para comprarlos si los inversores no compran nuevas emisiones de bonos a los tipos de interés deseados.
Al mismo tiempo, el apoyo de las autoridades y el banco central no son en absoluto necesarios para crear una moneda. Solo importa si el suministro de una moneda privada es limitado y si se acepta como un medio de intercambio de bienes y servicios en una comunidad en particular.
Por ejemplo, el wampum era difícil de fabricar y su uso estaba generalizado entre los indios americanos. Al final, los wampums empezaron a ser utilizados por los colonos que no tenían suficiente moneda británica.
Los datos sobre transacciones con bitcoins se registran en un sistema de registros encriptados en ordenadores privados. Las nuevas monedas se crean resolviendo problemas matemáticos complejos, y el número total de bitcoins en circulación estará limitado a 21 millones de monedas.
Las personas que almacenan bitcoins en carteras digitales e intercambios de criptomonedas corren el riesgo de perder su dinero si la cartera o el intercambio son pirateados o están mal administrados.
Poseer bitcoin es algo así como guardar dinero en una taquilla de una estación. Si alguien consigue acceder a su taquilla, perderá todo su dinero.
El bitcoin no sirve para hacer las funciones básicas del dinero.
Casi todas las empresas aceptan la moneda nacional para los pagos, al igual que las autoridades para cobrar impuestos. Los propietarios de bitcoins o cualquier otra criptomoneda deben convertirlas en una moneda para comprar productos, billetes de avión y cualquier otra cosa.
Las transacciones tardan mucho tiempo, y las comisiones son bastante altas: ¿quién pagaría una comisión de 25 $ para comprar una taza de café o una barra de pan?
El precio del bitcoin suele experimentar fluctuaciones significativas, y la conversión de los fondos en bitcoins en moneda corriente lleva mucho tiempo. Por lo tanto, el bitcoin no es adecuado para hacer grandes compras, y no siempre es conveniente mantener ahorros.
Todos los problemas anteriores acortan la lista de situaciones en las que es apropiado poseer bitcoin, siendo sus únicos usos la especulación y las actividades ilegales.
En diciembre, alrededor del 18% de los compradores estadounidenses compraron bitcoin con tarjetas de crédito, mientras que muchos dijeron que tenían la intención de pagar el préstamo con las ganancias de sus inversiones. Esto es esencialmente una compra con apalancamiento libre, y pone a los bancos emisores de tarjetas de crédito frente al riesgo de impagos. Como resultado, Citibank, J.P. Morgan, Discover y muchos otros bancos importantes han prohibido a los propietarios de tarjetas cambiar dólares (o cualquier otra moneda nacional) por bitcoin.
Dado que el papel del efectivo en la economía continúa disminuyendo, este tipo de decisiones hacen que sea aún menos probable que el bitcoin se convierta en un medio de pago y un instrumento financiero derivado cuyo precio esté determinado por el valor del activo subyacente.
La capacidad productiva de la economía estadounidense es, de hecho, el activo básico que está detrás del dólar. La confianza en el gobierno de EE. UU. se parece más a palabras bonitas, pero se pueden calcular bienes y servicios.
El bitcoin no tiene un país propio... o quizás sí
A las personas asociadas con la economía gris, o a las que recaudan dinero para Corea del Norte y los capos de la droga, les gusta el efectivo. La Reserva Federal y el Tesoro pueden rastrear fácilmente el movimiento del dinero entre bancos, pero no pueden rastrear el flujo de efectivo, por lo que el Tesoro ya no emite billetes de más de 100 $.
Los registros de las transacciones de bitcoin son almacenados en ordenadores privados y, teóricamente, las autoridades no pueden acceder a estos, por lo tanto, el bitcoin (como algunas otras criptomonedas) es muy útil para las operaciones ilegales. Sin embargo, las autoridades de China y Corea del Sur han decidido acabar con el anonimato de las transacciones, por lo que las autoridades de EE. UU. no tardarán mucho en hacer lo mismo.
Y si los hackers pueden robar criptomonedas de los intercambios, el Tesoro probablemente pueda espiarlos. Tarde o temprano, esto hará que los señores de la droga y los narcotraficantes se vean obligados a volver a las enormes maletas con billetes de un dólar.
Y como resultado los participantes del mercado empezarán a deshacerse de sus bitcoins, lo que hará que su precio se desplome.
Mientras tanto, el inversor ordinario que negocia dólares por bitcoins simplemente está apostando a que es capaz de sacar su dinero antes de que el mercado se desplome y está ayudando a financiar a algunos de los peores malhechores del planeta.
La opinión del autor puede no coincidir con la posición editorial.