Chris Douthit, analista, emprendedor y director de CryptoInvestingInsider.com, describe lo que los inversores en criptomonedas tienen en común en personas como Maurice Clarke, socio de John Rockefeller.
Alguien me dijo una vez que repetir lo mismo una y otra vez esperando un resultado diferente es una locura pero, ¿qué pasa si se ignoran las mismas situaciones una y otra vez y se dejan escapar?
La historia comienza en 1863, cuando construían la primera vía férrea entre la región de Pensilvania, rica productora de petróleo, y la refinería de petróleo de Cleveland. Existe una distancia de 160 km entre las dos ciudades, lo que supone una gran desventaja para Cleveland, en comparación con regiones de refinería más cercanas como Pittsburgh o Baltimore. Sin embargo, Cleveland tiene la ventaja de ofrecer precios más bajos, tanto en sus tierras como en su materia prima.
Fue en este momento cuando John D. Rockefeller y su socio Maurice Clark, decidieron invertir en la industria de la refinería de petróleo en la creencia de que podrían superar las deficiencias a las que se enfrentaban el resto de las regiones petrolíferas en ese momento. La habilidad de Rockefeller para recortar gastos le dio una ventaja sobre cualquier otra refinería del país, permitiéndole expandir y hacer crecer la compañía de forma ininterrumpida.
Las cosas entre los dos socios estaban bien hasta 1865, cuando Rockefeller y Clark entraron en disputas empresariales sobre deudas que no podían liquidarse. Rockefeller, con solo 26 años, acabó comprando la parte de Clark por 72.500 dólares, lo que estaba por encima del valor justo del mercado. Pero en una industria tan desorganizada, la impaciencia de Clark y su visión de futuro le costarían más de lo que nunca habría imaginado.
Durante los siguientes cinco años, Rockefeller llevaría el arte del refinado de petróleo a un nivel completamente distinto, con una producción de 1.500 barriles diarios, más de lo que sus competidores podían producir en una semana y, a un precio considerablemente más barato. La compañía se convertiría posteriormente en la Standard Oil Company of Ohio, una de las compañías más grandes que han existido.
Clark estaba probablemente satisfecho con la absorción pero la fortuna que perdió debido a su rápida salida fue uno de los errores financieros más grandes de la historia de América. La mayoría de la gente probablemente no haya oído hablar nunca de Maurice Clark, mientras que John D.Rockefeller es un caso práctico típico en casi todas las escuelas de negocios americanas.
Los inversores en criptomonedas no saben qué hacer
Hay un número indefinido de llamados “expertos” que dan su opinión sobre el tema. Sus comentarios varían desde que las criptomonedas no merecen en absoluto la pena hasta que van a revolucionar la sociedad encaminándola hacia un futuro justo y brillante.
Se ha citado a Charlie Munger, una de las mentes financieras más brillantes de nuestros tiempos, quien decía que el bitcoin era “oro artificial y sin valor”.
Warren Buffett ha criticado el bitcoin y ha afirmado que:
"Cuando compramos activos improductivos, dependemos en definitiva de que la próxima persona nos pague más porque está aún más entusiasmada con el próximo que venga".
¿Significa esto que Buffett no entiende la tecnología subyacente y lo que el blockchain puede hacer?
Me recuerda a los antiguos refinadores de petróleo que no veían el futuro ni cómo la tecnología iba a cambiar los procedimientos de por vida, para dar así un enfoque más joven y ambicioso a la antigua forma de hacer las cosas y abrir las compuertas de la riqueza a aquellos que se alineaban con la nueva tecnología.
El caso es que nadie sabe realmente con seguridad qué pasará en los próximos años pero la historia es una de las herramientas más útiles para predecir el futuro.
La gente se hace rica con los cambios
Todo está en continuo cambio, siempre han surgido en el tiempo nuevas y mejores formas de hacer las cosas, así es como hemos llegado donde estamos hoy. Hay quien lo ve venir y aprovecha la oportunidad. Otros, siguen pensando que son modas y la dejan pasar.
John D. Rockefeller era un joven de ideas vanguardistas cuando dio un vuelco a las antiguas formas de hacer negocio en el mercado de la refinería de petróleo, lo que le permitió con el tiempo convertirse en el hombre más rico de la historia de EE. UU. Su habilidad para el cambio le llevó a controlar el 90% del petróleo de Estados Unidos mientras reunía una red con un valor actual de 367.000 millones de dólares.
Henry Ford fundó la compañía Ford Motor, de enorme rentabilidad, revolucionando el transporte y acercándolo a todo tipo de público. Había quien pensaba que solo los ricos podían tener acceso a un automóvil, o simplemente no creían en lo que Ford hacía. Pero tras un periodo de aproximadamente 17 años (1903-1920), Ford pudo vender más de un millón de automóviles, haciéndose él mismo, y a sus inversores, extremadamente ricos. Los días de transporte a caballo habían llegado a su fin y los inversores que estuvieron ahí desde el principio ganaron una cuantiosa fortuna. No es sorprendente que en cifras de hoy, la red de Ford estuviera valorada en más de 200.000 millones de dólares a su muerte.
Más recientemente, el boom de Internet de los 90 convirtió a muchos en multimillonarios. Recuerdo tener conversaciones sobre si Internet era una moda pasajera o si había venido para quedarse. Parece bastante obvio en nuestros tiempos pero la mayor parte de la gente en ese momento, simplemente no sabía qué hacer y decidieron no arriesgarse a invertir.
No ocurrió de la noche a la mañana, llevó varios años desarrollar la tecnología, pero si hubiéramos hecho caso de la historia, habría sido una oportunidad más perdida. Bill Gates le sacó el máximo provecho amasando una fortuna de 101.000 millones de dólares en 1999, si se tiene en cuenta la inflación, en cifras de hoy serían más de 144.000 millones de dólares.
Está volviendo a suceder
Veo una y otra vez coincidencias entre el mundo de las criptomonedas y cómo el mundo ha funcionado a lo largo de la historia. Todo se reduce a la innovación y a la adopción de su uso, que todavía se expanden a gran velocidad en el mundo de las criptomonedas.
Si cree que llega tarde a la fiesta, párese a pensar de nuevo. De los 7.600 millones de habitantes del planeta, solo existen aproximadamente 25 millones de carteras de bitcoin. Esto quiere decir que solo el 0,3% de la población tiene una cartera de bitcoin en la actualidad. No hemos llegado a la superficie ni por asomo.
En lo que se refiere a la tecnología, todo puede cambiar muy rápido, en cinco años el mundo tendrá un aspecto radicalmente distinto. Puede quedarse ahí y dejar que ocurra delante de usted o subirse a bordo y prepararse para el viaje.
Piense en Maurice Clark, lo hizo bastante bien pero podría haber aumentado cien veces su fortuna si se hubiera quedado en el negocio algunos años más.
Nuevamente se están produciendo cambios, ahora mismo, y esta vez hay lo suficiente para todo aquel que quiera llevarse algo. Por supuesto, eso no significa que solo por comprar una criptomoneda se vuelva usted rico. Habrá muchas criptomonedas que se desplomarán y desaparecerán, probablemente más de las que triunfen, así que elegir un conjunto adecuado y diversificado de proyectos seguirá siendo la clave del éxito.
Tiene que preguntarse a usted mismo si en 10 años quiere ser alguien que nunca participó en el juego, o peor aún, que vendió pronto y piensa en lo que pudo haber sido, o alguien que aguantó lo suficiente para capear el temporal y llegar a la otra orilla como un inversor en criptomonedas con miras hacia el futuro, y que se benefició de una de esas oportunidades únicas que la vida nos ofrece.